miércoles, 10 de febrero de 2010

EL CINISMO DE NEGAR LAS EVIDENCIAS

En la foto: Emile Durkheim, el padre de la sociología moderna que buscó alterar el sentido común de la sociedad toda.


Por Emilio Nazar Kasbo


El alma del Filósofo busca la Verdad... y la halla. Quien no la encuentra, por más esfuerzos que realice, será simplemente un pensador.
Y la mala imágen del filósofo está dada por aquellos que precisamente desprestigian a esta noble ciencia, que es de las humanas la superior, y que a la vez es inspiradora de la política y base natural de la Teología.
¿Pienso, y porque pienso existo... o existo porque existo... o el mundo existe porque es una evidencia?
El principio de identidad nos lleva a la primera conclusión, el realismo nos conduce a contemplar el mundo como el conjunto de los seres, y la primera afirmación cae por falaz postulado.
El pensar no hace a la existencia, ni a la propia del sujeto que piensa, ni a la del mundo que rodea a dicho sujeto. Se trata de dos realidades diversas, que a poco de analizarlas se cae en la cuenta de la mezcla de dos materias filosóficas: la gnoseología con la ontología, la ciencia del conocimiento y la ciencia del Ser. ¿Y luego de semejante error evidente, tan garrafal que cae de la ciencia filosófica y que sólo puede ser interpretado poéticamente, se califica a Renato Descartes como un filósofo? Imagino que cualquier escolástico lo habría desaprobado a semejante pensador, y lo habría enviado a estudiar un poco más.
Sin embargo, cuando no se busca la verdad se cae en la admiración de la novedad. Y así, se considerará filósofo a quien no lo es, y se seguirá su línea de pensamiento hasta caer en las mayores atrocidades intelectuales.
Ya lo decía Aristóteles: un pequeño error al principio es un grave error al final. Esto se nota especialmente en las matemáticas... pero al parecer alguien ha derogado los errores en el pensamiento, y todo pensamiento es válido por ridículo o mentiroso que sea, y a su expositor se lo eleva al podio de los "filósofos".
Es más, en las matemáticas son aceptados los axiomas, como verdades evidentes en sí mismas que no requieren demostración alguna, pues su solo enunciado es la prueba de su veracidad, y sobre tales axiomas se construyen el resto de las afirmaciones científicas por deducción.
Sin embargo, parece que alguien ha derogado las leyes del pensamiento, la lógica y el razonamiento, para afirmar el reinado de la sinrazón. Y en este reino donde nada tiene sentido, el mismo sentido común, que es orientador, se pierde.
De los postulados idealistas de Descartes, se acaba en el mundo kantiano, donde nada consta al sujeto, donde el mundo es un fenómeno que aparece al mismo y donde no existe certeza alguna. ¿Y a tal negación de la realidad se la llama filosofía? ¿Qué es lo que hay para admirar en semejantes disparates carentes del más mínimo sentido común? De allí a la fenomenología y al existencialismo nihilista hay un solo paso...
¿Pero qué hay después del existencialismo? La New Age, que postula al hombre light y que reivindica una espiritualidad abstracta y sincrética propia de una cultura consumista globalizada. ¿Y algo más? Sí, que de allí a sostener lo antinatural y lo satánico hay un solo paso... y además mundializado.
La caída en la degradación lo arrastra todo: Imperios, culturas Naciones, personas, sociedades y todo lo que encuentra a su paso. ¿Y con qué empezó todo? Con la negación de las evidencias, sosteniendo que las evidencias atentan contra el pensamiento, que son "represivas", y cosas semejantes. El hombre libre, por tanto, dentro de esta concepción, es el autodestructivo que conduce su vida hacia la muerte sin sentido como un culto al ateísmo... o con sentido diabólico.
Emile Durkheim planteaba que para desarrollar la ciencia sociológica se debía despojar al pensamiento de toda idea previa, incluso del sentido común, para anular socialmente a este.
El hombre de alterados sentidos jamás logrará alcanzar la Verdad, pues se encuentra mareado como si bajase de un veloz carrusel. El hombre necesita serenidad y ocio contemplativo para poder pensar correctamente, y de eso se trata el mundo moderno actual: que nadie piense, que le den sus pensamientos servidos en bandeja audiovisual, que otro piense para ahorrar esfuerzos. Y así, la libertad queda avasallada por carecer de la Verdad que la dirija, y se llama libertad a cualquier cosa.
La política se funda en una filosofía, en una cosmovisión, directa o indirectamente, explícita o implícitamente. No se puede obviar este detalle, porque no es lo mismo considerar el homicidio como el asesinato de un ser humano que existe, a considerar el homicidio como la apariencia de una muerte de alquien que vivió en apariencia.
Un romano, de poca filosofía y más visión jurídica, habría resumido: Res, non verba.

1 comentario:

  1. Emile Durkheim escribió: "El sentimiento es objeto de la ciencia, pero no criterio de la verdad científica". ¿Qué tan lejos puede estar el pensamiento, del razonamiento? Bien lo dices Emilio, sino se tienen las bases firmes, en cuestión de filosofía, se podrá seguir cualquier tendencia pensando que marcan escuela. Se podrá sentir que está en lo cierto, pero sin estar respaldado por esa verdad científica, que a la postre es el discernimiento de una idea. Retomando lo dicho por Aristóteles, empezar mal desde el principio lo único que puede auspiciar es que se termine mal.

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