Por Fernando Lema
El 2 de agosto de 1925, nacía en Mercedes –cuna del Ejército Argentino- Jorge Rafael Videla.
Hijo del Cnl Rafael Videla y de María Redondo, llevaría los nombres de sus dos hermanos mellizos fallecidos antes de su nacimiento.
Precoz en su ingreso al Colegio Militar de la Nación, fue Subteniente del arma de Infantería a los 19 años; Oficial Instructor del CMN, del cual sería luego su director; agregado militar en EE.UU., Bolivia y Venezuela. Y fundamentalmente un hombre probo toda su vida, algo que no han podido arrebatarle ni los jueces venales, ni sus enemigos por ahora en el poder.
En la foto: El General Jorge Rafael Videla reunido en la Casa Rosada con Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato (uno de los correctores literarios del libro "Nunca Más", y el P. Leonardo Castellani)
Hoy dolorosamente asistimos a la agonía de una Nación otrora prospera, merced al gramscianismo feroz de veinticinco años de politiquería inmunda, en que los valores morales finalmente se han subvertido.
Pero en momentos en que la Argentina era asediada por la subversión armada que pretendía tomar por asalto el poder, y que aquellas potencias siempre afectas a decirnos qué debemos hacer nos dejaron librados a nuestra suerte, sólo los hombres con temple y determinación evitaron su colapso, imbuidos del mas puro y desinteresado sentimiento que un hombre pueda tener, que es el amor a la Patria, que nos hace ofrendar la propia vida sin esperar reconocimiento alguno.
Por eso protagonizaron la Historia; aunque hoy les hayamos dado la espalda y estén condenados a morir sin justicia, como prisioneros de guerra. Porque los hombres adoran a Dios y al soldado en los momentos de peligro, y cuando éste ha pasado, Dios es olvidado y el soldado despreciado. (1)
Pero en momentos en que la Argentina era asediada por la subversión armada que pretendía tomar por asalto el poder, y que aquellas potencias siempre afectas a decirnos qué debemos hacer nos dejaron librados a nuestra suerte, sólo los hombres con temple y determinación evitaron su colapso, imbuidos del mas puro y desinteresado sentimiento que un hombre pueda tener, que es el amor a la Patria, que nos hace ofrendar la propia vida sin esperar reconocimiento alguno.
Por eso protagonizaron la Historia; aunque hoy les hayamos dado la espalda y estén condenados a morir sin justicia, como prisioneros de guerra. Porque los hombres adoran a Dios y al soldado en los momentos de peligro, y cuando éste ha pasado, Dios es olvidado y el soldado despreciado. (1)
En la foto: María Estela Martínez de Perón, vicepresidente y luego en ejercicio de la Presidencia tras la muerte del General Juan Domingo Perón.
Debido a las actividades que elementos subversivos desarrollaban en la Provincia de Tucumán y "la necesidad de adoptar medidas adecuadas para su erradicación”, el 9 de febrero de 1975, la Presidente de la Nación María Estela Martínez de Perón, en acuerdo general de Ministros, dicta el decreto secreto nº 261 que ordena "aniquilar" el accionar de la subversión, poniéndose en marcha el Operativo Independencia, bajo el mando del Grl Br Edgar Acdel Vilas, del que participaran efectivos de la V Brigada de Infantería, a los que se sumaban efectivos de la Policía tucumana bajo Comando Operacional del Ejército.(2)
Si bien el operativo estaba circunscrito a la Provincia de Tucumán, el domingo 5 de octubre de ese año, en horas de la tarde, cuando la mayor parte de los efectivos gozaban de franco, montoneros atacó al RI 29, en Formosa, empleando cerca de un centenar de efectivos y una decena de vehículos, robando armamento y dejando un saldo de diez soldados, un Suboficial y un Subteniente muertos. Los sediciosos muertos en el enfrentamiento hoy figuran como desaparecidos. Esos acontecimientos tuvieron una incidencia fundamental en los decretos 2270/75 y 2272/75 que firmó Italo Argentino Luder, iniciando el aniquilamiento de la guerrilla, y sus apoyos en la Argentina. (3)
Luder, un “tibio” abogado constitucionalista que presidía el bloque de senadores nacionales peronistas, y que al morir Perón se convirtió en el reemplazante natural de la presidente, quedó interinamente a cargo del Poder Ejecutivo entre el 13 de septiembre y el 17 de octubre de 1975 ante un pedido de licencia de Isabel. Durante su breve e infeliz interregno, firmó los famosos decretos.
En cierta reunión de gabinete inexpresivamente anunció: “he convocado a los jefes militares para ver qué podemos hacer para parar al terrorismo que es incontrolable". A su turno, el Tte Grl Videla le respondió que “los militares tenemos armas para matar y morir; no tenemos experiencia en este tipo de Guerra Revolucionaria, solamente contamos con la formación teórica de estudios iniciados en los años sesenta por el Cnl Rosas en la Escuela Superior de Guerra, las experiencias de las misiones francesa en la Guerra en Argelia y Norteamericana con la de Vietnam. Lo que sí puedo anticipar es que cualquiera sea la solución que se elija va a ser cruenta". (4)
Videla, en su carácter de Comandante General del Ejército, y por expreso pedido del Gobierno Constitucional, presentó cuatro alternativas distintas, de las cuales una era un sistema operacional sumamente controlado, cuyo inconveniente era el tiempo que llevaría acabar con el terrorismo, y otra se basaba en una descentralización con gran capacidad operativa de los niveles inferiores, cuyo riesgo era el debilitamiento del control en lo operativo. Pero en un año y medio el terrorismo se controlaba.
Esto fue lo que se aceptó ya que la situación se les iba de las manos y la opinión generalizada era la que expresara Tomás Vottero, el olvidado Ministro de Defensa del gobierno de Isabel Perón, cuando dijo que la acción de la subversión era “compleja, despiadada, diabólica y criminal” siendo lo indicado “el exterminio total” de la misma. (5)
El Dr. Corvalán Nanclares, Ministro de Justicia, quiso intervenir objetando dicho plan por sus aristas violentas, y Luder lo paró diciéndole: "Ministro, la decisión ha sido tomada". Al día siguiente se convocó a todos los gobernadores, se creó el Consejo de Seguridad y se comenzó a operar en todo el país.
Años después, en 1983, llegaba Alfonsín cambiando la historia; nos robó la paz y antes de huir nos dejó la propia subversión en los portones de La Tablada. Condenando en una parodia de juicio -como la farsa de Nüremberg- a quienes habían vencido en aquella guerra en la que participó como abogado defensor del jefe del PRT-ERP Mario Roberto Santucho, a quien en su descargo calificó como “un combatiente”. (6)
Esta calificación de Alfonsín no es un detalle menor, pues admitía la existencia de un conflicto armado.
Pero en realidad, en la Argentina hipócrita todos conocemos la Historia. Sabemos que el agresor fue la guerrilla marxista fomentada y adiestrada por Cuba, y que la sociedad argentina fue la agredida. Y que fue por expreso mandato de esa sociedad y su gobierno constitucional que las FFAA, de Seguridad y Penitenciarias actuaron en el marco legal y operacional que por entonces había para su defensa.
Desbordadas las posibilidades de los órganos previstos para tiempo de paz, el empleo integral del poder militar configura una situación límite, que universalmente se conoce como “Estado de Guerra”. Una guerra que no promovieron, no buscaron y no desearon las Fuerzas Armadas, librada contra un enemigo mimético que no usaba uniforme ni bandera, con características muy particulares de imprecisión, tanto en su comienzo y en su término, cuanto en su peculiar desarrollo.
"Fue una guerra reclamada y aceptada como respuesta válida por la mayoría del pueblo argentino sin cuyo concurso no hubiera sido posible la obtención del triunfo; ejecutada con valor y alto espíritu de servicio por cuadros y tropa de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias, en el marco de las reglamentaciones vigentes; ganada por la Nación Argentina, en defensa de su honor, integridad y valores fundamentales". (7)
1) Cmdte D. Carlos Gustavo Lavado Ruíz y Roqué Lascano - S.O.M.H. San Ignacio de Loyola
2) Decreto "S" 261/75
3) “Nadie Fue”, de Juan Bautista Yofre
4) Conferencia del Dr Florencio Varela en Aunar, 30 SET 2003
5) “Una Carta Para La Historia”, de Hernán Llerena Amadeo (Ex Ministro De Educación), La Prensa 22 DIC 1989.
6) Cámara Federal en lo Penal, 1972. Causa: 247 S/Secuestro y asesinato de Oberdan Sallustro Leg. 9817 Fs. 3000/7
7) Carta del Tte Grl Videla Dirigida A FAMUS (Familiares De Muertos Por La Subversión), Abril de 1984
Si bien el operativo estaba circunscrito a la Provincia de Tucumán, el domingo 5 de octubre de ese año, en horas de la tarde, cuando la mayor parte de los efectivos gozaban de franco, montoneros atacó al RI 29, en Formosa, empleando cerca de un centenar de efectivos y una decena de vehículos, robando armamento y dejando un saldo de diez soldados, un Suboficial y un Subteniente muertos. Los sediciosos muertos en el enfrentamiento hoy figuran como desaparecidos. Esos acontecimientos tuvieron una incidencia fundamental en los decretos 2270/75 y 2272/75 que firmó Italo Argentino Luder, iniciando el aniquilamiento de la guerrilla, y sus apoyos en la Argentina. (3)
Luder, un “tibio” abogado constitucionalista que presidía el bloque de senadores nacionales peronistas, y que al morir Perón se convirtió en el reemplazante natural de la presidente, quedó interinamente a cargo del Poder Ejecutivo entre el 13 de septiembre y el 17 de octubre de 1975 ante un pedido de licencia de Isabel. Durante su breve e infeliz interregno, firmó los famosos decretos.
En cierta reunión de gabinete inexpresivamente anunció: “he convocado a los jefes militares para ver qué podemos hacer para parar al terrorismo que es incontrolable". A su turno, el Tte Grl Videla le respondió que “los militares tenemos armas para matar y morir; no tenemos experiencia en este tipo de Guerra Revolucionaria, solamente contamos con la formación teórica de estudios iniciados en los años sesenta por el Cnl Rosas en la Escuela Superior de Guerra, las experiencias de las misiones francesa en la Guerra en Argelia y Norteamericana con la de Vietnam. Lo que sí puedo anticipar es que cualquiera sea la solución que se elija va a ser cruenta". (4)
Videla, en su carácter de Comandante General del Ejército, y por expreso pedido del Gobierno Constitucional, presentó cuatro alternativas distintas, de las cuales una era un sistema operacional sumamente controlado, cuyo inconveniente era el tiempo que llevaría acabar con el terrorismo, y otra se basaba en una descentralización con gran capacidad operativa de los niveles inferiores, cuyo riesgo era el debilitamiento del control en lo operativo. Pero en un año y medio el terrorismo se controlaba.
Esto fue lo que se aceptó ya que la situación se les iba de las manos y la opinión generalizada era la que expresara Tomás Vottero, el olvidado Ministro de Defensa del gobierno de Isabel Perón, cuando dijo que la acción de la subversión era “compleja, despiadada, diabólica y criminal” siendo lo indicado “el exterminio total” de la misma. (5)
El Dr. Corvalán Nanclares, Ministro de Justicia, quiso intervenir objetando dicho plan por sus aristas violentas, y Luder lo paró diciéndole: "Ministro, la decisión ha sido tomada". Al día siguiente se convocó a todos los gobernadores, se creó el Consejo de Seguridad y se comenzó a operar en todo el país.
Años después, en 1983, llegaba Alfonsín cambiando la historia; nos robó la paz y antes de huir nos dejó la propia subversión en los portones de La Tablada. Condenando en una parodia de juicio -como la farsa de Nüremberg- a quienes habían vencido en aquella guerra en la que participó como abogado defensor del jefe del PRT-ERP Mario Roberto Santucho, a quien en su descargo calificó como “un combatiente”. (6)
Esta calificación de Alfonsín no es un detalle menor, pues admitía la existencia de un conflicto armado.
Pero en realidad, en la Argentina hipócrita todos conocemos la Historia. Sabemos que el agresor fue la guerrilla marxista fomentada y adiestrada por Cuba, y que la sociedad argentina fue la agredida. Y que fue por expreso mandato de esa sociedad y su gobierno constitucional que las FFAA, de Seguridad y Penitenciarias actuaron en el marco legal y operacional que por entonces había para su defensa.
Desbordadas las posibilidades de los órganos previstos para tiempo de paz, el empleo integral del poder militar configura una situación límite, que universalmente se conoce como “Estado de Guerra”. Una guerra que no promovieron, no buscaron y no desearon las Fuerzas Armadas, librada contra un enemigo mimético que no usaba uniforme ni bandera, con características muy particulares de imprecisión, tanto en su comienzo y en su término, cuanto en su peculiar desarrollo.
"Fue una guerra reclamada y aceptada como respuesta válida por la mayoría del pueblo argentino sin cuyo concurso no hubiera sido posible la obtención del triunfo; ejecutada con valor y alto espíritu de servicio por cuadros y tropa de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias, en el marco de las reglamentaciones vigentes; ganada por la Nación Argentina, en defensa de su honor, integridad y valores fundamentales". (7)
1) Cmdte D. Carlos Gustavo Lavado Ruíz y Roqué Lascano - S.O.M.H. San Ignacio de Loyola
2) Decreto "S" 261/75
3) “Nadie Fue”, de Juan Bautista Yofre
4) Conferencia del Dr Florencio Varela en Aunar, 30 SET 2003
5) “Una Carta Para La Historia”, de Hernán Llerena Amadeo (Ex Ministro De Educación), La Prensa 22 DIC 1989.
6) Cámara Federal en lo Penal, 1972. Causa: 247 S/Secuestro y asesinato de Oberdan Sallustro Leg. 9817 Fs. 3000/7
7) Carta del Tte Grl Videla Dirigida A FAMUS (Familiares De Muertos Por La Subversión), Abril de 1984
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