viernes, 30 de diciembre de 2011

MALA NOTICIA: MURIO EL SENTIDO COMÚN




       
          Hoy lloramos la muerte de un querido amigo, Sentido Común, que ha estado entre nosotros durante muchos años. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos años tenía, puesto que los datos sobre su nacimiento hace mucho que se han perdido en los vericuetos de la burocracia.
         Será recordado por haber sabido cultivar lecciones tan valiosas como: hay que trabajar para poder tener un techo propio sobre la cabeza, se necesita leer todos los días un poco, saber por qué los pájaros que madrugan consiguen lombrices, y también por reconocer la validez de frases como: la vida  no siempre es justa, y tal vez haya sido yo el culpable.
         Sentido Común vivió bajo simples y eficaces consignas: no gastes más de lo que ganas y estrategias confiables: los adultos, no los niños, están a cargo.
         Su salud comenzó a deteriorarse rápidamente cuando se aplicaron reglas bien intencionadas pero ineficaces: informes respecto de un niño de seis años acusado de abuso sexual por haber dado un beso a una compañera de clases, adolescentes que debieron irse a otro colegio por haber denunciado a un compañero distribuidor de drogas, y una maestra despedida por reprender a un alumno indisciplinado; sólo hicieron que empeorara su condición.
         Sentido Común perdió terreno cuando los padres atacaron a los maestros sólo por hacer el trabajo en el que ellos fracasaron: disciplinar a sus ingobernables hijos. Declinó aún más cuando las escuelas debieron requerir un permiso de los padres para administrar una aspirina, poner protector solar o colocar una “Curita” a un alumno, aunque eso sí,  no podían informar a los padres si una alumna estaba embarazada y quería abortar.
         Sentido Común perdió el deseo de vivir cuando los Diez Mandamientos se convirtieron en material risible, algunas iglesias en negocios y los criminales comenzaron a recibir  mejor trato que sus victimas. Para Sentido Común fue un duro golpe que uno ya no pueda defenderse de un ladrón en su propia casa, pero que el ladrón pueda demandarnos por agresión; y que si un policía mata a un ladrón, incluso si este estaba armado, sea inmediatamente investido por exceso de defensa, cuando no acusado de gatillos fácil.
         La muerte de Sentido Común fue precedida por la de sus padres, Verdad y Confianza, la de su esposa Discreción, la de su hija responsabilidad y la de su hijo Raciocinio. Lo sobreviven sus tres hermanastros: Conozco mis derechos, otro tiene la culpa y soy una víctima de la sociedad.
         No hubo mucha gente en su funeral porque muy pocos se enteraron de que se había ido. Si aún lo recuerdas, pasa esta noticia. Caso contrario, únete a la mayoría y no hagas nada. Un abrazo.
                                                                               Víctor H. Dupont


Extraido por Ricardo Díaz de “¡Si así no lo hiciereis, Dios y la Patria os lo demanden!”, Juan Carlos Palavecino, ed. Dei Genitrix, La Plata, 2010.-
  

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