El día sábado 24 de septiembre de 2011 fueron beatificadas cinco religiosas mártires que, tras ser secuestradas y luego
de resistir a los intentos de violación por parte de sus captores, fueron
asesinadas en diciembre de 1941 por odio a la fe en Sarajevo.
Las religiosas pertenecían a la congregación de las Hijas de la Divina
Caridad.
El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los
Santos presidió la ceremonia en la que Maria Jula Ivanišević, Maria Berchmana
Leidenix, Maria Krizina Bojanc, Maria Antonija Fabjan y Maria Bernadeta Banja fueron elevadas a los altares.
En un artículo escrito por la hermana Maria Ozana Krajacic, también hija de
la Divina Caridad, en el diario vaticano L`Osservatore Romano, se afirma que el
martirio de estas cinco religiosas "no es un caso aislado, sino un
acontecimiento añadido a los sufrimientos y tormentos de miles de víctimas
inocentes" de la Iglesia.
En 1911 las religiosas vivía en un convento cerca de Sarajevo en la localidad
de Pale que llevaba por nombre "Casa de María". Cerca de allí abrieron una
escuela primaria en donde también enseñaban catecismo hasta 1919,
año en que fue cerrado.
Pese al cierre prosiguieron su obra y a partir de 1927 se encargaron de dar
clases de catecismo para las escuelas públicas. La hermana Krajacic relata que
"su compromiso desinteresado con la gente necesitada era conocido por
todos los habitantes de esa región" lo que les valió ser también muy
respetadas por la comunidad ortodoxa.
El 11 de diciembre de 1941 un grupo de chetniks (guerrilleros serbios) atacó
el convento donde vivían. Las cinco hermanas y un sacerdote esloveno de nombre
Mesko, fueron secuestrados. El convento fue saqueado y quemado.
Los chetniks obligaron a las hermanas a caminar durante cuatro días unos 65
kilómetros en los bosques y montañas en donde sufrieron las inclemencias del
frío y la nieve, sin ropa de abrigo y luego de haber sido insultadas, atacadas y
sometidas a severos interrogatorios.
"Ninguna se quejó ni se lamentó. No pedían concesiones. Estaban en
silencio y en oración constante", recuerda la hermana Krajacic.
A medio camino los chetniks abandonaron a la hermana Maria Berchmana
Leidenix, de 76 años de edad, que sería luego asesinada el 23 de diciembre.
A las demás hermanas las llevaron hasta un cuartel en la zona de Gorazde. El
15 de diciembre los chetniks se lanzaron sobre ellas "con intenciones sombrías.
Pero ninguna cedió ni siquiera ante las amenazas de muerte. Según relata el
sacerdote Anto Bakovic las hermanas gritaban: ‘¡preferimos la muerte a
aquello que quieren!’"
Las religiosas, que resistieron así a los intentos de violación, fueron
insultadas, amenazadas y golpeadas durante aproximadamente una hora.
La hermana Krajacic escribe que "cuando los chetniks empezaron a usar la
violencia, las hermanas trataron de huir. Invocando a Jesús, una tras otra,
saltaron por una ventana (del segundo piso del cuartel). Tras saltar, heridas y
agotadas, trataron de levantarse para huir pero fueron apuñaladas y empujadas
hasta los márgenes del río Drina".
En la primavera europea de 1942 dos hermanas de la congregación en Sarajevo
comenzaron a buscar la tumba de la hermana Maria Berchmana sin éxito.
Krajacic afirma que "la noticia de la muerte de las cinco las hermanas se
difundió rápidamente en Sarajevo. Pese a ser tiempo de guerra, la gente las
recordaba y las invocaba como intercesoras a estas mártires de Drina,
como las llamaron".
"Entre los católicos –concluye el artículo– se dijo rápidamente que eran
mártires de la fe, mártires de la propia vocación y de los votos
religiosos".
El Padre Bakovic escribió un libro titulado "Las mártires de Drina" en donde
relata esta historia. Cuando sucedieron estos trágicos hechos tenía 10 años de
edad. Él fue uno de los pocos sobrevivientes de aquella masacre.
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