Por: Ricardo Díaz
Culmina otro año en que solo han sucedido cosas extrañas. A nivel nacional, una muerte extraña y repentina (súbita) de la persona que más complicaba toda la política argentina, dando lugar así a cambios inesperados en dicho ámbito.
Ocupación repentina de un parque por gente que no se sabe dónde estaban una semana antes de tomar esa delictiva actitud, con el correspondiente y ya clásico “efecto dominó”, tanto es así que estoy pensando seriamente en ocupar la casa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, que está abandonada, ya que, por lo que veo en la ocupación del parque Indoamericano, no me va a reprimir la policía y creo que vecinos tampoco, porque en ciudades aburguesadas como esta nadie quiere meterse en líos.
En el tema de la inseguridad, ni hablar, durante este año siguió creciendo y los casos son tantos que es imposible ponerse a enumerarlos, pero ahora se resolvió cambiar al ministro de seguridad y poner a Nilda Garré por su “gran desempeño” en el Ministerio de Defensa...
Otra pena para los argentinos, en este año que concluye, fue la inflación, asunto totalmente fuera de control, sobre todo al ser negada por el gobierno que, una vez más, no reconoce errores, por lo cual deberíamos creer, los cuarenta millones noventa mil habitantes de este bendito país, que tenemos el más perfecto gobierno de todos los tiempos y de todo el mundo.
Peor que todo esto fue la aprobación de la ley antinatural de matrimonios gay, asunto que huele a dictamen foráneo de algunas fundaciones multinacionales que dedican su dinero a corromper sociedades cristianas.
En Mar del Plata (“Mardel”, para los noticieros televisivos) se llevó a cabo una Reunión Cumbre con extrañas ausencias sin aviso, entre las cuales encontramos la inexplicable inasistencia del verborrágico Chávez, que, de la amenaza de realizar una contra-cumbre, en otro lugar de la “feliz”, pasó a directamente no venir. Tal vez por miedo a que el rey Juan Carlos lo hiciera callar de nuevo.
A nivel deportivo, con una selección en manos de una persona que, si bien fue el mejor jugador de fútbol del mundo, de tácticas y estrategias no sabe nada, la prueba está en que clasificó a duras penas para el mundial de Sudáfrica, y que cayó con un humillante cuatro a cero ante Alemania. Una desconcertante actuación en el mundial de Sudáfrica, en dónde ni don Julio Grondona, miembro de la FIFA, pudo hacer nada, porque, además, estaba ocupado con los barra bravas procesados que, en lugar de estar presos, o de no pode salir del país, viajaron al continente africano, en donde se las vieron negras cuando la eficiente policía sudafricana los detectó. Luego, el viejo y vitalicio dirigente de la AFA, estuvo ocupado en preparar las correspondientes desmentidas de su participación directa en el acontecimiento descrito mas arriba.
A nivel internacional también sucedieron cosas raras. Al menos a mí me parece raro que un hombre sólo, con su computadora, haga tanto revuelo a nivel mundial a través de su página de Internet. Todo puede ser en la era cibernética, pero “algo huele a podrido en Dinamarca”. Otros, sobre todo periodistas, por mucho menos han sufrido muertes repentinas, también “súbitas”. Este individuo del Wisky Leaks, anda suelto y amenazando ahora al mundo financiero, real gobernante de este empobrecido mundo en donde ni la culta Atenas se salva, y que vive, en estos momentos, una tragedia griega.
Y de Grecia pasamos a Roma, en donde un atrevido Berlusconi sigue resistiendo acusaciones cruzadas de todos lados pero que, sin embargo, sigue asistiendo a las reuniones cumbres, sin temor a caerse, y en donde se encuentra con su competidor, en cuestión de mujeres, Nicolás Sarkozy.
De Roma pasamos a España, aquella que alguna vez fuera la campeona de la FE cristiana y esparciera el Evangelio en el Nuevo Continente, y que ahora vive en la corrupción total, ley del aborto mediante, y en la que, su presidente, no haciendo caso al refrán: “zapatero a tus zapatos”, sigue gobernando como si nada pasara, mientras la desocupación alcanza niveles históricos, de tal forma que todo apunta a que tengamos, los argentinos, una nueva inmigración de españoles… no saben donde se meten, salen de Guatemala y se meten en Guatepeor.
Bueno, voy a ir terminando, seguro de que me quedan cosas para apuntar, pero imagino que a esta altura, el amable lector estará a punto de suicidarse… por favor no lo haga, le traerá otro disgusto adicional a su familia.
En fin, después de tanto desastre en este año que termina con penas y sin gloria, sólo nos queda una cosa: la ESPERANZA de que todo va a cambiar.
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