Por Patricio Lons
Cuando el capitán IM Pedro Giachino estaba
agonizando en medio de su sangre que regaba el suelo de la patria, en ese
momento por su sacrificio redimida, escuchó los pasos de dos pares de botas,
uno sólo tenia espuelas; quien no las tenía en sus botas habló primero “vio
general que buenos resultaron mis marinos…”, y la respuesta fue “…si,
bravos y valientes, lograron lo imposible, ser tan buenos como mis granaderos
en San Lorenzo…”
Alzó
su mirada asombrado y recibió las afectuosas palabras de los Padres de la
Patria que orgullosos de el, le dijeron “descanse en paz capitán
Giachino, ha librado el buen combate, lo están esperando en su próximo
destino”. Y en ese momento, el almirante Brown y el general
San Martín, le mostraron a Giachino
el paso abierto custodiado por los Patricios del general Santiago de Liniers,
hacia los brazos maternales de la Virgen Stella Maris, patrona de los
marinos, que con su corazón iluminado, le habría el camino a la Patria
Celestial.
Extractado
por Ricardo Díaz
Fuente: Movimiento Cívico Militar CONDOR-PDNI
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