Por Emilio Nazar Kasbo
Tras la abdicación del Papa Benedicto XVI, la Iglesia Católica está
en una situación denominada de Sede Vacante. Es decir, hoy no hay Papa.
Esta situación se asimila
oficialmente a la de muchos cismáticos, en particular a los Ortodoxos, a los
Protestantes y a los Sedevacantistas, a los cuales mencionamos según su orden
de aparición. Sin embargo, no hay cisma alguno en la situación de la Iglesia, sólo
la espera de la elección del próximo Papa.
Los ortodoxos no reconocen el
Primado de Pedro sobre los demás Apóstoles y consecuentemente no acatan su línea
sucesoria (ello desde que apareció el Cisma que los hizo nacer en diverso
tiempo, cuando previamente todos aceptaban a Pedro y sus Sucesores como los
primeros Papas).
Los Protestantes niegan
directamente la institución del Papado, habiendo aparecido esta idea inédita
previamente, después del año 1500, de un monje agustino católico: Martín
Lutero.
Finalmente, los Sedevacantistas
afirman que después de Pío XII ya no
hay Papas verdaderos, pues las ambigüedades del Magisterio y su “interpretación
oficial” serían heréticas completamente tras el Concilio Vaticano II (CVII), el
cual marca un “antes” y un “después” en la Iglesia Católica, señalándose ello
en las Encíclicas de Pablo VI que hacía referencia a dicho Concilio, Juan Pablo
II que en sus Encíclicas hacía referencia a su predecesor y al CVII para
terminar con los últimos documentos de contenido autoreferencial, llegando a
Benedicto XVI que prácticamente hace citas de sus los predecesores referidos y
del CVII, con lo cual quedarían eliminadas prácticamente todas las referencias
de casi dos Mil años de Historia del Magisterio de la Iglesia, suplantados por
un “nuevo Magisterio”.
¿Servirá este momento para lograr
la unidad con estas tres corrientes que dividen a la única Iglesia que fundó
Jesucristo?
DERECHO COMO FELIGRÉS
Pero este artículo no es para
hacer notar la coincidencia actual de la situación real de Sede Vacante en la
Iglesia Católica con estas tres posturas cismáticas, sino para analizar la
pregunta que motivara el título, la cual es efectuada como simple inquietud de
un laico, con derecho a manifestarse en tal sentido, y sin pretensiones “apocalípticas”,
ni “proféticas”, ni un “llamado social de atención”, ni una “influencia sobre
quienes irán a votar en el Cónclave”.
Sólo es la expresión de una
inquietud, la reflexión intelectual sobre un paradigma e incluso sobre una “utopía”
a la cual podríamos calificar de “perfeccionista”.
Es más, seguramente será
irrealizable, por su carga de idealismo, mas nada depende ni de lo que escriba
en estas líneas, ni de lo que escriban los “manchapapeles” que escriben sobre
temas “eclesiológicos” que a veces se llaman incluso “vaticanistas”, ni
dependerá de un “choque de poderes”, ni de cuestiones semejantes, sino sólo y
exclusivamente de la Oración y de la disposición de los Cardenales en el Cónclave
a ser instrumentos del Espíritu Santo, que es quien en definitiva inspirará la
designación del próximo Papa.
Esta nota es el simple y legítimo
ejercicio del derecho como feligrés de expresar un punto de vista personal sobre
cómo sería un Papa “ideal”.
CUALIDADES IDEALES DE UN PAPA
1- SANTIDAD DE VIDA
Y HONDA PIEDAD BASADA EN LA INTELIGENCIA Y NO EN SENTIMIENTOS PASAJEROS Y
FUGACES- Una coherencia entre la Fe y la vida, traducidas en la alabanza a
Dios, con una piedad basada en la Mística Católica.
2- ASCETA FUERTE
PERSONALIDAD, TEMPERAMENTO Y CARÁCTER- Para poder llevar a cabo la Unidad
de la Iglesia Católica y que quienes se han separado vuelvan a la antigua
Unidad, pero que a la vez lleve una lucha contra sí mismo por la vía del
ascetismo católico
3- SABIO Y DE
ENTENDIMIENTO ESCLARECIDO EN MATERIA DE LA FE- Que sea un Exorcista, contemplativo de los Misterios de la Fe
4- TEÓLOGO DE
ORIENTACIÓN REALISTA CATÓLICA, Y GRAN CONOCEDOR DEL TOMISMO Y DE LAS OBRAS DE
SAN AGUSTÍN- Que sepa dar la respuesta Teológica con un vocabulario preciso
y sin errores, fundado en el Realismo Católico objetivo y en el Agustinismo
como vivencia subjetiva de la espiritualidad
5- APOLOGETA- Que sepa detectar las herejías, y denunciarlas, proclamando los correspondientes
anatemas de las frases condenadas que abundan en “textos teológicos” de falsa
ortodoxia (de pura heterodoxia, o de heterodoxias sutiles)
6- CANONISTA, MORALISTA Y JURISTA-
Que sepa aplicar el Código de Derecho Canónico de modo integral a cada situación
que se plantee en la Iglesia.
7- LATINISTA-
Que sepa hablar el Latín como su lengua materna (la Iglesia es Madre de los católicos,
es nuestra Patria Espiritual en este mundo, y tiene su idioma en el Rito Latino
que debe ser conocido por todo feligrés)
8- LITURGISTA-
Que conozca al detalle la Tradición Litúrgica, las disposiciones del Concilio
de Trento y de la Comisión Litúrgica que refrendó San Pío V. Que aprecie y
revitalice los antiguos Ritos tanto de Oriente como de Occidente, en la mayor
fidelidad a los mismos.
9- PROFETA-
Conocedor de la Biblia de Mons. Juan
Straubinger, y de las obras sobre el Apocalipsis escritas por el P. Leonardo Castellani, así como también
de obras literarias y teológicas que se refieren al Fin de los Tiempos
anunciado ya por Jesucristo en los Evangelios.
10- PRUDENTE COMO DON DE MANDO POLITICO-
Para que pueda gobernar el Vaticano, y señalar una orientación política a los
católicos en un mundo que siempre rechazó a Jesucristo, y que hoy está
globalizado mundanamente y de modo inmanentista, por rechazar la Universalidad
de la Iglesia Católica.
Esta
descripción no cabe en su totalidad a ninguno de los Cardenales que estarán en
la votación. Simplemente es una incompleta consideración intelectual sobre
cualidades que cualquier Papa debiera tener. Pero si existiera semejante
persona, ¡claro que me agradaría que fuese Papa!
Sin embargo,
las realidades marcan que si un Papa con estas características asumiera, dos
tercios de los católicos que aun han quedado como fieles de la Iglesia, se irían
a otras iglesias cismáticas. Es que hay muchos profundamente convencidos de que
cualquier postulado modernista es verdadero, o que van a Misa para escuchar una
guitarra y unas canciones “que le hacen bien”, y si esto no “funcionara” dejarían
de asistir a Misa, porque en esta mentalidad modernista la Misa no es para
Dios, sino para el feligrés…
Pelagianismo,
semipelagianismo, modernismo y toda una serie de herejías, fundamentalmente
marxistas, de lucha de clases, inmanentista y materialista, se divulgan
internamente dentro de la Iglesia Católica. Dios quiera que el próximo Papa
ponga freno a todo esto, mediante una Encíclica que condene el “fariseísmo” y
el “publicanismo” dentro de la Iglesia, que condene todo lo que esté mal… y que
soporte las críticas de los Medios de Comunicación que desarrollan tales
acciones por el Amor a Dios del Papa, para atemorizarlo y debilitarlo.
Solo Dios sabe
quién será designado. Recemos por el próximo Papa mientras dura la Sede
Vacante.
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