Se conmemoró el 30 de mayo el XXVII aniversario del bautismo de fuego de la Gendarmería Nacional. Las ceremonias formales se realizaron en lunes 1 de junio en las diversas dependencias con que cuenta la institución en la provincia de Chubut, según informó el Diario de Madryn.
Gendarmería tuvo un saldo de siete muertos en combate en el conflicto de Malvinas, la mayor proporción de bajas en relación al número de integrantes de una unidad, que por imperio del bloqueo británico, debió operar durante la guerra como una unidad disminuida al no haber podido completarse su dotación.
Gendarmes especialmente seleccionados integraron, casi a último momento, un Escuadrón de Comandos de Gendarmería Nacional, que debió operar junto a las compañías de comandos 601 y 602 del Ejército Argentino.
Esos cuarenta hombres que tuvieron la fortuna de ser designados fueron sabiendo que representaban a otros miles de gendarmes que quedaron en el continente, todos los cuales, sin lugar a dudas, hubieran dado la vida por estar en Malvinas.
La naturaleza singular del trabajo profesional del Gendarme, que en la dualidad funcional que le otorga su condición de Fuerza de Seguridad Militarizada cumple día a día, hace que sus hombres estén preparados para cumplir misiones diversas, aun en las más adversas circunstancias.
El día del arribo a Malvinas
Los gendarmes llegaron a las Islas a bordo de un Hércules, el 28 de mayo de 1982, casi a medianoche. Llegaron en los peores momentos, tras cuatro días de vuelo, con las luces del avión totalmente apagadas y el coraje casi inaudito de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina, volando a ras del agua para no ser detectados, ante el alerta roja vigente en la Isla.
Los gendarmes al mando del Comandante de Gendarmería, don José Ricardo Spadaro, asignados a las compañías de comandos 601 y 602 del Ejército Argentino, al lado de cuyos integrantes combatieron durante la guerra, tenían la misión de intervenir en operaciones de comando, avanzadas de combate de infantería, emboscadas e infiltraciones; participar en arriesgadas tareas de exploración y la defensa del último baluarte: Puerto Argentino.
Dado que constituyeron una unidad especial, con capacidades para operaciones de comandos, bautizada con el nombre de “Escuadrón Alacrán”, desde su creación y hasta el final del conflicto cumplió misiones de combate importantes, pero la primera de ellas estuvo signada por el infortunio: a bordo de un helicóptero murieron 6 de sus hombres.
Memorias de un gendarme
Según recuerda el Suboficial Mayor Víctor Pepe, quien estuvo allí recuerda el episodio, la primera misión fue asignada al otro día de su llegada, es decir el 29 de mayo. Tenían que ocupar junto con otras patrullas determinadas alturas que estaban mas allá de las primeras líneas argentinas.
Como la operación era helitransportada fueron embarcados a primera hora en un helicóptero Puma. Iban al monte Kent tras un objetivo muy caro: sobrepasar las líneas inglesas y luego atacarlas por atrás. Encararon la situación con gran entusiasmo y hasta con gran ansiedad.
El día 30 a las 8 de la mañana se inició el traslado, llevando gran cantidad de explosivos, artefactos preparados especialmente para batir al enemigo en su retaguardia. Tenían plena conciencia del peligro y que muchos de ellos iban a morir. Su máxima aspiración era la oportunidad del combate para demostrar sus capacidades como Gendarmes Centinelas de la Patria.
Es así que hace exactamente 27 años atrás, en el bautismo de fuego, seis gendarmes dieron el máximo testimonio y entrega exigible a un soldado de la Nación, en acción de combate, en la guerra por la recuperación de un sector territorial usurpado.
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