Fuente: Diario Judicial
La Corte Suprema revocó
parcialmente un fallo de Cámara que consideró lesivos al honor de un ex Fiscal
el calificativo de "nazi" por parte del ex periodista y agente de la
SIDE Guillermo Cherasny. Para la
Corte existía “una lamentable costumbre” por la que “se califica rápidamente de
fascista (“facho”), por lo que "es mejor para la democracia tolerar ese
exceso que caer en el contrario".
La Corte Suprema de Justicia
admitió parcialmente el recurso del periodista Guillermo Cherasny, contra el fallo de Cámara que lo condenó –a él,
a Chiche Gelblung y a dos ex
diputados- a indemnizar por daño moral al ex Fiscal Norberto Quantín, por la difusión de escuchas telefónicas y la
calificación de nazista del ex funcionario. La sentencia impugnada fue revocada
sólo con relación a la valoración de los dichos de Cherasny como lesivos al
honor del actor.
La decisión fue tomada por los
Ministros Elena Highton de Nolasco,
Carlos Fayt, Enrique Petracchi y Juan
Carlos Maqueda, quienes indicaron que “los dichos de Cherasny pueden haber
incurrido en una gran hipérbole, pero –en ese caso- no traducen sino una
lamentable costumbre, según la cuál, se califica rápidamente de fascista
(facho), comunista (bolche) o trotskista (trotsko) a quienes demuestran
inclinaciones derechistas o izquierdistas, según el caso, pero se hallan muy
lejos de esos extremos del arco ideológico”.
“De todos modos, es mejor para la
vida democrática tolerar ese exceso que caer en el contrario, que consistiría
en convertir a los jueces en especialistas en ciencia política, que –biblioteca
en mano- deberían pronunciarse sobre la exactitud de las calificaciones
políticas que los participantes en el debate social se enrostran mutuamente”,
puntualizó el Máximo Tribunal.
La causa tuvo origen en la
demanda por daños que promovió Norberto
Julio Quantín, quien al momento de deducir la acción era Fiscal ante la
Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal,
contra los periodistas Samuel “Chiche”
Gelblung y Guillermo Cherasny, y
los ex diputados Jorge Benedetti y Eliseo Roselló.
El demandante accionó
judicialmente a raíz de la difusión en los medios de comunicación de grabaciones
de conversaciones telefónicas que él había sostenido. Sostuvo que tal difusión
lesionó sus derechos personalísimos y, también, se quejó por supuestas
acusaciones de antisemitismo y nazismo formuladas por Guillermo Cherasny, en el marco del programa radial de Chiche Gelblung.
El juez de grado condenó a los ex
diputados al pago de 60.000 pesos y a los periodistas al pago de 20.000 pesos,
en ambos casos, por daño moral. Apelada esa sentencia, la Sala F de la Cámara
Civil confirmó la decisión y elevó la condena a 100.000 pesos a cargo de los ex
legisladores y 30.000 pesos a cargo de Gelblung y Cherasny. Este fallo fue
recurrido ante la Corte por Benedetti y Cherasny. No obstante, el recurso de
Benedetti se declaró mal concedido, por lo que sólo subsistió la impugnación
del periodista.
Primero, el Alto Tribunal sostuvo
que Guillermo Cherasny había
introducido en forma tardía dos planteos: por un lado, el relativo al secreto
de las fuentes de información periodística, y por otro, el atinente a que las
escuchas, más allá de ser ilegítimas, podían utilizarse como información
periodística. No obstante, la Corte consideró que sí era procedente la
impugnación del demandado con relación a sus dichos sobre el actor, a quien
había calificado como “nazi confeso”.
Los Ministros, tras citar
numerosos precedentes propios y, también, de tribunales internacionales,
explicaron que “el estándar de la real malicia resulta inaplicable a los
supuestos de expresión de ideas, opiniones y juicios de valor”, pues “sólo
cuando se trata de la afirmación de hechos es posible sostener un deber de
veracidad”. “Respecto de las ideas, opiniones, juicios de valor, juicios
hipotéticos o conjeturales no es posible predicar verdad o falsedad”,
puntualizaron.
Las opiniones de Cherasny sobre la
ideología de Quantín fueron “muy generales” y no le imputaron “ningún hecho
ilícito concreto al fiscal”, afirmó el Máximo Tribunal, y no pueden someterse
“al test de veracidad, por cuanto se limitan a adjudicarle determinada
ideología”. Además, “las expresiones de Cherasny tampoco pueden ser encuadradas
como insulto o vejación gratuita o injustificada”, agregaron los magistrados.
La sentencia de la Corte,
también, aclaró que la jueza Elena Highton dejaba a salvo su opinión respecto
de que “no se configura en el caso un interés público imperativo que justifique
la imposición de sanciones para el autor del juicio de valor”.
En consecuencia, la Corte Suprema
de Justicia de la Nación decidió admitir parcialmente el recurso de Guillermo
Cherasny, “en punto a que los dichos de Cherasny merecen protección
constitucional”, por lo que las actuaciones fueron reenviadas al tribunal de
origen para el dictado de un nuevo pronunciamiento acorde a lo resuelto en esta
instancia superior.
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