Por Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 CMN 73).
Dentro de las noticias que llenan
los diversos medios de información aparece, cada vez con mayor frecuencia, las
acciones de delincuentes en el ciberespacio, sin que la sociedad llegue a
entender que ellos son solo una de las resultantes de la evolución.
Sabemos que la delincuencia es el fenómeno
de cometer actos fuera de las formas de la sociedad ya que ellos implican faltar, tergiversar, vulnerar o desequilibrar
relaciones entre los miembros de aquella que afectan a su vida, usos y
costumbres. La ley claramente especifica los más diversos tipos de delitos, que
están vinculados con hechos o elementos que integran las comunidades, los que
varían con los tiempos, en relación casi directa con la evolución y progreso,
por lo que no debe sorprendernos que aparezcan nuevos y diferentes, cuando
aquello se torna en realidad.
El delincuente es alguien que aprovecha las debilidades, fallas u
olvidos, para utilizarlas como medio simple y claro, para cometer sus acciones.
Por ello, cuanto mas medidas de seguridad, protección o cuidados existan, menos serán las
oportunidades para la delincuencia. Este accionar se concreta con la prevención
y se afianza con la protección, que
logran una mayor seguridad, lo que significa dar menores oportunidades para la
delincuencia. En el mundo real existe una permanente lucha entre los
delincuentes y la ley, en la cual ellos tienen la ventaja de su innovación, con
lo que se adelantan a las posibilidades, y se aprovechan de los
"vacíos" de protección. La "inteligencia" de la seguridad,
determina nuevas posibilidades para la acción de los delincuentes y obra con
sus resultados y avances, la creación de las medidas de prevención que se
adelantan a la posibilidad de los delitos. Las sociedades de avanzada saben que
este análisis es vital para su vida, lo que requiere no tan solo
"mentalidad", sino también "experiencia" y, sobre
todo", un permanente, constante y cierto conocimiento de la evolución de
las situaciones. Cuando se nos habla de los "mapas de delitos" en
realidad si nos esta mostrando las bases de evolución de ellos, sus tendencias,
lugares, oportunidades, etc. , aspectos que son el fundamento para evitarlos.
El mundo "virtual", apoyado en el "Ciberespacio", es,
de alguna manera, el reflejo "digital" de los escenarios
"analógicos" con los que convivimos. Cada vez que un proceso,
actividad, tarea, etc., se "digitaliza", ingresa a este nuevo y
diferente escenario, en el que adquiere vida propia y desarrollo evolutivo
singular. Por ello no debe sorprendernos que las virtudes y los defectos de los
seres humanos se trasladen con simpleza de un escenario a otro. En el mundo
"digital", como en el "analógico", una misma herramienta o
artefacto puede ser utilizado para hacer el bien o el mal, todo depende de quien lo opera y
los fines que persigue.
En el escenario del Ciberespacio, se
producen una serie de delitos, algunos similares, para no decir idénticos, a
los del mundo real, pero otros tienen características propias, como son: accesos ilícitos, intercambios ilícitos,
interferencia de datos, abusos de dispositivos, falsificación de información,
fraude informático, pornografía infantil, violación de la propiedad intelectual
y derechos afines, etc., los que constituyen un demérito en valores, alcances o
posibilidades de unos en relación a otros. Este tema no debe ser confundido con
la "lucha" cibernética, que se realiza entre operadores dentro del
sistema que, conforme a la gradación de estos, puede ser desde una "guerra"
hasta una simple "competencia".
La falta de experiencia "digital" de las autoridades, esta
llevando a una confusión entre las acciones "digitales" y
"analógicas", con lo cual, en lugar de aportar soluciones, se están
creando nuevas causas de diferendos. No se puede descartar la posibilidad de la
"guerra cibernética", que actúan sobre los sistemas digitalizados,
para crear caos y llevarlos al colapso, pero ello debe ser ubicado
correctamente como un accionar de países
organizados entre si, como ya lo están haciendo varias y diferentes
naciones. Es una realidad concreta la
acción de los "hackers", algunas veces con fines de su "propio
esparcimiento", pero otros cubriendo actos clásicos de la delincuencia
común. No debe confundirse las actuales actividades de "plataformas"
que, actuando bajo las premisas cibernéticas de su "amplitud",
"libertad" e "innovación", chocan con actividades con bases
analógicas que son obsoleteadas por una oferta diferente. Este último tema está
llevando a acciones judiciales y policiales, bajo la premisa de la
"defensa de los derechos de autor" o la "propiedad
intelectual", que, seguramente, serán episodios que quedaran como
ejemplos de "ignorancia" para
su evaluación en el futuro.
Los delitos cibernéticos son tan reales como los clásicos comunes,
seguramente están utilizando artefactos o medios diferentes, pero su objetivo
sigue siendo el mismo a lo largo de los tiempos. La prevención de los mismos se
basa en la seguridad propia de cada sistema o instalación que tiene que saber
que en la medida que no esta protegida será vulnerable. Tenemos todos que tener
bien claro que la cultura esta impulsada por la tecnología y que, dentro de
ella, la cibernética materializada en la digitalización nos esta conduciendo a
escenarios diferentes y nuevos a los que accederemos impulsados por al
progreso. Sin embargo, los mismos defectos, pecados o desvaríos del presente,
algunos seguramente heredados del pasado, seguirán siendo parte de la
naturaleza de los seres humanos, por lo que, lo inteligente es reconocerlo y lo
racional prepararse para ellos.
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