Un fallo reconoce el "derecho" de fertilización asistida a dos lesbianas que viven como "pareja", en un nuevo atentado contra la Familia.
Marisa y María del Pilar tendrán un hijo en común, fecundado in vitro, de un donante anónimo masculino.
Por primera vez en la Argentina, una obra social –la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires– deberá pagarle a una pareja de lesbianas un tratamiento de fertilización asistida para que puedan tener un hijo en común con un donante de semen anónimo.
Así lo dispuso la jueza porteña Elena Liberatori, titular del Juzgado Contencioso Administrativo Nº 5 de la Ciudad de Buenos Aires.
Había trascendido periodísticamente ya en octubre del año 2008 se publicó una nota sobre el reclamo de Marisa y María del Pilar, y el mismo fue considerado por la jueza como prueba en favor de la "pareja".
Pese a la ficción, el hijo concebido de ese modo artificial tendrá un varón como padre genético, y el anonimato de su identidad puede traer consecuencias futuras al bebé concebido, ya que habrá familiares que andarán por el mundo sin saber que lo son, y hasta tal vez en alguna oportunidad entable una relación sentimental incestuosa.
Cabe destacar que la medida sería "discriminatoria" respecto de los homosexuales, ya que la jueza no habilitó en su sentencia a que un hombre sea inseminado artificialmente por considerarse psicológicamente como una mujer.
Marisa y María del Pilar tendrán un hijo en común, fecundado in vitro, de un donante anónimo masculino.
Por primera vez en la Argentina, una obra social –la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires– deberá pagarle a una pareja de lesbianas un tratamiento de fertilización asistida para que puedan tener un hijo en común con un donante de semen anónimo.
Así lo dispuso la jueza porteña Elena Liberatori, titular del Juzgado Contencioso Administrativo Nº 5 de la Ciudad de Buenos Aires.
Había trascendido periodísticamente ya en octubre del año 2008 se publicó una nota sobre el reclamo de Marisa y María del Pilar, y el mismo fue considerado por la jueza como prueba en favor de la "pareja".
Pese a la ficción, el hijo concebido de ese modo artificial tendrá un varón como padre genético, y el anonimato de su identidad puede traer consecuencias futuras al bebé concebido, ya que habrá familiares que andarán por el mundo sin saber que lo son, y hasta tal vez en alguna oportunidad entable una relación sentimental incestuosa.
Cabe destacar que la medida sería "discriminatoria" respecto de los homosexuales, ya que la jueza no habilitó en su sentencia a que un hombre sea inseminado artificialmente por considerarse psicológicamente como una mujer.
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