miércoles, 29 de junio de 2011

LAS FALSAS OPINIONES IMPLANTADAS SON LA CAUSA DE NUESTRA RUINA


Por Cosme Becar Varela

Buenos Aires, 29 de Junio del año 2011 - 1049

Las "noticias políticas" de los últimos días ni son noticias ni son políticas. No se puede llamar "noticias" al bla-bla-bla vergonzoso al que se ha reducido la prensa. Y tampoco es "política" porque son meras decisiones autoritarias de los mismos personajes de ayer, de anteayer y de siempre que se imponen  a sí mismos y a sus cómplices como candidatos. Una vez electos, harán lo que se les dé la gana durante un período equis para repetir la misma saga posteriormente y ad nauseam.

Por eso no interesa en lo más mínimo analizar ese bla-bla-bla. Hay que intentar ir más allá del escenario y buscar lo que hay de verdadero detrás de esta farsa y lo que la hace posible. Sólo a partir de eso se puede hacer algo para recuperar la Patria.

Detrás de las apariencias hay varias realidades que es necesario conocer, apenas por indicios ya que una de las características de la situación del país es que casi todo lo que se dice es mentira o una media verdad (que es una media mentira), mucho se oculta y todo es engaño. 

No es difícil mentir y engañar en esta materia porque las cosas y los hechos reales están fuera del alcance del hombre común, o sea, del suyo y del mío, y sólo sabemos lo que nos cuentan y eso, como digo, es mentira o media mentira, ocultamiento y engaño. Esas falsedades toman el lugar de la realidad y ocupan toda la atención.

A partir de ese panorama fabricado se inducen las opiniones que "ellos" quieren que tengamos y lo hacen con tanta habilidad que terminamos por creer que esas son opiniones nuestras y difícilmente las cambiamos.

Induciendo ciertas opiniones que forman un conjunto coherente se crea una realidad ilusoria que constituye la base de todas nuestras decisiones relacionadas con la vida pública las que, consecuentemente, están equivocadas y sólo conducen a consolidar el poder de la "dirigencia" corrupta e inepta, a promover siempre a los peores y a sepultar a los mejores en el más oscuro anonimato, impidiéndoles todo acceso al pueblo y por ende, toda posibilidad de sustituir a la "dirigencia" en el gobierno.

Cuando digo "ellos" me refiero a quienes actualmente dominan el país y conducen esta operación a gran escala contra la sociedad. "Ellos" son de izquierda y están empeñados en destruir lo que queda de la Argentina tradicional para imponer un Estado socialista, agnóstico, ateo e inmoral.

* * *

No voy a enumerar todas las "opiniones" instaladas de este modo fraudulento en la mentalidad de los argentinos, especialmente en las "clases cultas", porque no hay espacio en un artículo para eso. Sólo indicaré algunas con la esperanza de que puesto en evidencia el artilugio, las víctimas de este verdadero "lavado de cerebro" recapaciten, lo rechacen y piensen de nuevo, con verdadero fundamento, cuales deben ser los objetivos del quehacer patriótico de aquí en adelante.

1) "Los actuales políticos, y en especial, el peronismo son insubstituibles".

"Clarín" en un artículo de fondo de un tal Andrés Malamud (29/6/2011, Pag. 33), por ejemplo, dice  eso.  Lo dice porque sabe que la gente ha sido conducida con anterioridad a pensarlo. Sólo explicita lo que los demás tienen en la cabeza de un modo más o menos confuso.

Si esto fuera verdad, sería inútil que los ciudadanos comunes intenten cambiarlos. Debemos resignarnos a ser dominados perpetuamente por ellos y por sus sucesores elegidos por ellos mismos. 

La segunda conclusión de esa opinión inducida es que quienes propongan reemplazarlos por argentinos justos, inteligentes, honestos y laboriosos son unos ilusos que imaginan utopías quijotescas y deben ser ignorados.

La tercera conclusión es que la única esperanza que la situación del país mejore consistiría en que esos políticos o algunos de ellos, mejoren, cosa que todos saben que no ocurrirá, aunque no se atrevan a reconocer su pesimismo.

Huelga decir que la opinión aquella es falsa, pero en la medida en que es creída estúpidamente por todos o casi todos, especialmente por las "clase cultas", pasa a ocupar el lugar de la verdad.

2) "Las diferencias políticas que separan a los argentinos no impiden que todo pueda resolverse mediante un diálogo que conduzca a la concordia. La polémica es siempre destructiva porque crispa y antagoniza".

Esta opinión parte de dos ideas. La primera es que la verdad y el error, la veracidad y la mentira, el bien y el mal, se distinguen en algo, pero no demasiado, ni menos aún irreconciliablemente. Todo puede resolverse en un medio término en el cual todos se encuentren cediendo cada uno un poco en sus posiciones. Y la segunda, es que los malos, los que mienten y los que sostienen ideologías falsas y nefastas, son gente de buena fe con la cual se puede tratar sin temor a ser engañado.

Los enemigos de esta paz idílica, que se cree alcanzable, son los intransigentes, los irreductibles. Y éstos nunca son los de la izquierda porque esos se supone, sin admitir prueba en contrario, que son democráticos, sino los de la "derecha", porque estos son dogmáticos. Luego, el verdadero enemigo es el católico, el defensor de la familia, de las jerarquías naturales, de las tradiciones, de la moral, de la Justicia.

Hay mucha gente "buena" que negaría indignada que esto sea así. Sin embargo, bastará que aparezca un izquierdista, ¡qué digo!, un terrorista que sonría y hable de "concordia", aunque no se retracte de ninguno de sus errores, ni se arrepienta de ninguno de sus crímenes, para que esa gente "buena" se emocione y se vuelva contra sus hermanos en la fe con indignación si se atreven a negar la sinceridad de ese tal o la utilidad de sus ofrecimientos de pacificación. 

Para quienes crean que exagero baste recordar el caso Labraña, el ex-terrorista que les hizo creer a muchos de mis amigos que la libertad de los secuestrados políticos estaba cerca. Han pasado ya dos años desde que se montó esa farsa y no sólo no han liberado a nadie, sino que hay nuevos secuestrados y más de 120 muertos en la cárcel sin que Labraña haya vuelto a aparecer.

Esta opinión pacifista conduce a un "desarme" moral que favorece a los tiranos. El diálogo con éstos, en el caso de que lo aceptaran (cosa que hasta ahora no ha ocurrido) sería un diálogo en el que una de las partes está armada y en el poder y la otra no tiene más que sus lágrimas y el deseo desordenado de transar.

No es necesaria demasiada sutileza para darse cuenta que en ese diálogo los sometidos y perseguidos no tienen ninguna posibilidad de conseguir algo.

La consecuencia de esta opinión implantada en la cabeza de los "buenos" es que éstos no se organizarán jamás para luchar contra la tiranía y preferirán siempre ceder y esperarlo todo de la benevolencia de los tiranos.  Con eso se cierra hasta la posibilidad más remota de Justicia y libertad.

Si Don Pelayo, el legendario guerrero católico del siglo VIII que con un puñado de hombres resistió en Covadonga a las armas de los moros y a la lengua falaz del Obispo traidor Don Opas, en vez de combatir contra toda esperanza se hubiera sentado a dialogar en las tiendas de los sarracenos, sus bravos se hubieran dispersado y España nunca hubiera sido reconquistada para la verdadera fe, ni siquiera 600 años después, como lo fue.

* * *

Concluyo diciendo que lo que nos está perdiendo no es la banda de fascinerosos del oficialismo y de la oposición que sirven a los planes del marxismo mientras se reparten los despojos de la Patria, sin hacerle ascos ni siquiera a la participación de parricidas y blasfemas como la jefa de las madres de plaza de mayo. No. Es la ingenuidad inverosímil con que los “buenos patriotas” se dejan engañar por las opiniones falsas que les implantan en el cerebro los autores de este libreto siniestro y la pétrea pertinacia con que las sostienen. El saqueo y la destrucción del país no es nada más que una consecuencia siniestramente lógica a partir de esas premisas falsas.

Cosme Beccar Varela

NOTA: Lea la Sección "Correo del Lector" en www.labotellaalmar. Entre otras cosas encontrará un informe sobre el grave error que cometieron quienes apoyaron la candidatura de Duhalde puesto que ese viejo desvergonzado, a las varias razones que ya existían para que jamás una persona de bien lo apoyara, agregó ahora otra eligiendo como compañero de fórmula a un abortista confeso y actuante llamado Das Neves.
CBV


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