MONS.
HÉCTOR AGUER, Arzobispo de La Plata, en su reflexión televisiva
semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América
TV), comentó una noticia que dio
cuenta de la existencia de “un
banco de semen que según
parece es el más grande del mundo y se llama “Cryos International”. El
nombre es sintomático porque “cryos”
en griego significa frío, helado; se alude posiblemente al frío necesario
par la conservación del material biológico. La filial danesa de la empresa ofrece por Internet la venta de semen
humano, bien cualificado. Así que ahora la cigüeña puede llegar por correo”.
Comenzó explicando que “en los últimos años se han difundido, en todo el mundo, las técnicas de
fecundación asistida. Habría que llamarlas mejor de procreación artificial”
y por eso en “algunos países han puesto
ciertos límites al avance de estas técnicas, por ejemplo, prohibiendo la
fecundación con elementos biológicos de donantes ajenos a la pareja que quiere
tener un hijo”.
Refiriéndose a la oferta de la empresa
danesa señaló que “consiste en que
cualquier persona, por ejemplo, una mujer soltera, o unida en pareja, que
quiere tener un hijo, puede encargarlo a través de su computadora,
selecciona el tipo que quiere y lo paga también allí. Lo recibe en su casa y se
lo aplica, caseramente. Se puede elegir
el color del pelo, el color de ojos, el índice de inteligencia y otras
características. Las estadísticas señalan que no son muy requeridos los
pelirrojos”.
“Hay
precios bastante acomodados. Si el donante es anónimo, si la persona que
compra no sabe de quien se trata ni que características tenga, cuesta entre 40
y 140 euros la dosis, que es ínfima, creo que son 0,5 mililitros o algo así.
Ahora, si es alguien conocido cuesta entre 120 y 320 euros. Conocido quiere
decir que hay una base de datos de tal manera que accediendo a ella se puede
oír la voz del tipo, ver fotos de cuando era niño, conocer algunas otras
características como, por ejemplo, su coeficiente intelectual. De modo que se puede elegir el futuro bebé
de acuerdo a una planilla”, agregó el prelado platense.
Luego comentó que, en un reportaje que
acompaña al informe, se da cuenta que “uno
de los donantes fue advertido por la empresa, la filial danesa de la “Cryos International”, de que tarde o
temprano algún niño concebido con su semen iba a querer conocerlo. El muy
fresco dijo que no tenía ninguna dificultad en encontrarse con él, porque
después de todo se trata de una cuestión puramente genética. A ese nivel se ha
degradado la paternidad humana y el misterio de la transmisión de la vida”.
Mons. Héctor Aguer añadió que la “Cryos International” proyecta “fletar un «barco de fecundación»
para instalarse en aguas internacionales, junto al límite de aquellos países en los cuales no está permitida
esta procreación artificial, para ofrecer ese servicio aguas adentro” y añadió
que “este tema, como ustedes ven, no
merece mayores comentarios. “Ex evidencia
patet”, decían los escolásticos. La evidencia es clarísima aquí con sólo
exponer de qué se trata”.
“Yo
haría una simple reflexión: cuando el hombre, con su conducta, viola la
frontera del orden natural, cualquier cosa es posible. Puede aventurarse hasta
las fantasías más alocadas en el proceso de una vertiginosa deshumanización”,
culminó.
Adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor
Aguer:
“En
los últimos años se han difundido, en todo el mundo, las técnicas de
fecundación asistida. Habría que llamarlas mejor de procreación artificial”.
“Algunos
países han puesto ciertos límites al avance de estas técnicas, por ejemplo,
prohibiendo la fecundación con elementos biológicos de donantes ajenos a la
pareja que quiere tener un hijo. Pero como existen en el mundo bancos de semen
ya el fenómeno resulta prácticamente imparable”.
“Acabo
de leer una noticia, de lo más interesante. Hay un banco de semen que según
parece es el más grande del mundo y se llama “Cryos International”. El nombre
es sintomático porque “cryos” en griego significa frío, helado; se alude
posiblemente al frío necesario par ala conservación del material biológico. La
filial danesa de la empresa ofrece por Internet la venta de semen humano, bien
cualificado. Así que ahora la cigüeña
puede llegar por correo”.
“Se
trata de esto: la oferta consiste en que cualquier persona, por ejemplo, una
mujer soltera, o unida en pareja, que quiere tener un hijo, puede encargarlo a
través de su computadora, selecciona el tipo que quiere y lo paga también allí.
Lo recibe en su casa y se lo aplica, caseramente. Se puede elegir el color del
pelo, el color de ojos, el índice de inteligencia y otras características. Las
estadísticas señalan que no son muy requeridos los pelirrojos”.
“Hay
precios bastante acomodados. Si el donante es anónimo, si la persona que compra
no sabe de quien se trata ni que características tenga, cuesta entre 40 y 140
euros la dosis, que es ínfima, Creo que son 0,5 mililitros o algo así. Ahora,
si es alguien conocido cuesta entre 120 y 320 euros. Conocido quiere decir que
hay una base de datos de tal manera que accediendo a ella se puede oír la voz
del tipo, ver fotos de cuando era niño, conocer algunas otras características
como, por ejemplo, su coeficiente intelectual. De modo que se puede elegir el
futuro bebé de acuerdo a una planilla”.
“Esta
empresa selecciona, al parecer, muy bien el semen y durante mucho tiempo lo
prueba de tal manera que según afirma puede asegurar que no habrá transmisión
de defectos genéticos o de enfermedades infecciosas”.
“He
leído en un reportaje que acompaña al informe que uno de los donantes fue
advertido por la empresa, la filial danesa de la “Cryos International”, de que
tarde o temprano algún niño concebido con su semen iba a querer conocerlo. El
muy fresco dijo que no tenía ninguna dificultad en encontrarse con él, porque
después de todo se trata de una cuestión puramente genética. A ese nivel se ha
degradado la paternidad humana y el misterio de la transmisión de la vida”.
“La
“Cryos International” proyecta ahora también fletar un «barco
de fecundación» para instalarse en aguas internacionales,
junto al límite de aquellos países en los cuales no está permitida esta
procreación artificial, para ofrecer ese servicio aguas adentro”.
“Este
tema, como ustedes ven, no merece mayores comentarios. “Ex evidencia patet”,
decían los escolásticos. La evidencia es clarísima aquí con sólo exponer de qué
se trata”.
“Yo
haría una simple reflexión: cuando el hombre, con su conducta, viola la
frontera del orden natural, cualquier cosa es posible. Puede aventurarse hasta
las fantasías más alocadas en el proceso de una vertiginosa deshumanización”.
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