En el área de la salud, se practica la financiación por los grandes laboratorios farmacéuticos multinacionales a asociaciones de pacientes, cuyo objetivo es promocionar de manera encubierta los medicamentos de los primeros en el llamado "primer mundo" (como en el caso de España), a la vez que utiliza países de África y de Sudamérica para sus experimentos. El paciente ya no es un ser humano con dignidad, sino una rata de laboratorio y una fuente de obtención de recursos económicos... ¿A esto se llama "medicina" y "medicamentos"?
EL PROBLEMA EN ARGENTINA
Según denuncia la web de Actualidad RT, hay médicos argentinos que tienen convenios con compañías farmacéuticas para implementar tratamientos nuevos sin advertir a los pacientes sobre sus contraindicaciones, en tanto que los enfermos pueden llegar incluso a morir por tal tratamiento.
Asimismo, las compañías farmacéuticas pueden estar pagando 18 mil dólares por cada tratamiento que el médico realice, tal como se acreditó en un juicio por mala praxis médica en Argentina.
La nota detalla lo que muchos conocen y callan: el sistema de prebendas entre los médicos que carece de sanciones punitivas y éticas, y que por tanto no recibe sanción alguna. Los médicos por los medicamentos recetados reciben "premios", tales como financiamiento para su asistencia a Congresos, obsequios o invitaciones a comer.
El sistema se basa en la necesidad y urgencia de los pacientes, quienes no tienen más recurso que caer en la red de médicos que por derivar pacientes o por recetar medicamentos obtienen ganancias, independientemente de sus propios gastos u honorarios... un privilegio que sólo ese gremio profesional puede implementar.
Hace tres años estalló un escándalo en la Argentina cuando murieron 14
bebés de provincias pobres, luego de ser sometidos a un ensayo de la
estadounidense GlaxoSmithKline para una vacuna contra el neumococo. La
prueba había incluido a 14.000 niños.
Los
argentinos, y en general los sudamericanos y africanos, son
considerados ratas de laboratorio para tales grandes multinacionales, y
hay connacionales que aceptan al margen de toda ética profesional y de
toda actividad honesta, semejantes prebendas no reguladas ni por la Ley,
ni por los Colegios de Médicos.
EL PROBLEMA EN ESPAÑA
En el ejemplar N° 113 de la revista europea Discovery DSalud del año 2009, se publicó un trabajo de investigación que acreditó la existencia de redes creadas "al albur de los intereses corporativos" con el objetivo descripto. En esas tramas (encubiertas por un vacío legal y de normativas éticas por los Colegios y Asociaciones Profesionales), están implicados partidos políticos, fundaciones, universidades, laboratorios, centros de investigación, asociaciones de enfermos y otras instituciones cuyo objetivo básico es manipular a los médicos y enfermos, como estrategia de márketing, con el fin de "educarlos" sobre las "enfermedades", para que éstas se afronten desde una óptica meramente mercantilista.
En Europa, la Comisión Europea debatió una directiva a fin de permitir que la industria farmacéutica haga publicidad de sus medicamentos de receta, hecho que podría poner en peligro la salud pública. Ante este planteamiento, los laboratorios movilizaron a su favor al Foro Europeo de Pacientes, que es una coalición de asociaciones de pacientes de diversas enfermedades, entre las que se encuentra el Foro Español de Pacientes (FEP), dirigida por el médico catalán Albert Jovell, quien reconoce públicamente que parte de sus actividades son financiadas por farmacéuticas y por la Federación Internacional de la Diabetes. Entre los proyectos de esta asociación, se cuenta la llamada Universidad de los Pacientes, que es financiada por once farmacéuticas, además de la Generalitat de Catalunya y la Universidad Autónoma de Barcelona, que en realidad es una institución dirigida a pacientes, familiares, cuidadores, voluntarios y ciudadanos en general.
En esa institución los laboratorios se dan el lujo de convertir a los enfermos en auténticos "pacientes": personas dispuestas a perder su espíritu crítico y convertirse en pacientes completos, tanto con sus médicos como con sus tratamientos farmacológicos. Los "benefactores" de esta idea son Abbott, Almirall, Amgen, Fundación AstraZeneca, Esteve, Ferrer, Janssen-Cilag, Merck, Sharp an Dohme (MSD), Novartis, Pfizer, roche y Sanofi Aventis, además de la fundación Salud, Innovación y Sociedad (que es patrocinada por Novartis), y Aproafa (Aula de Promoción de la Asistencia Farmacéutica).
La Universidad de los Pacientes, cuenta con aulas como "Salud y mujer", "Docencia médica", "Derechos de los pacientes" o "Ética y política sanitarias". Además, casi todas fueron bautizadas con nombres que incorporan los de las empresas patrocinadoras: "Aula Novartis de Asma", "Aula Almirall de Enfermedades Respiratorias", Aula Roche Farma de Cáncer", "Aula Almirall de Depresión", "Aula Jansse-Cilag de Salud Mental", "Aula Abbott de Dolor", "Aula Abbott de Ética", "Aula Jansse-Cilag de TDHA", "Aula MSD de Diabetes", "Aula Sanofi Aventis de Obesidad", o el "Aula Novartis de Salud Cardiovascular".
Semejante artilugio "educativo" presenta un conflicto grave de intereses entre el Laboratorio y el paciente, siendo su nudo articulador el médico. Tal Universidad fue una iniciativa del Partido Socialista de Cataluña (PSC-PSOE). El Foro de los Pacientes se convirtió en la voz "oficial" de ese sector en España, apoyado abiertamente por el Partido Socialista de Cataluña, el cual fue acusado de consentir que las numerosas organizaciones que no controla la industria farmacéutica se hayan quedado sin voz.
A continuación, transcribimos la nota completa:
Sudamérica, la región donde los experimentos médicos se pagan con la vida
Varios médicos argentinos mantienen contratos con compañías farmacéuticas
para aplicar tratamientos nuevos sin advertir a los pacientes sobre
todas las contraindicaciones. En numerosos casos resulta que tales
"conejillos de Indias" pagan con la vida por no soportar estos
experimentos.
La situación se repite a diario, especialmente en los países menos
desarrollados. Los pacientes llegan en estado grave a una clínica o al
consultorio de su médico, donde les sugieren un nuevo tratamiento que
podría salvarles la vida.
El caso de Roberto
El caso de Roberto
Una de las víctimas del experimento médico resultó ser el taxista
Roberto Angiolillo, de 65 años, cuando lo internaron en un hospital de
Buenos Aires en 2007 tras haber sufrido un infarto.
Según contó su hermano Jorge D'Angiolillo, le dijeron que a Roberto le
iban a hacer una angioplastia. Al mismo tiempo avisaron que había un
medicamento nuevo que se podía colocar y que daba muy buenos resultados
para el problema que tenía. Sin dudarlo, Jorge firmó el protocolo por el
que autorizaba a someterlo al método. Tiempo después se enteró de que
en realidad, el remedio era del todo inconveniente en ese tipo de casos,
además de tener muchas contraindicaciones.
El paciente falleció a causa de una infección generalizada y la familia
inició un juicio por mala praxis. Durante el proceso se descubrió un
acuerdo particular que existía entre el cardiólogo y el laboratorio
estadounidense Jannsen Cilag.
Por cada ocasión en la que aplicaba este tratamiento, el médico recibía
un pago de 18.000 dólares. Otros cinco enfermos ya habían participado
de este experimento.
Una laguna legal
Sorprendentemente, estas cuantías no son ilícitas. Y de hecho las
empresas farmacéuticas llevan un control detallado de lo que cada
profesional prescribe.
"Los laboratorios los tienen clasificados en grandes recetadores,
pequeños o medianos. Y sobre los grandes, ejercen presión para que
tengan preferencia por una u otra marca", indica Jorge Yabkowski,
presidente de la Federación de Profesionales de la Salud.
Las compañías crean ese registro con datos que obtienen de las farmacias. Y a partir de esa información asignan retribuciones. Una encuesta realizada entre los médicos de Buenos Aires reveló, por ejemplo, que el 19% recibió inscripciones a congresos, un 12% invitaciones a comer y el 39% útiles de escritorio.
Las compañías crean ese registro con datos que obtienen de las farmacias. Y a partir de esa información asignan retribuciones. Una encuesta realizada entre los médicos de Buenos Aires reveló, por ejemplo, que el 19% recibió inscripciones a congresos, un 12% invitaciones a comer y el 39% útiles de escritorio.
Los grandes laboratorios internacionales aprovechan así el vacío legal
que existe en las naciones menos desarrolladas para experimentar
remedios que no pueden probar en su país de origen.
Las malas condiciones salariales
Hace tres años estalló un escándalo en la Argentina cuando murieron 14
bebés de provincias pobres, luego de ser sometidos a un ensayo de la
estadounidense GlaxoSmithKline para una vacuna contra el neumococo. La
prueba incluyó a 14.000 niños.
Algunos legisladores presentaron proyectos para regular este tipo de
investigaciones. Pero enfatizan que en el sector de la sanidad pública
también se deben mejorar las condiciones salariales. De esa forma se
podría evitar que los profesionales tomen decisiones en las que el
beneficio económico prime sobre la salud de sus pacientes.
Efectivamente, con sueldos que rondan los 1.500 dólares mensuales, la
mayoría de los facultativos no está en condiciones de financiar de su
propio bolsillo, por ejemplo, la asistencia a simposios y cursos
internacionales.
Las averiguaciones judiciales mostraron que el experimento del que cayó
víctima Roberto Angiolillo fue rechazado dos veces en Estados Unidos. Y
entonces el gigante farmacéutico decidió trasladar su campo de pruebas a
Sudamérica.
Así, por esta y otras tantas investigaciones, miles de latinoamericanos
corren el riesgo de convertirse en conejillos de indias debido a una
laguna legal que es urgente cerrar.
Fuente: http://actualidad.rt.com/
Fuente: http://actualidad.rt.com/
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