La oración no es solamente para bendecir la mesa: es para agradecer, para pedir, para bendecir, pero sobre todo para alabar a Dios en esta vida.
Muchas personas rezan, muchos piden, pero también muchos rezan mal. Piden lo que no deben pedir, piden cosas que pueden hacerles daño, o piden mal. Por eso, hay que profundizar la Fe, saber rezar, saber orar, como expresión de Alabanza a Dios, y siempre dispuestos a lo que El quiera enviar desde su Providencia.
Resulta que caminaba un Misionero católico por la sabana africana, buscando personas para darles la Buena Noticia del Evangelio, que Dios se hizo hombre en Jesucristo y que murió para redimirnos, cuando de repente vio aparecer ante si, un león enorme, feroz.
El misionero miró a la derecha e izquierda, pero no encontró ningún lugar para ocultarse; ante lo cual comenzó a rezar, diciendo:
- Señor, infunde a este animal sentimientos cristianos.
Algunos dirán que la oración no es eficaz, pero en éste caso sí que lo fue, porque... ¡sucedió un Milagro!
El león se arrodilló y dijo:
- Bendice señor este alimento que vamos a comer debido a tu bondad, amén.
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