Por Marcos Attias
Pretender jugar al gato y al
ratón con el mayor estado terrorista de Irán,
que ya mató dos veces en Buenos Aires, es algo que no se puede creer.
Irán es un estado, preparado en
su máxima expresión, para el terrorismo internacional. Es un Estado preparado
para cualquier contingencia bélica.
Y amenaza al mundo entero con una
guerra nuclear. La ambición iraní es de apoderarse de America Latina, tiene
base guerrilleras en Venezuela su principal aliado de América Latina, tiene
infiltrados en Ecuador, Bolivia, y su máximo anhelo seria apoderarse de
Argentina, donde tiene grupos guerrilleros infiltrados. Chávez a pesar de todo
su armamento no pudo llevar a cabo esa dominación porque Brasil, toda una
potencia en todos los niveles, es para cualquier nación un bocado demasiado
grande y muy difícil de tragarse.
Bolivia cambió con Irán uranio por armamentos, tal vez luego de
probar que la frontera argentino – boliviana es muy frágil, tenga la intención
de dar un golpe de mano, incluso se anime a llevarlo a cabo a otras naciones
vecinas.
No podemos detener el
narcotráfico, que llegan camiones y aviones hasta plaza de Mayo. No podemos
detener la inseguridad nacional, no podemos detener la trata de blancas, no
tenemos ni producimos radares, ni aviones, ni tenemos una industria aero-naval
que produzca los propios armamentos que se necesitan. No podemos siquiera
arreglar los ferrocarriles destruidos. En realidad no estamos en condiciones de
enfrentar cualquier agresión extranjera. Esto debe ser muy preocupante para
todos los habitantes de esta nación. Yo no creo que se pueda adquirir capacidad
de estrategia militar jugando al tejo en Santa Cruz.
Argentina en estos momentos esta
prendida con alfileres en el mapa geográfico.
Si alguien tiene que alzar la voz
y hacer algo, es el momento de hacerlo.
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: Si Irán es considerado un “Estado
terrorista”, con más razón debe ser considerado de ese modo el sionismo del
Estado de Israel. Irán tiene un problema teológico que solucionar, pero eso es
otro problema distinto (el presidente Ahmadineyad
dijo que Dios no inspiró ninguna religión que se llame judaísmo ni cristianismo,
en lo cual se equivoca respecto de la visión católica, omitida en su apreciación).
Fuera de las diferencias teológicas, no está comprobada judicialmente de modo
fehaciente la intervención de Irán en la explosión de la Embajada de Israel o
de la AMIA en la Argentina (en tanto que muchos sostienen que han sido
implosiones), y lo más probable es que se trate actualmente de un oportunismo
gubernamental para pedir como indemnización un porcentaje de la explotación
petrolera de Irán, pero no como sanción sino como otro acto de corrupto
enriquecimiento de los actuales gobernantes argentinos a septiembre de 2012.
Por otra parte, los sionistas traficantes de armas y dueños de la inseguridad
internacional, tienen sus manos manchadas con sangre de sus víctimas, e Israel
es una prueba de ello, y pretenden hacer un negocio del genocidio nazi (que si
existió), pero exagerando situaciones, cifras y a la vez difamando a la Iglesia
Católica. Las vidas humanas no son un negocio, ni la justicia ha de ser un modo
de venganza ni de hacer negocios. “La Verdad os hará libres”, dijo el Rabí
Jesucristo no sólo a los judíos sino también a los paganos, y no sólo a los de
su época sino a los que vivan en todos los tiempos. Las explosiones de la
Embajada de Israel y de la Amia merecen explicaciones, merecen un acto de
justicia, y la Verdad ha de ser la consigna inicial para establecer la
justicia. No hay otro camino que transitar. Consideramos que el autor de la nota tiene algo de razón, pero que también es "políticamente correcto" en el discurso sobre Irán, alineado con la versión sionista.
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