Por Jorge Omar Alonso
“Un alumno de 16 años podría ser
sancionado por la dirección de una escuela secundaria de la ciudad cordobesa de
Villa General Belgrano porque escribió en el libro de visitas de una muestra
sobre Eva Perón que la presentación le había dado "asco”. Así fue la
información.
Había manifestado Benjamín Constant que: “la libertad
individual es la primera necesidad del hombre moderno”.
Y prosiguió: “Por libertad me
refiero al triunfo no solo de la independencia de lo individual, tanto por
sobre la autoridad que podría gobernar mediante el despotismo, como por sobre
las masas que querrían subordinar la minoría a la mayoría”
Desde Benjamín Constant, se admite generalmente que la "libertad de
los modernos" consiste en el goce apacible de la independencia privada y
que ello implica la renuncia a la "libertad de los antiguos" a la
participación activa en el poder colectivo, pues eso conduce a someter el
individuo a la comunidad.
Esta misma tesis ha sido
reformulada en un artículo célebre por Isaiah
Berlin, quien distingue entre la concepción "negativa" de la
libertad, entendida simplemente como ausencia de coerción, que exige que una
porción de la existencia humana permanezca independiente de la esfera del
control social, y la concepción "positiva" de la libertad, la cual
proviene del deseo del individuo de ser su propio amo e implica la idea de
realización y logro de la verdadera naturaleza humana.
Esta segunda concepción es
potencialmente totalitaria para un liberal, puesto que toda concepción positiva
de la libertad es antimoderna, puesto la idea de que la libertad no puede ser
asegurada más que en una comunidad que se autogobierna, aparecen como adversarios
de la modernidad.
En los Discursos, Maquiavelo propone una concepción de la
libertad como capacidad para los hombres de perseguir sus propios
objetivos, afirmando al mismo tiempo que
con el fin de asegurar las condiciones necesarias para evitar la coerción y la
servidumbre, que harían imposible el ejercicio de esta libertad individual, es
indispensable que los hombres cumplan con ciertas funciones públicas y cultiven
las virtudes requeridas. Para Maquiavelo
es necesario practicar la virtud cívica y servir al bien común, a fin de
garantizarnos el grado de libertad personal que nos permitirá perseguir
nuestros propios fines.
Al hablar de la libertad no
podemos soslayar la idea del Liberalismo.
Éste tal como se entiende,
enfatiza sobre la idea de la libertad por sobre la autoridad.
Al respecto los teóricos
liberales Liam Murphy y Nagel Thomas afirman: “La autoridad del
Estado sobre el individuo no es ilimitada. Los individuos conservan cierto
grado de soberanía sobre sí mismos, aun cuando sean integrantes de un orden
social colectivo”
Es necesario enfatizar que la
responsabilidad última de una persona por sus propias creencias, juicios o
acciones, se encuentran fundamentadas en la exigencia de ser libres.
La libertad de pensamiento, nos
dice el profesor Charles Fried en
“La libertad moderna y los límites del gobierno”, es la libertad preeminente de
una importancia diferente a las demás libertades.
La libertad de la mente le niega
al gobierno la autoridad de controlar sus juicios.
Haciendo referencia a un clásico
de George Orwell como lo fue “1984”,
si el gobierno pudiera controlar nuestros juicios, terminaríamos como lo que se
especifica en aquel relato.
La demanda por la libertad de la
mente es un compromiso más fundamental que el compromiso con la democracia y
con el gobierno propio.
Es un compromiso con la
individualidad, con las propiedad de uno mismo explicita el profesor Fried.
Ahora que se habla del proyecto
de conceder que la juventud a partir de los 16 años pueda votar, aquel joven
cordobés dio muestras de saber cómo usar su libertad de opinión.-
Jorge Omar Alonso
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