Juan I de Inglaterra, más
conocido como Juan sin Tierra (Sans-Terre en francés, Lackland en inglés), fue
rey de Inglaterra y Señor de Irlanda, gobernando Inglaterra desde el 6 de abril
de 1199 hasta su muerte en 1216.
AUTOCRACIA
Sucedió en el trono a su hermano
mayor, el rey Ricardo I de Inglaterra (conocido como «Ricardo Corazón de
León»).
Juan se ganó el apodo de «Sin
tierra» debido a su carencia de herencia por ser el menor de los hijos y por su
pérdida de los territorios en Francia; también fue apodado «Espada Suave» por
su conocida ineptitud militar.
Todo nos recuerda la novela “Robin
Hood”, cuando Ricardo Corazón de León se fue a las Cruzadas, usurpando el trono
para manejar omnímodamente el poder el corrupto Juan Sin Tierra. Su forma de
gobierno funcionó según el siguiente esquema: de cada uno según su debilidad, y
a cada uno según su fuerza. En otras palabras: robar a los pobres para dar a
los ricos que ejercen el poder, imponiendo para ello fuertes impuestos.
ARGENTINA SIGLO XXI
El Instituto de Estudios
Económicos de la Sociedad Rural, elaboró un informe en que denuncia un aumento
exponencial de la presión tributaria sobre los inmuebles rurales de las
principales provincias agropecuarias.
Al aumentar las provincias la
valuación fiscal del impuesto inmobiliario rural, las provincias dictaron
medidas que repercutieron en el impuesto a los Bienes Personales, recaudado por
la Nación.
Buenos Aires aumentó en promedio
582% por decreto la valuación fiscal de la tierra e incorporó un tributo
complementario con unificación de partidas. Santa Fe ajustó 120% la valuación y
creó otro impuesto adicional; Entre Ríos cambió la valuación alternando un
indicador sobre la base del precio del novillo, y Córdoba no tocó la valuación,
pero aumentó el inmobiliario para todas las partidas 94% en 2012 y 70% en 2013.
POTENCIACIÓN IMPOSITIVA
El informe elaborado por el
Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural revela la existencia de
un exponencial aumento de la presión tributaria sobre las propiedades rurales
de las principales provincias agropecuarias. Se trata del impuesto inmobiliario
rural que cobran las provincias que, con motivo del revalúo fiscal de las tierras,
impacta también en el impuesto sobre Bienes Personales, que tiene como destino
las arcas federales.
En el trabajo se analizan 4 casos
de cada uno de los referidos impuestos en los cuatro distritos de mayor
producción, correspondientes a los períodos impositivos desde 2011 hasta el fin
del año actual, que dejan en evidencia la magnitud de la presión existente. En
todos los casos se trata de establecimientos de 250 hectáreas.
CONTRA LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES
Pergamino, provincia de Buenos
Aires: el inmobiliario rural creció 203 por ciento, Bienes Personales, 977%.
Diamante, Entre Ríos: inmobiliario
aumentó 252 % y Bienes Personales, 309 %.
En Venado Tuerto, Santa Fe:
Inmobiliario creció 363 % y Bienes Personales, 314%.
En Leones, Córdoba: inmobiliario
creció 231%, Bienes Personales mantuvo su anterior valor, porque ese municipio,
ha concretado el incremento por otros medios, sin recurrir al aumento en la revaluación
que incrementa a su vez el impuesto nacional.
El mismo campo de 250 hectáreas
de Pergamino, que abonaba 48.000 pesos en 2011, terminará desembolsando este
año 145.750 pesos en total.
A esto se suman los impuestos a
las exportaciones que trepan hasta el 35% de su valor, el impuesto a las ganancias
si las hubieren que también es aplicado al empleo (un impuesto al trabajo), el costo
económico-financiero de los saldos de IVA y las exigencias y trabas con sus
costos que impone el gobierno federal. A ello se agregan los impuestos
provinciales, además del inmobiliario, como el impuesto a los ingresos brutos,
el de sellos sobre los contratos, y las tasas municipales de abasto y conservación
de caminos más otras que se van agregando. Tampoco puede olvidarse el distorsivo impuesto a los cheques, que arbitrariamente grava las operaciones bancarias.
PELIGRO ECONÓMICO EN EL AGRO
El impacto que tuvo la valuación
fiscal en Buenos Aires fue notable y pegó fuerte para Bienes Personales también
en regiones ganaderas. Maximiliano
Suescun, contador que asesora a empresas del agro, contó la situación en
Rauch, una zona de cría vacuna. Allí, un campo de 215 hectáreas que tenía una
valuación de 127.719 pesos pasó a estar en 1.922.060 pesos y de no pagar Bienes
Personales debió abonar $ 7500 pesos.
Otro caso: un establecimiento de 3500
hectáreas que pagaba entre $ 20.000 y 30.000 por Bienes Personales en total, en
estos momentos tiene que desembolsar más de $ 250.000. Su valuación fiscal
subió, según Suescun, de 2 millones
a 20 millones de pesos.
Mientras nuestra producción
granaria no puede superar el nivel de los 100 millones de toneladas, Brasil
está alcanzando los 200 millones. Ése y no otro es el resultado de la
extenuante presión impositiva, de la autarquía a que se somete nuestra economía
respecto del mundo, de nuestra desatada inflación, del cepo cambiario y de un
gran etcétera…
ESPERANDO A ROBIN HOOD
Por un lado, Juan Sin Tierra
recaudaba de los más pobres: los impuestos se cobran a trabajadores por cuenta
propia o ajena; mientras que las grandes fortunas tienen triquiñuelas, legales
e ilegales, para no pagar. Por otro, los impuestos terminan en las manos más
llenas.
La tendencia es a que el dinero de
nuestros impuestos se lo lleven las grandes empresas que proveen los artículos
más básicos de producción masiva y las grandes cadenas comerciales, con una
arbitraria distribución social de subsidios y “beneficios” que no son otra cosa
más que la compra de votos. Mientras tanto, la estructura estatal en salud y
educación carece de presupuestos adecuados, y ni hablar de la “Justicia”.
A todo Juan Sin Tierra le llega
su Robin Hood, preparando el regreso de un Rey Ricardo Corazón de León. En la Argentina de hoy, se quita a los pobres para darlo a los
ricos, que hacen crecer exponencialmente sus propias fortunas. Son “grandes empresarios
y profesionales”…
Fuentes:
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