jueves, 6 de septiembre de 2012

¿VOS LA VISTE?



 Por Silvio H. Coppola
Hace poco más de un par de años, se repetía por la prensa argentina, que la película filmada en el país “El secreto de sus ojos”, con la participación estelar del actor Ricardo Darín, podía merecer importantes premios en el certamen anual de Hollywood. Lo que así sucedió, cumplimentándose la expectativa pública, permanentemente incentivada antes del suceso. Desde luego que me llamó la atención, que se pudiera saber tanto antes de los premios, sea cual sea la calidad de la película, porque es muy raro y excepcional, que en Estados Unidos se premie a películas de otros países y mucho menos de países de los que integran el tercer mundo. Y me quedó la intriga de saber el porqué, ya que según comentarios, la trama sucedía en el ámbito de tribunales de justicia argentinos, donde supuestamente un par de abogados y empleados de la misma, luchaba paradójicamente, para que se hiciera justicia. Todo esto al margen de la calidad mayor o menor de la película o si se quiere excepcional. Y me hice a la idea de que tendría que haber un porqué al margen de esto último. Un porqué que hiciera de la película algo más que una trama de interés policial, sino que debería tratarse de otra cosa. Por ejemplo una película de marcado contenido político.
Por eso en la noche del sábado 1ro.del cte, cuando pasaron por televisión la referida película, me dispuse a verla, para saber si podía o  no estar en lo correcto (piensa mal y acertarás). No me equivoqué. Se trataba indudablemente de atacar casi y sin el casi subliminalmente, al último gobierno peronista antes del golpe de estado de 1976 y principalmente en la cabeza de Isabel Perón. Y aquí me pregunto, si entre nosotros varias personas que la vieron no la entendieron, qué podría esperarse de extranjeros y mucho menos de extranjeros que la premiaron.  Así, muestra la trama que producido un asesinato alevoso de una mujer casada en la ciudad de Buenos Aires, interviene la justicia local, donde en uno de sus juzgados penales, recae la respectiva causa. En una de las secretarias del mismo, trabaja como primer oficial o algo por el estilo, Benjamín (Darín), quien mantiene relaciones de simpatía con la secretaria. Lo que no sucede con el otro secretario, el que a fin de resolver el crimen cuanto antes, detiene a dos albañiles, a los que siendo inocentes, se les quiere achacar el delito. A lo que se opone Benjamín, logrando la liberación de los mismos y el traslado a un lugar no determinado del otro secretario. Benjamín piensa, como el viudo de la asesinada, que el culpable del crimen no es otro que un antiguo condiscípulo de la misma en la ciudad pampeana de Chivilcoy, quien aparece en una fotografía de entonces de un grupo colegial, mirando torvamente a la misma. Eso da nombre a la película. Siguiendo con el relato, Benjamín y el viudo, están convencidos de que el asesino es el de la foto (un tal Gómez) y lo buscan por toda la ciudad de Buenos Ares e incluso investigan en Chivilcoy, llegando a infringir la ley, buscando pruebas para que se haga justicia. Finalmente lo apresan y con argucias sicológicas, logran hacerlo confesar. Por lo que es evidentemente condenado, aunque la película en esos momentos se queda con la confesión y el espectador debe suponer esto y muchas cosas más, que se van entrelazando en la trama. Lo mismo que relaciones de tiempo y espacio, que hacen más difusa la historia.
Y ahora viene el tema, del porqué del carácter digamos político, de la película. El crimen, como se muestra de entrada, sucede a finales de julio de 1974, es decir a  pocos días de la muerte de Perón y estando en la presidencia Isabel. Entonces es cuando Benjamín y la secretaria entre los cuales hay una especie de amor platónico, descubren en un noticiero de televisión, la figura de la presidente Isabel, teniendo detrás de ella como custodia, nada menos que al asesino Gómez. Y se preguntan ¿no es que está condenado y cumpliendo su condena? Van entonces a ver al otrora secretario defenestrado por sus irregularidades, que ahora ocupa un puesto importante en la justicia, para que se haga cargo de la situación y explique el porqué Gómez está aparentemente liberado y nada menos que como custodia de la presidente. Este asegura que era necesario dada la situación política de entonces, tener gente decidida que esté dispuesta a jugarse y por eso lo han liberado, para actuar en una especie de defensa del gobierno. Desairados se van, no sin antes que se les aparezca como de casualidad Gómez, haciendo ostentación de armas. Aquí caben varias acotaciones respecto a la película: 1 Hacen aparecer a Isabel como una especie de gángster, que necesita de pistoleros para su protección. 2) Estos gozan de impunidad, son sacados de las cárceles y no dudan de matar, amparados por funcionarios judiciales, de la peor calaña. 3) La fecha de la supuesta aparición televisiva de Isabel, deberá fijarse a fines de 1974 o 1975. Y aquí acoto, que si la situación la hubieran presentado a fines de 1973 o principios de 1974,  en el mismo caso lo hubieran podido poner a Perón. Creo que no se animaron, porque ya les habían advertido varios sindicalistas por situaciones parecidas: Con Perón no se metan. 4) Pienso que ningún extranjero podrá haber captado todo esto, que comienza con el rostro de la desconocida  Isabel y mucho menos nuestros jóvenes. Así queda el gobierno peronista de entonces, en su momento jaqueado por la subversión y los militares, no obstante haber sido elegido por más del 60% de los votos de la ciudadanía, como delictual, frente a aquellos, abogados o no, que bregan a riesgo propio por una justicia efectiva (en el caso, Benjamín y sus amigos). Al respecto no pueden ser engañados como los jóvenes y los extranjeros, los contemporáneos que vivieron esa época, salvo que quieran dejarse engañar.
Continúa la película y Benjamín se escapa de la ciudad, porque piensa que va a ser asesinado como lo fue antes su compañero de trabajo y de investigaciones, ametrallado por los pistoleros que supuestamente envió el otro exsecretario y así desaparece por varios años de Buenos Aires. Ya veinte años después y de vuelta, se preocupa para saber cómo terminó el caso Morales o sea el asesinato de la bella mujer. Y lo logra ubicando al marido, que vive tranquilamente y solo en el campo, recordando lo pasado y queriendo olvidar. Presionado por Benjamín  le confiesa que al fin ubicó a Gómez y que lo mató como venganza. Y eso es todo y la secretaria ya casada y Benjamín, continúan aparentemente con su amor platónico, no desechando la amistad.
¿Qué pudo haber entendido de todo esto y el porqué se hacía, el tribunal que otorgó los premios?. Si se hubiera ensalzado en la película la figura de Perón, con la misma calidad que tuvo o no tuvo la misma, nunca seguramente en Estados Unidos hubiera sido premiada. Pero se toca la figura patética de Isabel Perón y de los últimos años del peronismo en el poder  en la década del setenta, presentando así todo como una  especie de dictadura para la cual no había defensas y subliminalmente queda ensalzada de esta manera la subversión elitista de entonces. Eso al margen de la calidad de la película, puede explicar muchas de estas cuestiones que al público en general, le penetran por las grietas del cerebro. Y aún más, si se puede pensar mal –o no tan mal-que desde Buenos Aires seguramente habrán corrido muchos millones de dólares para que así sea.
LA PLATA, septiembre 2 de 2012.
SILVIO H. COPPOLA

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