El pensamiento del
Obispo Mons. Richard Williamson
Seguidor de Mons. Marcel Lefebvre, impulsor de la Causa
San Marcelo
Número CCXCII (292)
Hace dos meses el Vice-presidente de
la Comisión Pontifical Ecclesia Dei de Roma, dirigió al
Superior General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y a todos sus
sacerdotes una carta de varias páginas accesible en el Internet que el Padre
Lombardi, vocero de la Santa Sede, designó como una “llamada personal”. Desde
entonces dicha carta ha suscitado comentarios diversos. Claramente se trata de
la última movida de la campaña de Roma para poner a la FSPX de rodillas, y
poner fin a su resistencia de 40 años a la Revolución Conciliar. Como lo dijo
Monseñor de Galarreta en Octubre del
2011, aún si la FSPX sigue rechazando los ofrecimientos de Roma, Roma volverá
siempre a la carga para seducir a los sacerdotes de la FSPX. Lo vemos. Pero
veamos brevemente lo que el Arzobispo Di
Noia escribe a “Su Excelencia y queridos Hermanos Sacerdotes de la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X”:–
Empieza por amonestar a los líderes
de la Fraternidad, notablemente al Padre Schmidberger,
al Padre Pfluger y a Monseñor Fellay (en ese orden) por haber dado
entrevistas tan críticas acerca de Roma como para poner en duda si la FSPX
quiere realmente la reconciliación con Roma. Más aún, las diferencias
doctrinales entre la FSPX y Roma son tan insuperables como siempre. De tal
manera que se precisa un nuevo enfoque basado ahora sobre la unidad.
La unidad de la Iglesia, recuerda
Mons. Di Noia, está impedida por
cuatro vicios y favorecida por las cuatro virtudes opuestas de humildad, mansedumbre,
paciencia y caridad. Los que dividen la Iglesia son enemigos de Dios. Lo que
nos hace falta es el amor. Lejos pues de nosotros una “retórica áspera e
improductiva”. Que la FSPX cumpla con su carisma de formar sacerdotes, pero
sacerdotes que sean dóciles al Magisterio oficial, que prediquen la Fe y no las
cuestiones polémicas, y que no traten los problemas teológicos frente a laicos,
ignorantes de estas cuestiones, sino con las autoridades competentes en Roma.
El Papa es el juez supremo en cuestiones tan difíciles. En conclusión, Benedicto XVI quiere realmente la
reconciliación. La amargura debe ser olvidada. Según las palabras de Nuestro
Señor, “Que sean uno” (Fin de la carta del Arzobispo).
Noten de paso cómo, según la manera
típica del hombre moderno y del modernista, el Arzobispo escamotea la cuestión
esencial de la doctrina. Pero el principal interés de su carta radica en otra
parte: ¿Cómo pudo el Arzobispo osar dirigirse a todos los sacerdotes de la FSPX
sin previa connivencia con el Cuartel General de la FSPX? ¡Es el CG que le
permitió que la carta les llegue a los sacerdotes! He aquí una indicación entre
muchas otras que hay contactos entre Roma y el CG de la FSPX que se ocultan a
la vista pública. Pero entonces se presenta la cuestión, ¿Qué motivo pudo haber
tenido el CG de la FSPX para dar al Arzobispo modernista un acceso tan
privilegiado y peligroso a todos los sacerdotes de la FSPX? ¿Quiere acaso que
ellos también se vuelvan modernistas? ¡Hay que suponer que no! Pero puede muy
bien querer ayudar a Roma en vista a la “reconciliación”.
Al transmitir el llamamiento al amor
del Arzobispo, el CG de la FSPX hace pasar el dulce mensaje a todos los
sacerdotes de la FSPX sin que nadie pueda acusar al propio CG de ser tan
blando. Al contrario, la carta Romana les hace ver a todos ellos cuán
bondadosos son los Romanos. Si bien es cierto que se encuentra allí también un
reproche moderado a los líderes de la FSPX por no ser bondadosos, ¡eso servirá
para mostrar cómo ellos se mantienen firmes en la defensa de la Fe! Sobre todo,
la carta habrá servido de balón de ensayo para probar las reacciones de
los sacerdotes. ¿Qué piensan ellos? Tanto Roma como Menzingen necesitan
calcular en qué momento preciso se puede seguir adelante con la
“reconciliación” para llevarse una amplia mayoría de sacerdotes y sin perder
demasiados de ellos, impidiendo así que continúe la resistencia organizada a la
religión del Nuevo Orden Mundial.
Queridos sacerdotes de la FSPX, si
vosotros no queréis ser tragados vivos por la Roma del Nuevo Orden, yo les
aconsejaría gentilmente reaccionar. Hagan saber a sus Superiores,
tan discretamente como quieran pero en términos claros que
vosotros no queréis nada, pero nada que ver con la Roma
Conciliar, hasta que ella claramente abandone el mortífero
Concilio.
Kyrie eleison.
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