El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo de la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X
Número CCXLII (242), 3 de Marzo
de 2012
Muchos, sino todos, estimados
lectores, os habréis enterado ya de las buenas noticias de Alemania de la
semana pasada: el Miércoles de Ceniza la Corte de Apelaciones de Baja Baviera
en Nuremberg anuló mi condenación por la Corte Regional de Ratisbona del 11 de
Julio del año pasado por “incitación al odio racial”, cuando me condenaron por
haber, en Noviembre del 2008, en suelo alemán, en una entrevista a la
televisión sueca, expresado un punto de vista políticamente incorrecto sobre
ciertos eventos históricos diferente del pensamiento comúnmente tenido. Además,
la Corte de Apelaciones decretó que el Estado Bávaro debe pagar mis gastos
incurridos hasta el presente por mi juicio. Todo honor a mi abogado, Prof. Dr. Edgar Weiler, cuyos argumentos ellos adoptaron, al Padre Schmidberger que me lo ha propuesto
como abogado, y a Mons. Fellay que
lo ha aprobado.
Sin embargo, no estoy todavía
libre y blanqueado ya que los jueces de Apelaciones basaron su decisión en
cuestiones de procedimiento. He aquí su conclusión: “Si una acusación legal
describe actos del acusado que no son punibles (como hasta el momento), dejándol
y no precisa las circunstancias concretas que supuestamente los harían punibles,
entonces, por no señalar los hechos internos y externos del caso, la acusación
falla en su función esencial, explicada arriba, de definir la acción por la
cual el acusado está siendo enjuiciado. Caso cerrado”.
Así las cosas, en teoría, la
oficina del Fiscal de Ratisbona podría corregir su procedimiento y empezar la
acusación desde el vamos. Sin embargo, en la práctica, bien podría dudar
hacerlo, porque los jueces de Apelaciones exigieron especificar quienes
exactamente llegaron a enterarse de las palabras incriminatorias, por que
medios los mismos vinieron a enterarse, cómo, exactamente, estas palabras eran
propensas a turbar la paz en Alemania y, finalmente, en que medida yo habría
aprobado que estas palabras fueran publicadas en ese país.
Ahora bien, la fiscalía podría
fácilmente mostrar que el mundo entero, sin mencionar a Alemania, fue
bombardeado con mis palabras durante un mes por todos los medios de
comunicación del mundo (con el objetivo principal de obligar a Benedicto XVI a distanciarse de la
Tradición Católica), pero no sería tan fácil probar el disturbio de la paz en
Alemania. Además los fiscales tendrían una dificultad real para probar que yo
quería que mis palabras fueran hechas públicas en Alemania dado que en el
último minuto de la entrevista (accesible en YouTube) yo he expresamente
deseado lo contrario. De manera que está en las manos de Dios si la fiscalía le
dará o no seguimiento.
Mientras tanto, estimados
lectores, no vayan a creer que alguna vez he sufrido demasiado por estos
juicios en Alemania, ni tampoco que he tenido que tomar demasiado trágicamente
mi exilio correspondiente de tres años dentro de la Fraternidad San Pío X. Este
exilio ha sido hasta demasiado confortable, y estos juicios han tomado fin, al
menos por el momento, con su suspensión total. Quisiera yo entonces
agradecerles a todos vosotros que en el transcurso de estos tres años habéis
rezado por mi. Yo sé que sois muchos y estoy agradecido a cada uno de vosotros.
En retribución he celebrado en Enero una novena de Misas por vuestras
intenciones porque, seguramente, pruebas mucho mayores nos esperan a todos
nosotros.
Kyrie eleison.
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