Por Carlos Belgrano
Nota del 23/01/2013
Amigos:
Hoy, temprano en la mañana, le extendieron el acta de defunción
al destructor ARA Santísima Trinidad.
No interpreto como descabellado señalar, que es otra victoria de la corruptela y el antipatriotismo de la plana mayor de la Armada, aunque suene como disonante, seguir denominándola así.
E incluso me pregunto ¿que aventuras sensoriales percibirán los Señores Almirantes, cuando se disfrazan de Marinos todas las mañanas y se contemplan en el espejo de sus domicilios?.
¿Sentirán verguenza, complicidad, indiferencia, sarcasmo, excepticismo?.
De seguro, ni siquiera eso.
Porque en esencia han olvidado de donde provienen.
Incluso, las millonarias cifras, que merced a impuestos indirectos, toda la Civilidad ha invertido en la capacitación de todos ellos.
Esta sumatoria de claudicaciónes, inclusivas de:
a) la inacción y pasividad frente al reciente reclamo salarial de los suboficiales.
b) la validación de una mentirosa ofrenda de la tripulación de la Fragata ARA Libertad a la Presidente, con la artera complacencia del Capitán del Buque y
c) La total ausencia de desvelo por evitar el naufragio de nuestro Destructor, nos acredita de manera indubitable que nuestra suerte está perdida.
Porque lo que ignoran estos farsantes, con insignias tan inmerecidas y vergonzantes, es que sus manifiestas cobardías, fortalecen la mofa de la que todos los Argentinos, somos inmerecidos destinatarios en el contexto internacional.
Estos apóstatas de la Dignidad Naval, que siempre se ha caracterizado universalmente por la Caballerosidad y el arrojo en su desigual lidia contra los elementos, deberían de ejercitar, aunque tardía y deshonesta, una solicitud de baja de las filas de una Institución, que aún perdidosa en la Batalla por las Malvinas, tuvo su cuota de apogeo, particularmente en las filas de sus heroicos Infantes y Pilotos.
Sus permanencias en actividad, potenciarían aún más nuestro estado de indefensión frente al sibilino enemigo exterior y al pomposo interior, ergo nuestro propio gobierno.
Pocas horas atrás, me llegó una versión de una inobjetable fuente de la Casa Militar, que entre otras cosas dice, que un sabotaje, implementado por buzos tácticos holandeses y también mercenarios, produjeron subrepticiamente una avería silente en el casco de la nave, por debajo de la línea de flotación, para celerar su escoramiento por arriba de los noventa grados y obtener el resultado que todos conocemos.
Que dicha operación fue contratada personalmente por Carlos Kunkel, quien además ofició de "valijero", para con estos indeseables saboteadores.
Que se les abonó la suma de tres millones de dólares por el "trabajo".
Y finalmente, que el propósito de dicho operativo, tuvo como destinatario al premier británico David Cameron, como mensaje subliminal de la clara posición antibélica Argentina, para la recuperación de nuestro Archipiélago.
Cada quien podrá conjeturar acerca de este episodio de Alta Traición a la Patria, como estime, conforme su Patriotismo.
Pero sin perjuicio de ello, todos sepan sobre
EL HUNDIMIENTO PROGRAMADO.
Atentamente Carlos Belgrano.-
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