LAS ESPALDAS DE YPF

Por Silvio H. Coppola

Como muchos recordarán, en otras épocas las espaldas financieras de YPF, siempre fueron fuertes y siempre fue considerada por los argentinos, como la bandera a seguir en cuento a rendimiento y eficacia en lo que hace a la administración estatal de los bienes de la patria. Durante el gobierno cívico-militar nacido de la usurpación de 1976 que finalizara en 1983, la empresa fue obligada a tomar préstamos en divisas, con la garantía de sus activos, recibiendo a cambio pesos continuamente desvalorizados, lo que amén de otras circunstancias como el pago no rentable de sus productos, llevó a que la empresa debiera en esta última época, sumas cercanas a los 30.000 millones de dólares. Lo que fue el pretexto en la deleznable década de 1990, para su privatización a precios de remate. Circunstancias en las que tuvieron decisiva intervención los diputados santacruceños, bajo la dirección intimidante del extinto presidente Kirchner y su señora esposa.

Bajo las manos de Repsol-YPF ó Repsol a secas o YPF como últimamente, se ordeñó la vaca y se dio primordial importancia a los giros de ganancias al exterior, desentendiéndose la firma de manera importante de la prospección y de la búsqueda y establecimiento de reservas petrolíferas. Lo que trajo una importante reducción en la producción. Lo que total mucho no importaba, porque las ganancias cubrían y habían cubierto en su totalidad, cualquier mínima inversión que haya hecho la empresa. Petróleo para España y desabastecimiento para nuestro país. Lo que llevó según nuestro gobierno, a expropiar las acciones de la empresa en manos de Repsol. Así la señora presidente, en esta nueva híbrida formación societaria que se formó, en vez de haber esperado e intimado a Repsol las inversiones que le correspondían, hace deudor a nuestro estado de las indemnizaciones correspondientes y además se compromete a invertir, sin precisar el origen, la astronómica cantidad de 37.000 millones de dólares hasta el año 2017. Lo que le valió ovaciones de sus aplaudidores favoritos, recreados en todos los canales de televisión. Y uno así, no pude menos de pensar si el resultado más concreto de todo el accionar, es el haber salvado a Repsol de la quiebra. Que además inmediatamente presentó sus reclamos de indemnización ante el CIADI, dependiente del Banco Mundial.

Y así las cosas, hoy nos enteramos que YPF, en típica administración K, colocó en el mercado local una serie de obligaciones negociables por la cantidad de 1.500 millones de pesos, con tasas de interés de hasta el 18%, siendo tomada la mayor parte de las obligaciones obligatoriamente por la ANSES (al 16%). ¡¡Pobres jubilados!! Si algún día reciben algo de vuelta de esta operación, ni siquiera se les va a compensar la desvalorización monetaria. Y en lo que hace a YPF, estos 1.500 millones de pesos, es verdaderamente una insignificancia al lado de lo que se anunció como inversión total. Por lo que no puede menos de pensarse que toda esta suma, será nada más que para provisión de vehículos, elementos de oficina, gastos sin rendición de cuentas y las comisiones y contratos que se repartan. De la explotación en si del petróleo, seguramente nada por aquí, nada por allá, nada por ningún lado. No obstante su administrador Miguel Gallucio, ufanamente comenta que esta “. . .colocación es un hito importante, ya que significa el regreso de YPF a los mercados de capitales, lo que contribuye al desarrollo del mercado local”. Más deuda. Más deuda donde se pueda colocar. Aunque debe pensarse que para estos amantes del mercado de capitales, a los que se refieren son a los mercados de capitales en serio, es decir a los mercados financieros del exterior y no a los locales de la órbita estatal, donde se colocan todas las obligaciones que no pueden ubicarse en ningún otro lado, ni a nivel nacional ni a nivel internacional. Más deuda interestado. Más deuda que desmiente el verso mítico de que nos estamos desendeudando. Y aunque no se lo diga expresamente, estos 1.500 millones de pesos nada tendrán que ver con la extracción de petróleo. Integran nuestra deuda externa y servirán para gastos de oficina.

LA PLATA, septiembre 13 de 2012.