¡EL PIER GIORGIO FRASSATI QUE OCULTAN
LOS PACIFISTAS ACTUALES DE LA ACCION CATOLICA ADMIRADORA DEL HINDÚ “GHANDI”, PERO NO DE
JESUCRISTO ECHANDO A LOS MERCADERES DEL TEMPLO!
Desde 1861 hasta 1922, Italia fue
una monarquía constitucional con un parlamento elegido mediante sufragios
restringidos (en 1913 se celebró el primer sufragio universal masculino). Víctor
Manuel III era el Rey de Italia en esos tiempos, quien se sometió a la “ley del
número”, sin interferir en la acción de los gobiernos liberales y
conservadores. Contemplaba vegetativamente todo lo que hacían los regímenes
civiles que se sucedieron, sin intervenir.
Italia vivía en esos años,
anteriores a 1923, muy duros momentos. Eran los años de la crisis de toda
autoridad, de la ola roja que avanzaba incontenible, de la desorientación de
los espíritus. La Universidad reflejaba también ese ambiente de lucha. Pier Giorgio
supo aceptarla.
Un día era el aviso colocado por
él en la Universidad invitando a la comunión pascual y arrancado por los que se
llamaban incrédulos, al día siguiente eran 64 avisos semejantes al arrancado
que empapelaban los claustros universitarios. La mano de Frassati los había
colocado.
Otra vez era una invitación a una
hora de adoración eucarística puesta en la vitrina de avisos universitarios,
cien estudiantes que en forma amenazadora deseaban destruirla, y solo frente a
la vitrina, rígido con un bastón en la mano, defendiéndola, el estudiante
católico de ingeniería, Frassati.
CONGRESO NACIONAL DE LA JUVENTUD CATÓLICA ITALIANA
En septiembre de 1921 se reunía
en Roma el Congreso Nacional de la Juventud Católica italiana. El magnífico
movimiento juvenil que hoy contemplamos con admiración había ya comenzado.
El domingo 4 de septiembre debía
celebrarse la Misa en el Coliseo; cuando los jóvenes llegaron, la tropa que
rodeaba el monumento les impidió penetrar, la función había sido prohibida por
el Gobierno.
Llenos de santa indignación los
jóvenes se dirigieron al Vaticano, donde después de oír la Misa fueron
recibidos en audiencia por S.S.
Benedicto XV. De ahí debían dirigirse a la tumba del soldado desconocido
cuando una nueva prohibición policial impide el cortejo.
Ante la inmensa masa de cincuenta
mil jóvenes que avanzan llenos de fe, entusiasmo e indignación por las
vejaciones sufridas, las tropas deben cejar, cediéndoles el paso, pero en
“piazza del Gesú” los espera la guardia regia a caballo.
OIGAMOS A UN ACTOR DE LA ESCENA:
“Pier Giorgio tiene en alto con
sus dos manos la bandera tricolor de Cesare Balbo. De improviso desembocan del
portón del palacio Altieri cerca de doscientos guardias regios a las órdenes
del más sectario funcionario que haya conocido jamás. Grita: “pegad con los
fusiles y arrancad las banderas”. Parecen que trataran con fieras y no con
jóvenes desarmados.
Golpean con los fusiles, arrancan
y despedazan nuestras banderas. Como podemos, desesperadamente defendemos
nuestras insignias. Veo a Pier Giorgio en lucha con dos guardias que tratan de
arrancarle la bandera con el asta quebrada queda en sus manos.
En su compañía somos llevados a
la prisión... y comienza el interrogatorio:
-Tú, ¿cómo te llamas?
-Pier Giorgio Frassati.
-¿El nombre de tu padre?
-Alfredo.
-¿En qué trabaja?
-Embajador de Italia en Berlín.
(Estupor, voces suaves, excusas y
por último):
-Puede usted salir.
-Saldré cuando salga el último de
mis compañeros- es la respuesta.
Y ahí en el patio de la prisión,
presididos por un sacerdote que lleva el rostro ensangrentado, a instancias de
Frassati, se realiza una escena digna de los primeros siglos de la era
cristiana.
-”Muchachos, por nosotros y por
los que nos han ofendido, oremos” -y todos de rodillas entonan el rosario.
Después de este incidente
llovieron sobre Pier Giorgio las felicitaciones; parecía no comprenderlas. Para
él era algo imposible que un joven católico pudiese en esas circunstancias,
obrar de otro modo.
Su único comentario envuelto en
una sonrisa fue éste: “Nos trataron mal, pero nosotros respondimos recitando
por ellos el rosario”. Nada de reproches o de insultos, sus palabras reflejaban
la inmensa dicha de haber sufrido algo por Cristo.
EN LA UNIVERSIDAD
Cuando llega a la Universidad,
percibe un ambiente hostil contra todo lo que huela a católico. Pier Giorgio no
duda en promover actividades espirituales entre los universitarios. A veces a
riesgo de más de algún choque violento con grupos intolerantes (esos que
presumían de “liberales”, de “libertadores comunistas”, o de “patriotas” en las
filas del fascismo).
En el panel de anuncios de la
universidad de Turín pone un día, entre las muchas hojas y folletos que hablan
de fiestas y diversiones, un cartel para invitar a los estudiantes a la
adoración nocturna. Los “anticlericales” deciden intervenir para arrancar la
“provocación” de Pier Giorgio.
Al llegar, se encuentran allí
delante al joven, que defiende enérgicamente su derecho a expresar las propias
convicciones. Al final el panel queda completamente destruido, y el anuncio de
Pier Giorgio acaba hecho pedazos...
DIJO EL BEATO:
“Vivir sin fe, sin un patrimonio
que defender, sin mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir
tirando...”
“Cada día comprendo mejor la
gracia de ser católico. Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin
mantener una lucha por la Verdad no es vivir, sino ir tirando... Incluso a
través de cada desilusión tenemos que recordar que somos los únicos que
poseemos la verdad”.
Pier Giorgio Frassati fue
declarado beato por Juan Pablo II el 20 de mayo de 1990. Sobre su personalidad,
Benedicto XVI comentaba:
"Joven como vosotros, vivió
con gran compromiso su formación cristiana y dio su testimonio de fe, sencillo
y eficaz. Fue un muchacho fascinado por la belleza del Evangelio de las
Bienaventuranzas, que experimentó toda la alegría de ser amigo de Cristo, de
seguirle, de sentirse de manera viva parte de la Iglesia" (a los jóvenes,
Turín 2 de mayo de 2010).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.