Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata,
dedicó su reflexión televisiva semanal, en el programa “Claves
para un Mundo Mejor” (América TV), para comentar el testimonio
del Dr. Bernard Nathanson y su cambio de ser un difusor del aborto a
ser un gran defensor de la vida, a partir de su experiencia científica,
narrada en el libro “La Mano de
Dios”.
El prelado aclaró que el célebre Dr. Bernard Nathanson fue uno de los más grandes impulsores en los
Estados Unidos y en el mundo de la legalización del aborto. Ha sido el
director de una clínica abortista”, y que en el libro cuenta “cómo se procedió para obtener la
legalización del aborto en Estados Unidos exagerando las cifras, mintiendo
descaradamente sobre esto, desprestigiando a la Iglesia Católica que era y es la mayor defensora del derecho a la vida, hasta que el
mismo Nathanson se dio cuenta, cuando pudo realizar una ecografía
tridimensional, que el fruto de la concepción es un ser humano y un ser humano
que tiene reacciones propias de un ser humano”.
Recordó que, en
1985, filmó un video llamado “El
Grito Silencioso” que causó “una impresión extraordinaria porque
registra la reacción de un niño por nacer ante la agresión que sufre en el acto
del aborto” y que si bien fue “criticado por su crudeza” permite observar “imágenes que son incontrovertibles” y
“muestran la auténtica realidad”.
También destacó
que se nota que “era un hombre recto
pues Nathanson fue virando poco a poco en su manera de pensar el asunto y se
convirtió en un decidido defensor de la vida y del derecho a la vida desde el
instante de la concepción”. Incluso, en
los últimos años de su vida –ha muerto recientemente- “dio el paso definitivo con su conversión espiritual y entró, mediante
el Bautismo, en la Iglesia Católica”.
Monseñor Héctor Aguer explicó que el Dr. Bernard Nathanson, en este libro,
“cuenta toda su aventura. Es una aventura humana y espiritual detrás de la cual
se ve la gran crisis de la civilización actual. Y se ve el drama fenomenal, en un país concreto como los Estados Unidos
pero en el mundo entero, donde se ha impuesto el aborto y cómo este es un campo
de lucha, en el fondo, acerca de la idea fundamental de lo que el hombre es,
si el hombre puede ser concebido desde
sus inicios como un objeto de manipulación simplemente o si desde el inicio de
la concepción debe ser reconocido como un ser humano, como una persona humana y
como alguien que tiene dignidad y derechos que deben ser tutelados por leyes”.
Ratificó que esta
“certeza que es biológica pero es al
mismo tiempo jurídica no caben dudas. Cualquiera
sea la circunstancia en que el niño ha sido concebido, las dificultades que
rodean el embarazo y el posible nacimiento, aquí hay un principio absoluto que,
como dice el Papa Benedicto XVI, no es negociable”.
En el final de su
alocución televisiva sostuvo que “el
caso del Dr. Nathanson es particularmente elocuente porque él procede del mismo
campo contrario. Él ha sido uno de los representantes eximios de la cultura de
la muerte y, movido por la verdad de las cosas, ha decidido pasar al campo de
la defensa de la vida”.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor
Aguer:
“Hoy quiero
presentarles un libro que ya tiene unos años de edición y tengo en mis manos la
sexta edición española aunque el libro apareció en su original inglés en 1997 y
se llama “La Mano de Dios”.
“Les adelanto que
no es la biografía de un futbolista célebre sino que se refiere al caso del
célebre Dr. Bernard Nathanson. En realidad es su autobiografía”.
“Nathanson fue uno
de los más grandes impulsores en los Estados Unidos y en el mundo de la
legalización del aborto. Ha sido el director de una clínica abortista en la que
se practicaron decenas de miles de abortos en los cuáles él fue responsable
directo y muchos realizados por sus manos”.
“El Dr. Nathanson
cuenta, además, en este libro como se procedió para obtener la legalización del
aborto en Estados Unidos exagerando las cifras, mintiendo descaradamente sobre
esto, desprestigiando a la Iglesia
Católica que era y es la mayor defensora del derecho a la
vida, hasta que el mismo Nathanson se dio cuenta, cuando pudo realizar una
ecografía tridimensional, que el fruto de la concepción es un ser humano y un
ser humano que tiene reacciones propias de un ser humano”.
“Es así como en
1985 filmó un video que se ha difundido luego por el mundo llamado “El Grito
Silencioso” y que causó una impresión extraordinaria porque registra la
reacción de un niño por nacer ante la agresión que sufre en el acto del
aborto”.
“Este video fue
muy criticado por su crudeza pero las imágenes son incontrovertibles. Muestran
la auténtica realidad”.
“Se nota que era
un hombre recto pues Nathanson fue virando poco a poco en su manera de pensar
el asunto y se convirtió en un decidido defensor de la vida y del derecho a la
vida desde el instante de la concepción”.
“Más aún en los
últimos años –él ha muerto recientemente- dio el paso definitivo con su
conversión espiritual y entró, mediante el Bautismo, en la Iglesia Católica”.
“En este libro
cuenta toda su aventura. Es una aventura humana y espiritual detrás de la cual
se ve la gran crisis de la civilización actual. Y se ve el drama fenomenal, en
un país concreto como los Estados Unidos pero en el mundo entero, donde se ha
impuesto el aborto y cómo este es un campo de lucha, en el fondo, acerca de la
idea fundamental de lo que el hombre es, si el hombre puede ser concebido desde
sus inicios como un objeto de manipulación simplemente o si desde el inicio de
la concepción debe ser reconocido como un ser humano, como una persona humana y
como alguien que tiene dignidad y derechos que deben ser tutelados por leyes”.
“Ante esta
afirmación, ante esta certeza que es biológica pero es al mismo tiempo jurídica
no caben dudas. Cualquiera sea la circunstancia en que el niño ha sido
concebido, las dificultades que rodean el embarazo y el posible nacimiento,
aquí hay un principio absoluto que, como dice el Papa Benedicto XVI, no es
negociable”.
“El caso del Dr.
Nathanson es particularmente elocuente porque él procede del mismo campo
contrario. Él ha sido uno de los representantes eximios de la cultura de la
muerte y, movido por la verdad de las cosas, ha decidido pasar al campo de la
defensa de la vida”.
“Les recomiendo este libro “La Mano de Dios” si ustedes lo pueden leer; también les
recomiendo si lo pueden conseguir y creo que se consigue ese video llamado “El
Grito Silencioso”. La elocuencia de esas imágenes exime de cualquier
argumentación”.
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