Máximo Kirchner y los camporistas realizan maniobras para destruir al
Vicepresidente, exponiendo los tropiezos de Amado Boudou y a otros funcionarios “non gratos” ante medios de
comunicación seleccionados.
ANTECEDENTES
Durante la campaña para la Presidencia
de octubre de 2011, el oficialismo se sabía ganador de antemano, gracias a las
planificadas maniobras de fraude que tenían pergeñadas para dicha oportunidad. Recordemos
que en 2009 se inventaron las “candidaturas testimoniales” presentando postulantes
a cargos electivos que más tarde renunciarían para dejar sus lugares a
desconocidos candidatos que no eran tan mediáticos, como el caso del “quemo” de
“Nacha” Guevara.
Para octubre de 2011, además, hubo una
estrategia de reparto masivo de más de diez mil millones de dólares en
subsidios, planes, jubilaciones gratuitas y premios inmerecidos entre la
población para comprar su voto, estrategia que para esa época llevaba ya un
período de tres años de aplicación.
Mientras tanto, Amado Boudou era el ministro de Economía, mientras Cristina Wilhelm viuda de Kirchner
buscaba quien la acompañara como un hombro para darle consuelo en la fórmula
que sustituiría a su difunto esposo. En ese entonces, cuando Amado obtenía el “visto
bueno de Cristina”, por órdenes del ex estudiante de primer año de periodismo
deportivo Máximo Kirchner referentes
de La Cámpora lo “visitaron” en su propio despacho para exigirle “definiciones”
sobre el futuro del Ministerio, donde aparecía la “oportunidad” de un cargo
relevante a ocupar.
El ex Dee-Jay Amado Boudou, sin darse cuenta de la maniobra, les brindó
información privilegiada: los nombres que había consensuado con Cristina
Wilhelm, que eran Hernán Lorenzino o
Juan Carlos Fábrega, aclarándoles
además que él prefería al primero.
Entonces, “los muchachos” de La Cámpora
reclamaron tres puestos considerados claves por ellos, obteniendo de Amado la siguiente respuesta: -"La verdad es que todo depende de Cristina, pero los voy a
ayudar", y luego les preguntó a los referentes
del “Primogénito Príncipe de Río Gallegos y heredero de la Corona de Cristina Wilhelm” acerca de sus
potenciales candidatos.
EL PRÍNCIPE HEREDERO
Los “heraldos del Príncipe” de La
Cámpora mencionaron el nombre de Iván Heyn, quien acabó falleciendo en bizarras
circunstancias en la República Oriental del Uruguay, en medio de horrendos
vicios que el mismo solía practicar solitariamente, según trascendiera tras su
deceso.
Posteriormente, el entonces ministro de
Economía mantuvo un encuentro privado con Cristina Wilhelm, detallando la serie
de puntos que La Cámpora mediante presiones deseaba imponer. En la reunión,
Boudou dijo: -"No se puede jugar con la continuidad del modelo; La
Cámpora pide esto y aquello", mientras reclamaba la debida
confidencialidad para el contenido transmitido.
La viuda le replicó: -"Vos proponés a Lorenzino... Está bien: va Lorenzino", pero por lógica madre e hijo conversan. Así, Cristina Wilhelm reveló a
Máximo Kirchner los dichos del ministro de Economía y el acuerdo a que habían
arribado sobre el tema.
LA VÍA INDIRECTA
Así, los portavoces de Máximo repitieron
la visita al despacho del marplatense pero sin ir acompañados por Máximo,
acusando a Amado de traición, casi exigiéndole el cargo, y formulándole
reclamos por haber ido a “chusmearle” a “la Jefa” sobre el asunto cuando ellos
habían exigido que NADA saliese del despacho en que se habían reunido. A su
vez, los camporistas vuelven a reclamar puestos claves en la próxima
conformación del ministerio, recibiendo por respuesta que él no dialogaría más
sobre la cuestión: -"Vayan a tratarlo con CFK", les dijo.
¿Por qué habían seleccionado la vía
indirecta para abordar la cuestión? Máximo, no directamente sino por delegados,
no planteaban las cosas directamente a su madre, sino que pretendían utilizar a
un futuro candidato como “Chirolita” para imponer su criterio. Está visto que
la inferioridad de condiciones en el diálogo personal entre Máximo y su madre,
obliga a aquél a acudir a la vía “diplomática” mediante el recurso de
emisarios.
Una vez cerrada la vía “tercerizada”
para imponer candidatos a su propia madre por medio de Amado Boudou como si
todo fuese una elaboración intelectual y propuesta de éste, Máximo debió
plantear las cuestiones directamente a su madre. Así, cuando abordó el tema con
ella, ella decidió ponerle freno.
Ante esta situación, los emisarios de
Máximo en La Cámpora, como si fuese el laboratorio donde se urden intrigas
palaciegas, deciden la siguiente estrategia: adueñarse del Ministerio de
Economía a cualquier precio, dando a conocer cualquier actividad ilícita que
pudiera perjudicar a Boudou, ya sea en negocios, propiedades, desorden en su
declaración jurada de bienes, señalándolo como un corrupto, y llevando la
información a medios de comunicación, incluyendo el recurso de estudiar los
movimientos de Agustina Kämpfer como periodista de tiempo completo y novia “oficial”
de Amado, así como fotografías comprometedoras. Es evidente que en esta acción
se requiere del recurso de la inteligencia sobre dicho candidato.
Tras la victoria de Cristina Elizabet Wilhelm en octubre de
2011, con el dogmático 54% de los votos obtenidos con fraude electoral, Boudou fortaleció su lobby. De modo que
Cristina Wilhelm designó a Hernán Lorenzino (alias “me quiero ir”)
en la conducción del Ministerio de Economía, de modo que Boudou mantuvo a su gente en Hacienda.
EL “LABORATORIO DE LA CAMPORA”
Mientras tanto, desde el “laboratorio
de La Cámpora”, los protagonistas incursionadores del mundo de la Inteligencia,
tras acopiar voluminosa información, Máximo
Kirchner se topa con el dato de las “nutridas relaciones del Vice con la
operatoria de Ciccone Calcográfica”, Empresa que fuera birlada a referentes
duhaldistas coaligados en Boldt Sociedad Anónima. Fue Jorge Asís quien realizó la primera referencia al “affaire” en su
web, pero en realidad quien prendió el ventilador fue el grupo de La Cámpora,
liderados por el pluscuamperfecto “Eprofesore Neurus”, diría Pucho.
Máximo
Kirchner lideró la labor de investigar y destruir a Amado,
calificado como su “enemigo” además, buscando en el BCRA, donde hallaron a tres
personas que seguían fieles al Vicepresidente: Mercedes Marcó del Pont, Benigno
Vélez y el tercero en desgracia camporista resulta ser Juan Carlos Fábrega, el
presidente del Banco Nación.
También Marcó del Pont recibió la visita camporista, reclamándole asistir
en la identificación y eliminación de los “enemigos”, resolviendo la funcionaria
ayudarlos en su labor, de modo que Benigno
Vélez fue el blanco determinado que quedó expulsado del “sistema”.
La misión de destruir al flamante
Vicepresidente implicó continuar con la “inteligencia”, obteniendo información
de contrataciones de consultoras que el Presidente del Senado arregló a precios
perjudiciales para el Estado Nacional, haciendo filtrar dichos datos a un
listado de seleccionados medios de comunicación. Luego seguirían con la compra
de vehículos Audi.
REACCIÓN DE LA PRESI
Lo extraño, o no
tanto, fue que Cristina Wilhelm
jugaba “a dos puntas”. Néstor Kirchner
conocía los detalles de Ciccone, y tal vez Amado era además uno de sus lógicos
testaferros, mientras el Vicepresidente insistía en que la maniobra había sido “consensuada”
con el difunto. Cristina primero
otorgó su voto de confianza a Boudou,
comunicándose con el juez Norberto
Oyarbide para reclamarle que administre los alcances de la causa para que
no levante vuelo, mientras el Magistrado hace revivir una denuncia antedatada
con fecha previa a las que hicieran saltar el escándalo, para que la causa
fuese derivada a su Juzgado.
Ante el fracaso de su
misión, los camporistas arrojaron sobre el escritorio de “la Wilhelm” un puñado de carpetas (un “carpetazo”)
con detalles desagradables sobre la figura de Amado, con el objeto de desacreditarlo ante su influyente defensora
presidencial.
No hay que olvidar
además, que Juan Carlos Fábrega
estuvo involucrado en la causa en la que se investigaba a la ex ministro de
Economía de la Nación, Felisa Micelli,
imputada en una causa por presuntas irregularidades en la venta de un
frigorífico en 2005, cuando la misma era titular del Banco de la Nación Argentina.
La ex funcionaria estaba encartada en una causa que tramita por ante el juez
federal Marcelo Martínez de Giorgi.
Se trata de la venta del frigorífico Santa Elena a la firma
Santa Elena Alimentos SA, que se concretó a través de un acta del directorio
del Banco que firmó Miceli cuando
era su presidente. La operación se concretó por 3.500.000 de pesos cuando el
valor de mercado era de 20 millones. Junto a Miceli también fueron citados a declarar otros once ex directivos
del Nación, entre ellos el actual presidente, Juan Carlos Fábrega, quien en ese momento era el gerente general
del banco. Todos habían sido beneficiados con una falta de mérito dictada por
el referido juez.
ASOCIACIÓN MÁS QUE ILÍCITA
En esa causa, el fiscal
federal Carlos Stornelli pidió el
procesamiento del actual presidente del Banco Nación, Juan Carlos Fábrega, y de la ex ministro de Economía Felisa Miceli por el delito de
administración fraudulenta por la venta que hizo la entidad bancaria estatal
hecha en 2005 del frigorífico Santa Elena en la provincia de Entre Ríos. Ante
la decisión del juez dictando la falta de mérito, Stornelli apeló y pidió el procesamiento de los imputados también
por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública. El ex
ministro de Seguridad bonaerense cuestiona el modo en que el Nación le vendió a
la firma del empresario kirchnerista Sergio
Taselli el enorme terreno y las instalaciones del frigorífico. Antes de
conseguir el terreno, Taselli había
comprado en la quiebra la maquinaria del establecimiento y luego consiguió un
buen precio para cerrar la operación por lo restante. En junio de 2005, la
firma Santa Elena Alimentos S.A le pagó al Nación 3,5 millones de pesos por el
terreno y el frigorífico. Un perito, a pedido de Martínez De Giorgi, tasó ese predio en 26 millones de pesos, y
para Stornelli hubo una defraudación
al Estado.
Stornelli
asegura que hubo ofertas de empresas privadas por una valor más alto que el
pagó finalmente Taselli y estaba en
marcha un proyecto de cooperativa de los trabajadores que habían sido
despedidos por la quiebra que tenía el visto bueno de las autoridades del
Instituto Nacional de Economía Social y Asociativismo (INAES). Para el fiscal,
las autoridades del banco participaron de una maniobra que benefició a Taselli. Y por eso pide el
procesamiento de todos los involucrados en el caso.
MAXIMISTAS CAMPORISTAS VS.
NESTORISTAS
Tras la muerte de Néstor Kirchner, el “camporismo” se vio
fortalecido, imponiendo a sus candidatos, como Axel Kicilloff. Ello en desmedro
de los amigos del difunto, como Juan
Carlos Fábrega, quien ingresó al Banco Nación como auxiliar en la sucursal
de Río Gallegos, a los 18 años. Llegó a la ciudad austral con su familia, en
1958 y residió allí hasta 1972. En la capital santacruceña conoció a Néstor Kirchner. Desde entonces fueron
amigos… el resto es pura especulación certera acerca de los “amigos” del
difunto expresidente y su proceder.
Fábrega
es un “viejo conocido” de Oyarbide
(¿alguien entiende qué significa eso?), y le había prometido a Néstor Kirchner que lo ayudaría para
que Oyarbide dictara antes de fin de
año el sobreseimiento del matrimonio gobernante. Lo hizo. El pago fue convertir
a Fábrega en el presidente del Banco Nación.
¿Dónde fue a parar el
dinero de la diferencia de semejante operación? Lo que se difunde por todas
partes, es que el kirchnerismo no percibe una coima, sino que se transforma en
socio permanente del coimero, percibiendo una tajada del negocio. Fábrega,
además, fue obligado por La Cámpora a realizar préstamos irregulares al
gobierno.
CORRUPCIÓN BANCARIA
Así, informaba el
Informador Público en su web que el Banco de la Nación Argentina prestó 2.000
millones de pesos al tesoro nacional a una tasa del 9,5% anual, en una
operación reiterada e ilegal.
Técnicamente, la
entidad sólo podría financiar al gobierno con fondos de los depósitos de
organismos públicos como el PAMI o la Lotería Nacional, pero de ningún modo con
dinero de los depositantes privados.
La repetición de esta
operatoria irregular habría provocado en más de una ocasión que el presidente
del Nación, Juan Carlos Fábrega,
presentara su renuncia sin que mediara contestación alguna de la presidente. Sí
recibió, en cambio, un llamado de Guillermo
Moreno, quien le ordenó que retirara su dimisión de inmediato.
Fábrega le contestó que
si continuaba firmando las resoluciones que le prepara la flamante directora de
la entidad, la licenciada Cecilia
Fernández Bugna, corría el riesgo de “terminar preso” en el futuro.
Fernández es la comisaria política que representa a La Cámpora y fue designada en
2012 por la Presidente a través del decreto 919/12.
“YA VAS A IR PRESO”
Moreno
replicó a Fábrega: “con lo que ya
firmaste ya vas a ir preso, así que si renunciás, te vas a ir muerto por lo de
la papelera Massuh”. La planta de esta firma salió a la venta pública el 5 de
este mes, dos años después de su cierre definitivo y a tres años de una
estatización a medias que encaró a título personal Moreno, con obvios resultados negativos a la vista, y en la que
intervino el Banco Nación.
Quienes tienen la
última palabra en el Banco Nación, son los directores Ignacio Forlón, amigo de Máximo
Kirchner y la citada Fernández Bugna,
que es docente de la facultad de económicas de la UBA y responde al
viceministro de economía, Axel Kicillof.
Estos dos son los encargados de otorgar los Préstamos del Bicentenario. CFK aseguró
que de estos préstamos se entregaron 9.500 millones de pesos a una tasa
bajísima. Generalmente estos préstamos son usados para comprar la voluntad de
ciertos empresarios y evitar así que critiquen al gobierno, como ocurrió con el
agente inmobiliario Jorge Toselli,
sancionado por la AFIP luego de ser vapuleado públicamente por Cristina Wilhelm.
Por otra parte, Fábrega también fue señalado por el
diario La Nación como el artífice de las negociaciones con un banco venezolano,
en donde fechan el origen de lo que se dio en llamar el Venezuela-gate. Fue señalado
como el enlace de los negocios paralelos con Venezuela. La historia de su
participación en la trama del Venezuela-gate, es relata de esta forma por Juan Pablo Morales en la edición del 30
de abril de 2010 de ese diario: “El presidente del Banco Guayana, Oscar Giménez, entró en el Banco Nación
la primera semana de marzo de 2007, con el único fin de llevarse un acuerdo
comercial de la Argentina. Se entrevistó con la presidenta, Gabriela Ciganotto. Pero sólo cumplió
su misión cuando un hombre clave se sumó a las negociaciones: el gerente
general Juan Carlos Fábrega, un funcionario ascendente, amigo de la infancia del
presidente Néstor Kirchner, que
había sido designado ´responsable del acuerdo´”.
PAPELERA RECUPERADA
La papelera Massuh
venía concursada desde fines de la década de 1990, pero con la crisis de 2008
dejó de producir papel y sus 500 operarios fueron suspendidos sin cobrar sus
sueldos durante un semestre. En mayo de 2009, Guillermo Moreno la intervino, en un intento por evitar el cierre
definitivo.
Moreno
había a su vez obedecido a una directiva del fallecido ex presidente Néstor Kichner, quien en plena campaña
para ser elegido diputado por Buenos Aires encomendó a Moreno la recuperación de la papelera. El plan había sido elaborado
por el intendente de Quilmes y dirigente de la UOM, Francisco “Barba” Gutiérrez, amigo personal de Kirchner y según rumores quilmeños, amante de Aníbal Fernández de quien fuera su ex chofer.
Durante un año, Moreno
encabezó el directorio de la planta, rebautizada Papelera Quilmes, y
aprovechando su rol de funcionario hizo “sugerencias” a cadenas de
supermercados para que hicieran lugar en sus góndolas a las resmas de la ex
Massuh. Pero los esfuerzos no alcanzaron y un año más tarde Papelera Quilmes
sólo vendía 1.600 toneladas por mes: para tener sus cuentas en equilibrio,
necesitaba como mínimo colocar 3.000 toneladas. La planta cerró definitivamente
en mayo de 2010.
PAPELES Y PAPELES
La Cámara Nacional de
Casación Penal ordenó al juez federal Julián
Ercolini que determinara si la "Asociación Civil Anticorrupción",
fundada por el abogado Ricardo Monner
Sans, puede ser querellante en una causa abierta contra el ministro de
Economía y vicepresidente electo Amado
Boudou a raíz de supuestas irregularidades en la compra de 43 mil resmas de
papel para su cartera por 535.780 pesos.
Tanto Ercolini como la Cámara Federal y el
mismo Boudou se habían opuesto a
aceptar como querellante a la ONG, pero los jueces de Casación Raúl Madueño, Juan Fégoli y Luis María Cabral anularon la
resolución y advirtieron que "el carácter público que tienen personas a cargo
de funciones de gobierno hace que estén sujetos a un mayor escrutinio por parte
de la sociedad".
En la pesquisa se
investiga la sospecha de que las resmas compradas a la ex Papelera Massuh nunca
llegaron al Ministerio, aunque sí se habría concretado el pago. Mientras tanto,
Máximo Kirchner y los camporistas estudias
todas y cada una de estas situaciones…
FUENTES:
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