En la foto: Benedicto XVI recibió por primera vez al presidente de Estados Unidos, Barack Obama y su esposa Michelle en el Vaticano
Obama le dijo al Papa que en el G-8 se han decidido "ayudas para los países pobres". El Pontífice regaló a Obama la nueva encíclica social, 'Caritas in veritate', mientras Michelle Obama, se mostró visiblemente emocionada al saludar a Benedicto XVI y el presidente de EEUU también presentó a sus dos hijas y a su suegra al Papa.
El presidente de EEUU, Barack Obama, fue recibido por el papa Benedicto XVI en el Vaticano en la primera visita entre ambos. En la entrevista, Obama aseguró que la cumbre del G-8 celebrada en la localidad italiana de L'Aquila fue "muy productiva" y en ella se decidieron "ayudas para los países pobres".
El recibimiento
El presidente estadounidense fue recibido por el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone en el patio de San Damaso del palacio apostólico. Llegó procedente de L'Aquila, a unos cien kilómetros de Roma, donde asistió a la cumbre de los ocho países más industrializados del G8 ampliada también a los países emergentes.
Antes del ser recibido por el Papa en su estudio privado en el tercer piso, Obama se entrevistó con Bertone sobre los asuntos de interés común, entre ellos Medio Oriente, Africa y pobreza y desarme nuclear, adelantaron fuentes diplomáticas.
Luego, una formación de guardias suizos y personalidades de la nobleza romana recibió al presidente Obama.
Tras ser recibido con un cordial apretón de manos por el Pontífice en la sala del Tronetto, Obama le dijo al Papa: "Santidad, es un honor para mí estar aquí".
Benedicto XVI le preguntó por la cumbre del G-8, concluida pocas horas antes a lo que el mandatario estadounidense, siempre sonriendo, le dijo: "ha sido muy productiva y hemos decidido ayudas para los países pobres".
Después bromearon sobre la numerosa presencia de fotógrafos y, así, Obama dijo al Papa: "estoy seguro de que usted está acostumbrado a ser fotografiado. También yo lo estoy".
Obama llegó al Vaticano bajo estrictas medidas de seguridad desde la ciudad italiana de L'Aquila, en donde participaba en la cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo. Su llegada al encuentro se produjo en medio de fuertes medidas de seguridad, y entró al Estado Vaticano a través del Arco de las Campanas, luego de atravesar la plaza de San Pedro.
Obama fue conducido hasta el patio de San Damaso en la base del palacio apostólico en donde fue saludado por la guardia de honor.
Decenas de carabineros y policías antidisturbios custodiaron la plaza vaticana y la vía de la Conciliazione, la amplia calle que une el Vaticano con Roma, donde grupos de personas aplaudieron el cortejo presidencial.
La mayor parte del área alrededor del Vaticano estaba bloqueada y el uso de teléfonos celulares fue interrumpido mientras pasaba la comitiva del presidente estadounidense.
La basílica de San Pedro fue cerrada a los turistas y desviado el tráfico en la zona. Las alcantarillas y las papeleras fueron selladas, como algunas de las medidas de seguridad adoptadas.
El encuentro
"Santidad, es un honor para mí estar aquí", dijo Obama tras ser recibido con un cordial apretón de manos por el Pontífice en la sala del Tronetto, anexa a la Biblioteca Privada, lugar de la entrevista.
Una vez sentados uno frente a otro, Benedicto XVI le preguntó por la cumbre del G-8, concluida pocas horas antes. El mandatario estadounidense, siempre sonriendo, le dijo: "ha sido muy productiva y hemos decidido ayudas para los países pobres".
Después bromearon sobre la numerosa presencia de fotógrafos y, así, Obama dijo al Papa: "estoy seguro de que usted está acostumbrado a ser fotografiado. También yo lo estoy".
Después los fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas abandonaron la Biblioteca Privada, se cerraron las puertas y comenzó el coloquio privado con la ayuda de dos intérpretes.
Se trata de la primera entrevista del presidente estadounidense, Barack Obama desde su investidura en noviembre del año pasado con el Papa Benedicto XVI, en la cual Obama trató de sostener lo que la Casa Blanca calificó como un diálogo franco de asuntos en los que concuerdan y en los que difieren.
El presidente, tiene previsto informó al Papa sobre los resultados de la Cumbre del G-8, especialmente su compromiso de U$20,000 millones en ayuda a la agricultura para países pobres.
A diferencia de su predecesor George Bush, Obama y el Papa no ven con la misma opinión asuntos controvertidos como el derecho al aborto y la investigación con células madre embrionarias. Existen puntos de convergencia sobre el conflicto en Medio Oriente
Barack Obama, es protestante y miembro de la Iglesia Unificada de Cristo, pero se benefició del apoyo de distinguidos políticos católicos, entre ellos Edward Kennedy, hermano del presidente asesinado, y John Kerry.
40 minutos
El Pontífice y el inquilino de la Casa Blanca se encerraron a solas en el estudio privado del Benedicto XVI, donde mantuvieron un coloquio privado que se prolongó durante 40 minutos.
Al concluir el encuentro privado, Benedicto XVI se despidió del presidente americano indicándole que rezará por él. "Una bendición a todo su trabajo», añadió después el Pontífice.
Obama, por su parte, respondía diciendo sentirse "muy agradecido" por el encuentro con el Papa. "Espero que la nuestra sea una relación muy fuerte", añadía antes de abandonar la Biblioteca privada del Pontífice con una edición de la nueva encíclica social del Papa, 'Caritas in veritate', como regalo. "Así tendré algo que leer en el avión", señalaba Obama.
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