Por Eduardo Jorge Rodrigo
Siendo aproximadamente las 1230 hs del día Viernes 11 de Septiembre de 2009, en forma abrupta, los canales televisivos de aire y los medios radiales de difusión fueron "tomados" por el Estado Nacional en nombre de la "Libertad de Expresión". Esto para escuchar la afrenta de la mentira en boca de quien debiera representar a todos los Argentinos. Esta persona, a vuelto a ufanárse con tal cargo de representar a todo el Pueblo Argentino y, hacerlo, desde un lugar emblemático por haber sido - más allá de ciertas circunstancias a una de las tres Instituciones Armadas del Pueblo Argentino. Instituciones que, al parecer no encuentran en su ceno varones capaces de defenderla. He ahí el porque la Nación se encuentra indefensa anta tanta felonía.
Esta manifestación de deliberada omisión de una parte de la Historia de la Nación Argentina, cargada de ideologismo de inspiración foránea, pero ejecutado vernáculamente por quienes encarnan lo asqueroso de lo apatrida, continúa avanzando sin que nadie salga al paso para decir ¡¡ BASTA !!.
Basta ya de esto que constituye la base misma de la miseria: la mentira.
Basta ya de "permitir" que esta lacra social que dirige los destinos de la Nación avance quitando espacio a la Verdad Histórica. Hasta cuando la impune barbarie ha de continuar imperando en estas tierras. Hasta cuando el enmascaramiento de un tenido "protocolo de buenas costumbres deberá sostenerse en el adentro de quienes sabiéndo de qué se trata todo esto se maquillan -sin más- y parece pululan los rincones de la cobardía. Eso, eso es hipocrecía.
Basta de medias tintas, basta del discurso arengante que el tiempo de las palabras se acabo hace tiempo y el tiempo de nuestros hijos, de nuestros nietos esta impregnado de una impiedad que les arrastrará si no se les permite una mirada hacia un destino universal.
Y basta, esencialemnte para nosotros mismos que, ante la mirada del Justo estamos siendo evaluados como evaluado fuera Simón Pedro en el Getsemani cuando respondió que "había espada". Digo, más bien se teme al que mate el alma qué a quien mate el cuerpo, ¿o es que acaso DIOS es un mero habitante del imaginario colectivo?
Nos encontramos entre el cielo y el abismo y, en nuestras manos nuestro destino y el destino de nuestros prójimos. Por amor a DIOS, por amor a uno mismo, por amor a esos prójimos en el clamor que implícito está en el Viva la Patria:¡¡ Viva a Cristo Rey, Viva la Santísima Virgen!!, ¡¡ HAGAMOS LO DEBIDO POR JUSTIFICAR NUESTRO PASO !!
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