Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 28 de Noviembre del
año 2012 - 1142
Los cuerpos se componen de forma
y materia. La materia prima por sí sola, no existe, sólo está en potencia de
existir.
En los movimientos sociales y
políticos hay dos momentos de gestación y dos momentos de formación. En un
primero momento, hay una multitud movida por un sentimiento indefinido, pero
decidido, a favor de algo que quiere mucho o en contra de algo que aborrece
mucho. En ese primer momento se puede empezar a formar un movimiento si esa
multitud es movida por un mismo objetivo, a favor de algo o en contra de algo.
Suponiendo que esa primera forma
se constituyera, ese movimiento sólo habría conseguido convertirse en un
impulso primitivo, poderoso, pero ciego. Sería como un alud que cae de una
montaña o como una enorme máquina rodante que no tuviera un volante capaz de
darle una dirección determinada. Sólo serviría para romper lo que se le ponga
delante. Pero sería inútil para trabajar conscientemente en la producción de
algo. No es más que la materia de un movimiento social y político que no existiría
todavía aunque estuviera en potencia de existir.
En un segundo momento, como esa
multitud está compuesta por seres humanos inteligentes y no son pura fuerza
ciega, como lo son el alud o la máquina rodante, es posible que sus integrantes
se den cuenta de son impotentes mientras no acepten dirigentes que sepan
conducir esa fuerza en forma ordenada y constructiva.
La forma de un movimiento social
y político son los dirigentes que encarnan la idea que mueve a la multitud. La
multitud, aunque tenga una misma motivación, es como la materia prima de algo
si no tiene dirigentes: está en potencia de existir, pero no existe como
movimiento social y político.
"En todas las cosas que se
enderezan a algún fin y en que se suele obrar por diferentes modos, es
necesario alguno que guíe a aquello que se pretende; porque la nave que según
el impulso de diferentes vientos suele ser llevada a diversas partes, no
llegaría al puerto deseado, si la industria del piloto no la encaminase a él.
Los hombres tienen un fin a que toda su vida y sus acciones se encaminan,
porque son agentes por entendimiento, al que es propio manifiestamente obrar
con algún intento. Pero acontece que diversamente caminan al fin propuesto,
como lo muestra la diferencia misma de los humanos estudios y acciones; y por
eso tienen necesidad de quien los guíe." (Santo Tomás de Aquino,
""Del gobierno de los príncipes", Editora Cultural, Tomo I,
pags.19 y 20).
* * *
¿Cómo interpretar la marcha del 8 de Noviembre ppdo. a la luz de estos
principios?
En los artículos nros. 1140 y
1141, del 5 de Noviembre y del 9 de Noviembre, titulados "El mágico 8 de
Noviembre" y "La marcha fue un éxito, fue inofensiva y la tiranía
sigue", sostuve que la falta de dirigentes conocidos y la poca claridad de
los objetivos, hizo que la marcha de ese día fuera incapaz de salvar a nuestra
Patria de la tiranía que la oprime.
Han pasado ya 20 días desde la
marcha y todo sigue igual, o peor, tal como lo preveía en esos dos artículos y
en otros anteriores en los que me refería a otras marchas semejantes. ¿Por qué?
1) Según una encuesta que publicó
"La Nación" el 13/11/2012 (pag. 9) el 26,6% de los asistentes habían
votado al partido que encabeza el socialista Binner; el 14,1% a Macri; el 4,3%
a la UCR; el 3,8% al peronismo; el 3,3% al partido de la Sra. Carrió; el 3,3%
al FAP; el 1,9% al socialismo y el 0,5% al kirchnerismo.
El resto, o sea, un 42%, no dijo
por qué partido votó. Tal vez ni siquiera fue a votar, tal es el desprestigio y
el desastroso desempeño de los partidos existentes. Sin embargo, un 70,4% dijo
que le interesaba mucho o bastante la política, es decir, se dan cuenta que el
problema argentino no es económico ni social sino político. Es decir, el
gobierno es insoportable.
Esta encuesta coincide con la
impresión personal que tuve durante la marcha. Era evidente, por la actitud de
las personas, que las había de todas las tendencias ideológicas y sólo
coincidían en el repudio a esta tiranía. Lo malo es que no todos querían
substituirla por un gobierno conforme a la Justicia y al Bien, sino por otro que
respondiera a sus diversas formas de pensar, tal vez con un resultado nocivo.
Por eso puede decirse que fue una
manifestación confusa, sin un objetivo único y que ni siquiera llegó a
constituir la materia prima de una primera etapa en la formación de un
movimiento político.
Primero, todos tendrían que haber
tenido el mismo sentimiento o sea: esta tiranía tiene que cesar inmediatamente.
Y eso no era así. La mayoría había sido
convencida por no se sabe qué operadores de opinión pública, que bastaba exigir
que no hubiera re-reelección de la Sra. Kirchner en el 2015. Sin embargo, ese
reclamo no interpretaba lo que la gente sentía porque, en realidad, lo que
todos queríamos, más o menos conscientemente, es que esta situación cesase
inmediatamente.
2) Sin embargo era evidente que
había muchos que sí querían la cesación inmediata de la tiranía, porque se dan
cuenta que si esto sigue así, no habrá seguridad, ni justicia, ni futuro para
las personas de bien; que el sistema educativo seguirá siendo usado para
corromper a los niños y los jóvenes; que los funcionarios seguirán robando y
que la Constitución es letra muerta.
Pero fuera del cartel exigiendo
"¡JUICIO POLÍTICO, YA!" que unos poquitos portábamos, los
"formadores de opinión" no permitieron que esa idea fuera explicitada
por quienes comprenden que esta situación intolerable debe terminar ahora, y no
en el 2015. En estos tres años seguirá muriendo gente a manos de la
delincuencia, el caos social aumentará, la inmoralidad crecerá y los corruptos
serán cada vez más ricos y más poderosos.
Los que sentían esto, más o menos
confusamente, formaban ya la materia prima de un movimiento político de rescate
nacional, pero les falta la forma que sólo les pueden dar dirigentes
auténticos, o sea, justos, honestos, inteligentes, laboriosos y decididos.
Ninguno de los políticos que
están actualmente "en el candelero" reúne esas condiciones. Lo peor
que podría ocurrir para quitar toda esperanza a ese principio de reacción
cívica que vivimos el 8 de Noviembre es que se le hiciera aceptar un falso
liderazgo.
La única manera de empezar a
evitar ese peligro mortal es que la minoría de los "buenos patriotas"
se una con un programa mínimo, que se organice con una dirección única en manos
de los mejores y que sean capaces de poner en práctica una estrategia adaptada
a la situación para conseguir el objetivo primero: acabar con la tiranía
exigiendo el inmediato juicio político de la Sra. Kirchner, de sus ministros y
de los jueces de la Corte, como un primer paso para desarmar la estructura de
poder perverso que han montado para oprimir a los argentinos. Me remito al
artículo 1141 en el que explico cómo puede ser ese juicio político.
Este primer paso, es decir, la
formación de una minoría dirigente organizada, es simple, pero exige
generosidad, coraje e inteligencia. Y eso parece que no hay.
Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalmar.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.