El pensamiento de Mons. Richard
Williamson
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ELEISON 219 (24-9-2011):
Dos películas interesantes ya han
aparecido sobre el advenimiento en Estados Unidos de la crisis financiera y
económica, que desde el 2008 ha estado amenazando con arruinar subrepticiamente
todo el modo de vida de Occidente. Ambas películas están bien hechas. Ambas son
persuasivas. Sin embargo, una dice que los banqueros son héroes mientras que la
otra dice que son villanos. Si la sociedad occidental debe tener algún futuro,
la contradicción amerita reflexión.
La película documental Inside Job consiste en una serie de
entrevistas con banqueros, políticos, economistas, hombres de negocios,
periodistas, intelectuales, consejeros financieros, etc. Emerge de esto un
panorama aterrador de codicia y confabulación para el fraude en la cima de la
sociedad americana en todos esos campos. La libre empresa fue la justificación
para abolir el control sobre actividades financieras durante las décadas de
1980 y 1990, que otorgó a los hombres de dinero constantemente más poder hasta
que lograron poner bajo su control a todos los políticos o periodistas o
académicos influyentes. De tal modo que todavía está en marcha el despiadado
proceso de saqueo de las clases media y trabajadora. La ira de las víctimas va
creciendo hacia una explosión, pero, al menos por el momento, los hombres de
dinero no pueden dejar de saciarse del bebedero que ellos mismos tan bien han
planeado para su propio provecho. "La codicia es buena. Hace que el mundo
funcione", dicen los banksters (banqueros-gangsters).
En la segunda película Too Big to Fail, se reproducen los
eventos dramáticos del otoño 2008 nucleados en el colapso de Lehmann Brothers,
uno de los principales bancos de inversión en Nueva York. Hank Paulson, entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos,
aparece haciendo una clásica decisión de libre empresa, rechazando el salvataje
gubernamental, dejando así caer en bancarrota a Lehman Brothers. Pero el
resultado es una sacudida tan fuerte para la comunidad financiera global,
amenazando derrumbar el comercio y las finanzas mundiales, a punto tal que
Paulson y sus camaradas del gobierno, con la ayuda de todos los banqueros
principales de Nueva York, tienen que persuadir al Congreso de Estados Unidos
para que apruebe un salvataje por parte de los contribuyentes a favor de los
grandes bancos a los cuales no se les puede permitir caer. Y, justo a tiempo,
él lo logra. El sistema está salvado. El gobierno y los banqueros son los
héroes del día. Una vez mas se comprueba que el capitalismo es la maravilla que
siempre sabíamos que era - ¡Gracias a la intervención socialista!
Entonces, los banqueros, ¿son
héroes o villanos? Respuesta: héroes a corto plazo, lo cual es mucho decir,
ciertamente villanos a largo plazo porque se necesita muy poco sentido común
para comprender que debido a que toda sociedad necesita del altruismo, ninguna
sociedad puede construirse sobre la codicia, es decir el egoísmo. En toda
sociedad siempre habrá los que tienen y los que no tienen (ver Jn. XII, 8). Los
dirigentes de la sociedad que tienen el dinero y el poder absolutamente deben cuidar
a las masas que no tienen ni el uno ni el otro, de otra manera habrá revolución
y caos. Naturalmente, los globalistas están contando con el caos de mañana para
que les dé el poder mundial al día siguiente, pero, aunque ellos pueden proponer,
es Dios quien dispone.
Mientras tanto, los Católicos y
cualquiera a quien le importe el futuro, tendrían que ver estas dos películas y
entonces proponerse a sí mismos algunas preguntas incómodas acerca del capitalismo
y la libre empresa. ¿Por cuál prodigio el capitalismo podía ser salvado esta
vez solamente por el socialismo? ¿Es el gobierno entonces realmente tan malo?
¿Es el capitalismo realmente tan bueno? ¿Cómo una sociedad puede depender de
hombres codiciosos para sobrevivir? ¿Como pudo la sociedad haber caído en tal
dependencia? Y, ¿hay alguna señal en este momento de que alguien se esté
haciendo tales preguntas? O, ¿es que el culto de todos al becerro de oro -llamemos a las cosas por su nombre- prosigue
desenfrenado?
A menos que Jesucristo absuelva a
los hombres de sus pecados por medio de sus sacerdotes, ningún sistema de
sociedad posterior a la Encarnación puede en última instancia funcionar. El
capitalismo solamente se mantuvo como parásito del Catolicismo de siglos
precedentes. El Catolicismo, ¿está
agotado? ¡El capitalismo esta muriendo!
Kyrie eleison.
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