Hoy te voy a hablar sobre el aborto. Me parece un tema con bastante peso y me gustaría comentártelo, porque muy poca gente te habla con franqueza sobre este tema. Yo te voy a ilustrar, para que tu vida sea infeliz, para que la arruines y arruines la de tu hijo y la de toda tu familia, y la de la sociedad entera.
Para empezar, tengo que decirte que el aborto es la muerte del feto, situado aún en la matriz de la madre, producida durante cualquier momento del embarazo que va desde la fecundación hasta el momento previo al nacimiento y hay que diferenciar entre dos tipos de abortos:
- Espontáneo: cuando la muerte es producto de alguna anomalía o disfunción no prevista ni deseada por la madre.
- Provocado: cuando la muerte del bebé es procurada de cualquier manera: doméstica, química o quirúrgica.
El asesinato de un bebé no nacido se produce, además de algunos métodos domésticos, a través de los siguientes métodos:
- Por envenenamiento salino: Se extrae el líquido amniótico que protege al feto. Se introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El bebé ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde, la madre comienza “el parto” y da a luz un bebé muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.
- Por Succión: Se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y lo absorbe absolutamente todo, depositándolo después en un recipiente. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que suele no salir por el tubo de succión. Algunas veces las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse. Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma.
- Por Dilatación y Curetaje: En este método se utiliza un cuchillo provisto de una cucharilla filosa en la punta con la cual se va cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz, ya que, durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo el feto es ya demasiado grande para extraerlo por succión. La cureta se emplea para desmembrar al feto, sacándose luego en pedazos con ayuda de los fórceps. Este método está convirtiéndose en el más usual.
- Por “D y X”: Se hace a las 32 semanas, es decir, alrededor de los 8 meses. Este es el método más espantoso de todos, también es conocido como “nacimiento parcial”. Suele hacerse cuando el feto se encuentra muy próximo de su nacimiento Después de haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una pierna, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del feto. Así extrae parcialmente el cuerpo del feto, como si éste fuera nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta; el abortista, introduce unas tijeras en la base del cráneo del feto que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el feto muera y que su cabeza se desplome. A continuación extrae el feto y le corta la placenta.
- Por Operación Cesárea: Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al bebé extraído se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de salvarlo, sino de matarlo.
- Mediante Prostaglandinas: Este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el aborto a la mitad del embarazo y en las últimas etapas de éste. Su principal complicación es que el bebé a veces sale vivo. También puede causarle graves daños a la madre. Recientemente las prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la efectividad de éstas
- RU-486: Se trata de una fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina, que es eficiente si se la emplea entre la primera y la tercera semana después de faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al diminuto feto, al privarlo de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce luego de varios días de dolorosas contracciones.
Ahora te voy a decir por qué me gusta mucho promover el aborto. En realidad, se trata de que los miedos venzan tu alma, tu psiquis, todo tu ser, y que por tus miedos decidas matar a tu propio hijo. El aborto es un asesinato hecho contra un indefenso por motivos muy egoístas. ¡Claro que estoy a favor del aborto! ¡No hace falta decirlo! ¡Estarás evitando que nazca y crezca un niño que en el futuro puede ser un sabio, un héroe o un santo! ¡Qué más quiero yo que eliminar a esas personas que solamente buscan expandir en el mundo la Felicidad del Reino de Dios!
Cuando los médicos ven que el feto tiene alguna malformación o puede llegar a tener algún problema, preguntan a la madre si lo quiere tener, y se supone que toda madre quiere tener a su hijo y se tendría que dar por entendido que la respuesta es sí... Y me recuerda a la pregunta que le hice a Eva en el Paraíso para iniciar nuestro excelente diálogo que acabó en el Pecado Original ¡Qué buenos discípulos que tengo entre los médicos! Hoy ni siquiera están cambiando el Paraíso por un pecado, ¡matan por solo unos papeles pintados o por unos plásticos a los que llaman “dinero”!
¿Por qué, por el simple hecho de no ser genéticamente perfecto, te pueden prohibir vivir? ¿No tienen el mismo derecho a la vida que los demás? Eso es lo que te preguntarán todos esos que se llaman “provida”. No les hagas caso, cierra tus oídos a ellos, cierra tu corazón, cierra tu alma. No permitas que la Felicidad de Dios que ha llegado a vos en el bebé que fue concebido inunde tu vida. Lo que necesito es sangre, es muerte, es sufrimiento, es el dolor que vas a vivir después del aborto… es la condena de tu alma, es tu odio a la Fe Católica. Cuando hayas abortado, vas a odiar a la Iglesia, porque vas a odiarte a vos misma.
Aborta, y jamás verás cómo progresa tu hijo, aunque tenga alguna malformación, aunque tenga alguna discapacidad de la clase que fuese. Jamás dirás “es mi hijo” o “es mi hija”, porque nunca más estará en este mundo, y cuando quieras ir a buscarlo sólo tendrás que esperar tu propia muerte, sabiendo que en el infierno te encontrarás aislada, sola, en la angustia e infelicidad eterna.
No escuches la voz del Amor. Escucha mi voz, la voz del egoísmo, del odio y del rencor. Escucha mis argumentos: “una madre tiene derecho a elegir”, ¡y vos podés elegir por mi!
La elección no es de una vida casta o de casarse y tener bebés que Dios mande. La elección, la opción que te ofrezco, es que si quedás embarazada vendas tu alma y mates a tu propio hijo. Sea quien fuese el padre.
Ya te expliqué cómo son los abortos, ves que incluso por intentarlo ponés en riesgo tu propia vida, y eso me gusta más, porque te podés morir en el mismo momento del pecado y condenar tu alma al perpetuo infierno. Sí, el aborto es algo inhumano e inmoral, y no es normal ni natural que a un pequeño bebé que aun no ha nacido lo corten en pedacitos y después le extraigan el cerebro, o que le saquen el cuerpo mientras aun se mueve y más tarde la cabeza. Sí, y quienes lo hacen ganan dinero, el dinero que les pagarás, porque no les importa ni su dignidad, ni la tuya, ni la del bebé, y mucho menos les importa Dios ¿no ves acaso mi triunfo?
Sí, los médicos que practican abortos son sicarios: asesinos a sueldo que matan por una suma de dinero. ¿No hizo eso Judas, precisamente?
Te voy a decir un secreto: muchas personas ven el aborto como algo “normal”… pero no es cierto. Hay un síndrome post-aborto, la mujer queda deshecha psicológicamente, y un día quiere buscar al hijo que asesinó y el alma le duele todo el resto de la vida, con un sentimiento de culpa que no puede superar. Un solo aborto hace eso, pero la que logra hacer más abortos, se acostumbrará a ese resentimiento contra sí misma, contra su propia familia y la sociedad… y contra Jesucristo ¡Qué gran victoria!
Sí, como dije antes, muchos abortos “fracasan”, y el bebé nace, a veces tal vez con malformaciones en una crueldad provocada por la mamá y el médico… aunque algunos si nace vivo lo dejan hasta que se muera sin ningún cuidado, o directamente lo matan. Así como Caín mató a Abel.
Ah, ¡qué placer cuando las madres después de abortar se arrepienten de haber quitado la vida de su propio hijo! Y su angustia, su dolor, su sufrimiento, su arrepentimiento crece cuando ya no se puede hacer nada. ¡Algunas no creen que en el Sacramento de la Confesión se puede borrar el pecado, y viven toda su vida con esa pesada carga! ¡Qué triunfo es eso!
Y claro, la historia no termina ahí. La avaricia hace que la vida humana gire alrededor del dinero, de ese Becerro de Oro al que adoran. Hay lugares en los que utilizan al bebé abortado para hacer experimentos, o usan la placenta y el propio feto para hacer cremas para la piel ¡Y hay países en los que esto es legal! ¿No es un triunfo que en vez de que Jesucristo sea el Rey de las Naciones, el Orbe me rinda culto asesinando a sus propios hijos y convirtiendo el planeta en un mundo infeliz y antinatural?
Sí, a veces los dolores del parto te pueden hacer tambalear, ¡pero si es justamente el premio que obtuvieron las mujeres porque Eva cayó en el Pecado Original! ¿Qué otra cosa podían esperar? Sí, no creen en la Biblia, pero ahí dice cómo es el parir hijos con dolor. Y así como hice que la humanidad caiga y tenga ese castigo en las mujeres, ahora traigo otra solución al dolor, que es un dolor más grande: el aborto.
Sí, abortá, andá y pagale al médico para que mate a tu bebé, hacele caso a mi voz, porque esto es lo que sugiero a cada uno de los que te aconsejan esta solución. Internet, amigas, conocidas, los diarios, la radio, la TV, los familiares, o el mismo irresponsable papá de la criatura, todas son presiones que inspiro para que elimines esa vida. No te va a doler, no es nada, es como cortarse las uñas o el pelo, ya termina todo, no vas a tener dinero después de tener al bebé, ya tenés muchos bebés y no los vas a poder criar, lo vas a tener que criar sola, “hacete cargo”, vos sos “libre”, “es tu cuerpo”, “vos decidís”… ¡Cuántos consejos!
Vas a escuchar alguien que te dirá que “un hijo es un regalo de Dios para que sea santo en esta vida, nunca un castigo”. No les hagas caso, más bien tenés que oír a tus miedos, porque si le hacés caso y te decidís por la vida, habré fracasado, porque a pesar de todo mi esfuerzo podrías llegar a ser feliz… como cuando la Virgen María dijo al Arcángel Gabriel “hágase en mí según tu palabra”.
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