lunes, 12 de septiembre de 2011

UN ERROR SOBRE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA



Por Emilio Nazar Kasbo


El día jueves 8  de Septiembre de 2011, tuve el honor de concurrir a disertación efectuada por Alejandro Ezcurra Naón en la ciudad de Buenos Aires, sobre el tema “Neo-Revolución cultural y el futuro de la familia”.

REVOLUCIÓN “HOLLYWOODENSE”
En la conferencia, fue abordada la cuestión del cambio cultural revolucionario, detallando por ejemplo los orígenes del jazz como música surgida en prostíbulos estadounidenses, o del arte que abandona el reflejo de lo bello para convertirse en la manifestación de lo feo y desagradable.
Posteriormente, el disertante centró su charla en la cuestión de la homosexualidad como eje de la revolución cultural. Denunció cómo influyó el estilo de vida “hollywoodense” a escala internacional, exportado desde Estados Unidos, y las vinculaciones de la cinematografía con la homosexualidad.
Asimismo, expresó que el término “homofobia” es una contradicción, puesto que la homosexualidad en sí es un trastorno que conduce a la infelicidad, y que se trata en esa medida de un mal. La contradicción, surge en tanto que la “fobia” se define como un temor infundado respecto de un mal que en realidad no es tal; por tanto, si la homosexualidad tiene esos aspectos de mal real, la calificación de “fobia” resulta errada. Todo esto fue expresado respecto de la homosexualidad objetivamente, en sí, sin alusión a persona alguna.

REVOLUCIÓN MARXISTA
El Sr. Ezcurra Naón además hizo referencia a la ideología gramsciana, y a la difusión de los errores de Rusia por el mundo, así como recordó la protección prometida por la Virgen de Fátima.
En su exposición, marcó el esquema revolucionario marxista, por la vía de la lucha de clases, así como su difusión por los medios de comunicación.
Finalizada la disertación, una asistente quiso remarcar que el origen de tales males no son solamente del marxismo soviético o gramsciano, sino también del capitalismo liberal estadounidense, a pesar de que efectivamente habían sido ambos criticados, tal como he detallado precedentemente.

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
El error se manifestó al expresar la asistente que conforme la Doctrina Social de la Iglesia los bienes tienen una función social una vez satisfechas las necesidades familiares. Efectivamente, el destino universal de los bienes y la justa distribución de las riquezas no tienen un sentido igualitario, ni tampoco la Caridad se constituye en un elemento obligatorio (ya que en este caso sería un acto de Justicia y no de Caridad).
Todos los bienes tienen un sentido social. La satisfacción de las necesidades de la familia, conforme la propia condición de cada familia, también es parte de la justa distribución de las riquezas y del destino social de los bienes. La familia misma es una sociedad, y existe una primera distribución familiar de bienes, que es efectuada por la autoridad en la familia (Padre - Madre - Hermano mayor), conforme las necesidades integrales de cada cual, que internamente son conocidas.
Tal distribución interna de los bienes, es social, porque la familia es una sociedad. Desvincular esto de la función social de la propiedad conforme la Doctrina Social de la Iglesia, es un error.
 
NECESIDADES SOCIALES
El segundo error, consistió en afirmar que satisfechas las necesidades de la familia, el resto es objeto de la función social de los bienes, que se dedican entonces a un destino social. Este pensamiento convierte al núcleo familiar, hablando en términos meramente económicos y materiales, en una unidad de consumo exclusivamente.
Precisamente, la economía es la recta administración de los bienes y recursos escasos en el hogar, que implica tener ingresos y egresos, que implica el consumo posterior al oficio, profesión o industria que hace crecer el patrimonio familiar en un aporte que a la vez es social. De hecho, la empresa familiar es una muestra de ello.
A su vez, el oficio, profesión o industria del Padre de Familia, ya sea en el marco de una empresa familiar o fuera de él, implica una interacción con otras familias dentro de la actividad que se desarrolla. Contratar empleados, o ser empleado, ser propietario o ser inquilino, o el mismo uso del dinero, implican el aspecto social.
 
CARIDAD SOCIAL
La distribución de los bienes y recursos económicos (que no del dinero), es una acción social por naturaleza.
Si tal distribución se realiza por una obligación legal o moral, se trata de un acto de Justicia. En todo lo que exceda la Justicia, y en tanto se realice con espíritu cristiano (no filantrópico), tal distribución es un acto voluntario de Caridad, más valioso en tanto más “duela” a quien lo realiza, y sin que exista obligación alguna de realizar tal gesto más que el Amor a Cristo, llevado a cabo por Él, con Él y en Él.
Finalmente, se encuentra la orientación moral en la financiación de causas nobles, que también ha de ser conforme lo enseña el Magisterio de la Iglesia. Es decir, la financiación del mal, o de males sociales, incluso se convierte en un pecado.
Efectivamente, el respeto por la propiedad privada no implica una negación ni una omisión del sentido social de los bienes, ni de su justa distribución. Pero la Caridad no se puede imponer.
Todo lo expresado, contradice el espíritu capitalista liberal o marxista colectivista, ya que eleva la mirada por sobre lo material para conducirla hacia lo Sobrenatural, abriendo el camino a la perfección cristiana y al ideal de santidad.

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