Lunes 10 de diciembre de 2012
La Comisión Europea (CE) es el organismo encargado de ejecutar las políticas de la Unión Europea (UE), operando como una especie de poder ejecutivo supranacional. Para ello cuenta con un enorme staff de casi 40 mil funcionarios, dirigidos por un “Colegio de Comisarios”.
Recientemente este mastodonte político-burocrático quiso imponer a un país miembro, la pequeña y simpática Esolvaquia —que otrora era parte del Sacro Imperio— una medida de carácter persecutorio anticatólico, que fue valiente y eficazmente resistida por esa nación.
¿Qué ocurrió? – En 2013 Eslovaquia celebrará un gran jubileo, recordatorio del 1150º aniversario de la llegada de los hermanos San Cirilo y San Metodio, evangelizadores del mundo eslavo y nombrados en 1980 co-patronos de Europa por el Papa Juan Pablo II.
Estos populares misioneros contribuyeron además a la unión de la Iglesia de Oriente y Occidente y son también los creadores del alfabeto glagolítico de 41 signos, que fusiona los caracteres griegos con los eslavos. Con ese alfabeto tradujeron la Biblia al eslavo e hicieron de ella un gran medio de evangelización. De ahí el nombre de “cirílico” dado al alfabeto que hasta hoy usan ciertas lenguas eslavas como el ruso, el ucraniano, el búlgaro, etc.
En adhesión a este jubileo, en mayo de 2012 el Banco Central Eslovaco (NBS), realizó un concurso público para el diseño de la moneda conmemorativa de 2 euros. Un total de 22 diseños de 13 artistas fueron admitidos a concurso. Evaluados en junio de 2012 por el Comité de Gobierno del NBS, el primer premio recayó en Miroslav Hric, cuya propuesta fue aprobada para ser plasmada en las monedas.
El diseño representa a los dos santos con aureola; uno de ellos sostiene la cruz doble, símbolo de Eslovaquia, que en la época pertenecía a la “Gran Moravia” y se convirtió en la primera nación católica de Europa Central. San Cirilo es representado portando una Biblia que simboliza la Fe, mientras que San Metodio aparece con una iglesia que simboliza la Cristiandad institucional. Sobre la biblia hay una Cruz, mientras que la estola de San Metodio tiene dos cruces, una a cada lado.
Y aquí empezó el problema. La CE, tomada de fanatismo laicista, decidió vetar los símbolos religiosos de la moneda, y solicitó a Eslovaquia que los quitase “para cumplir con el principio de neutralidad religiosa”. En concreto, pretendía que se eliminaran las cruces y las aureolas. ¡Como si se pudiese borrar de un plumazo la historia y la identidad católica de la nación!
Al tomar conocimiento de esta censura la Conferencia Episcopal de Eslovaquia emitió un fuerte comunicado en el que no dudó en utilizar la palabra “vergüenza”: “La renuncia de los atributos clave relacionados conceptualmente con los santos Cirilo y Metodio, demuestra la falta de respeto por la tradición cristiana de Europa”, comentó indignado el padre Jozef Kovaczik, portavoz de la Iglesia eslovaca.
“En 1988, antes de la ’Revolución de Terciopelo’ [que acabó con el régimen comunista en el país, de manera pacífica], los fieles de Eslovaquia arriesgaron sus vidas, predicando la doctrina de los dos Santos. ¿Realmente vivimos en un estado de derecho, o en un sistema totalitario, que nos dicta qué atributos podemos utilizar”, interpeló el padre Kovaczik, señalando que Eslovaquia es un país católico desde su origen.
- El castillo de los Emperadores del Sacro Imperio domina la ciudad de Bratislava, capital de Eslovaquia, a orillas del Danubio.
Finalmente el NBS, que inicialmente había cedido a la presión de la CE, volvió atrás. Y con el respaldo del Parlamento, de instituciones y personalidades de todo el país que hicieron oír su protesta contra esa tiránica censura laicista, y el macizo apoyo de la población, decidió mantener el diseño original de la moneda conmemorativa.
Este vuelco fue saludado por Anton Ziolkovský, secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal. Tras afirmar que no se pueden separar las figuras de santos Cirilo y Metodio de su misión, añadió: “Agradecemos a todos aquellos que, con su apoyo, han contribuido a este cambio y esperamos que en adelante nuestras legítimas motivaciones sean respetadas también por la Comisión Europea”.
El episodio es una muestra más de la cristianofobia que actualmente se propaga en todo Occidente, cada vez más extremada a nivel oficial, y cada vez más resistida por la población. Y es un aleccionador ejemplo a seguir por otros países europeos igualmente sujetos a campañas de descristianización revolucionaria.
FUENTES:
Fuente de la nota: http://www.tradicionyaccion.org.pe/tya/spip.php?article214
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