La publicación en la NACION de un articulo en el que se "ironiza" de alguna manara una actividad en los cuarteles de Palermo me ha llevado a mandar la carta que sigue al diario. atentamente
de la Cuesta
Señor Director.
La nota titulada "El kirchnereimo..." del Señor Jorge Fernández Díaz ,Secretario de redacción de LA NACION, publicada el 29 de diciembre, no esta abierta a comentarios a pedido del autor, pero, entiendo, que no se niega poder hacerle algún tipo de observación por este intermedio. Solo deseo referirme a su inicio, en el cual relata un subrealismo blindado al que con concurre (seguramente con sus hijos) que se desarrolla en el predio de los cuarteles de Palermo.
En verdad, usando sus palabras, se estaba ante una gigantesca kermese, pensada para "reconciliar la sociedad con el ejercito". En realidad no se puede negar la apreciación pero si aclarar ello. Los cuarteles "siempre han estado abiertos" a la sociedad civil, salvo en los tiempos de las luchas armadas. Ayer, aun antes del episodio que relata, a estos predios se invitaba a los vecinos a concurrir a las ceremonias, cuando no las unidades participaban en desfiles, sus bandas concurrían a las "retretas de la plaza" o eran lugares donde se practicaba polo, pato o ejercicios ecuestres. Hay recuerdos de cuarteles donde se "daba comida de los ranchos", se "asistía medicamente" o "eran refugio ante desastres naturales".
Lo que no expresa el autor, es que aun hoy, concurren escuelas al Regimiento de Granaderos a Caballo y emociona ver los rostros de los niños, sonrientes o anhelantes, escuchando la fanfarria o sorprendidos por los movientes de las cabalgaduras.
El autor no sabe, seguramente, que hace unos meses, cuando el Liceo Militar Gral. San Martin, recordaba sus 75 años de creación, abrió sus puertas para que los vecinos visiten y conozcan sus instalaciones. Pero, tampoco debe saber el Sr Fernández Díaz, que "siempre" en los cuarteles se jugo al futbol entre los soldados y los vecinos o se realizaron las mas variadas actividades deportivas o culturales.
Olvida que en las aulas de los institutos superiores cursan decenas de jóvenes civiles o que sus anfiteatros se abren para conferencias, foros, etc., variados.
Pese a estas observaciones, cabe, "nobleza obliga", de concordar cuando dice militares democráticos y honestos han hecho lo que podían: se adaptaron a las vacas flacas, lidiaron contra el estigma y la indiferencia general y perfeccionaron sus conocimientos técnicos". A partir de ese punto, el articulo toma el sentido político que se ajusta al titulo mismo por lo que es un aspecto que está librado a la percepción y valorización del autor y sobre el cual no se opina o valora. Las observaciones que se realizan, a titulo de contribución, se hacen para rescatar el tema de la relación de los militares con los ciudadanos, en particular los vecinos, que aparece "distorsionado", conforme lo relata el autor, posiblemente al tratarlo en un caso o momento exclusivo y no en su calidad general institucional.
Saluda a usted atentamente
Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1 /CMNN 73)
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José Javier de la Cuesta Ávila
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