Por Marcos Attias
casasytranqueras@yahoo.com.ar
Nadie quiera hacerse el
distraído, nadie se llame a engaño, todos de una forma u otra sufrirán las
consecuencias. La pasividad y la indiferencia alimentan la enfermedad. Todos
son conscientes del avasallamiento a la republica, del desorden constitucional,
del atropello a las instituciones y personas.
Todos perciben y son conscientes,
de las severas dificultades por las que atraviesan grandes multitudes de
ciudadanos, sin que tengan solución alguna.
Gobernar con el garrote, señalar
con el dedo a personas, instituciones,
medios de comunicación, como contrarios a una política, es crear un malestar in crescendo, de
la cual como un volcán, un día entrara en erupción y cuando esto ocurra a
alcanzaran a miles de personas. Se comenta en silencio que hay varios grupos de
choque, dispuesto a ser frente a cualquiera que no este de acuerdo con el
gobierno. La pregunta seria, quienes los arman, quienes los subsidian, quienes
los dirigen, y porque actúan con tanta impunidad.
Ya no están los militares de la
dictadura, ahora esta la dictadura mesiánica que surge de una democracia
totalmente enferma. Todos y cada uno de los ciudadanos no están libres de
sufrir las consecuencias, de una democracia que no se la defiende con toda el
alma, como corresponde a toda persona de bien.
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