En España, el juez titular del Registro Civil de Murcia, Antonio Martín Ferradal, tendrá que abonar una multa de tres mil euros por el trato dispensado a los funcionarios y a personas homosexuales, madres solteras o a extranjeros.
La Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
lo considera autor de una falta grave consistente en el "exceso o abuso
de autoridad" y en la "falta grave de consideración respecto de los
ciudadanos", publica el diario ABC.
El juez hablaba de "maricones" para
referirse a los contrayentes cuando se trataba de personas del mismo
sexo, o se refería a las madres solteras llamándolas "putas". Las parejas
de éstas eran, para el magistrado, unos "cornudos".
A los extranjeros los mencionaba como "gilipollas". Martín Ferradal además, se negó en algunos casos a inscribir determinados nombres por entender que no procedía.
Ahora se condena la honestidad. ¿Dónde quedó la tan loada libertad de expresión?
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