Por: Ricardo Díaz
He tenido el gusto de leer un libro muy bueno, y por eso lo recomiendo, titulado “La Cultura Argentina Fundacional”, de Enrique Prevedel, “un escritor de raza y pensador político”, según Bruno C Jacovella, pilar histórico de los estudios folklóricos en Argentina.
Prevedel establece los fundamentos de nuestra identidad sustentado en la realidad de genuinas manifestaciones con ancestral raigambre en nuestra tierra y en nuestro pueblo. Su propósito es describir a través del cancionero anónimo del Tucumán, los puntos esenciales que caracterizaron la cultura auténtica de la Argentina inaugural, con lo cual da así una clara visión de la Argentina criolla.
En esta obra, el autor descubre, en las expresiones poéticas, al país fundacional y arquetípico con sus rasgos que lo vinculaban desde América al universalismo de las grandes culturas del Mediterráneo, hasta que se lleva a cabo la invasión cultural cosmopolita-colonialista de la modernidad.
Prevedel afirma que “bien se puede definir al folklore, lo folklórico, como una supervivencia cultural de la cristiandad en las tradiciones populares”.
Y dice “supervivencia” porque, luego, se referirá al genocidio cultural argentino, iniciado en España con el advenimiento borbónico en el siglo XVIII y continuado en nuestra patria por los cipayos de turno, figuras muy conocidas y nefastas de nuestra historia nacional que aceleraron el proceso de descomposición entre fines del siglo XIX y principios del XX.
Luego, el autor, señala como la región del Tucumán alcanza “el sentido de una expresión simbólica-poética de la nación. “una región tan representativa de la patria que hablar de ella es como hablar de Castilla en relación a España”. Es decir, que, según este autor, el Tucumán fue la piedra fundamental de la Argentina y cita, entonces, al poeta de la patria Leopoldo Lugones que hablándole a Tucumán dijo:
“Porque si Buenos Aires fue en su gloria
Prevedel dice que “cuando lo popular y lo tradicional confluyen, dan origen a una poesía de carácter patrimonial, ya que es tenida como propia por todos (popularidad), y ese sentido de posesión da derecho a transmitirla en herencia (tradicionalidad). Y, además, afirma que los cantares del Tucumán reconocen, su origen español, con sus variantes y adaptaciones, y destaca el carácter religioso cristiano de la poesía criolla, y afirmando que lo esencial por el tránsito de esta vida es para el hombre el saber de salvación cristiano, por eso dice la copla:
Las melodías con que los niños en el Tucumán entonaban algunas canciones navideñas, pertenecen a una música “Tan antigua como la más antigua de Occidente” decía el musicólogo Carlos Vega a principios del siglo XX, y uno de esos villancicos expresa:
También señala Prevedel que la devoción mariana particulariza al catolicismo americano, continuando el cristianismo medieval del que proviene; por eso uno de los versos de un villancico dice:
Y una copla riojana dice:
Temas como el amor conyugal; el hogar prolífico; las leyes anticristianas; la pobreza; la muerte; el Juicio de Dios, no escapan a este autor tan esclarecido que en sus “Palabras Finales” analiza y sintetiza con gran agudeza, todo el proceso de abandono de esta cultural fundacional y esboza una posible restauración de la misma a través de una política cultural y educativa que la rescate del olvido o de su arrinconamiento en el interior de nuestra querida patria: “Entre otras muchas necesidades – dice este autor – estaría con prioridad general la de que se abandonase toda perspectiva cultural descomprometida, cosmopolita y enciclopédica, para ubicar al educando en su propio ángulo sudamericano y su consecuente valoración del universalismo latino y mediterráneo en que se gestó el Nuevo Mundo”.
Creo que este brevísimo resumen de “La Cultura Argentina Fundacional”, nos da una idea de la gran obra realizada por Enrique Prevedel y por lo cual yo me atrevo a recomendar su lectura.
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