lunes, 24 de octubre de 2016

PARTIDOCRACIA Y ECONOMIA EN VISPERAS DE LAS ELECCIONES DE 2017






Por Emilio Nazar Kasbo

El dólar que actualmente tenemos en Argentina, en su paridad, no resulta competitivo para la Industria Nacional. El dólar fijo y la inflación generan una importante pérdida de competitividad. Un dólar a $ 23 nos permitiría volver a la competitividad que teníamos con Brasil en el año 2007. Sin embargo, ese dólar caro, o más bien el adecuado a nuestra realidad económica, resulta a su vez elevado para reunir dólares y poder abonar la deuda externa y los compromisos contraídos por el Gobierno anterior, sumado a lo comprometido por el actual gobierno macrista. Las fórmulas del liberalismo “ortodoxo” nos llevan a opciones siempre dañosas a nuestros intereses como Nación. En vísperas de las elecciones de 2017, el "Momo" Venegas impondrá su fuerza como sostén de gobernabilidad del oficialismo.

PANORAMA ECONÓMICO
El dólar debería estar rondando por lo menos los 20 pesos, cifra que emerge de la relación entre la base monetaria y las reservas BCRA, que están precisamente rondando los 20 pesos por dólar. A principios de enero de 2016, a poco tiempo de iniciado el mandato macrista, el Gobierno corrigió el atraso cambiario, y cuando todos esperaban lo contrario, la inflación subió vertiginosamente, trepando a una cifra superior al 40%.
Parece ser que toda decisión en este ámbito es mala: dejar el dólar como está, hacerlo caer aún más, o elevarlo. Mientras tanto, se van reforzando el descontento social, se proponen paros generales, quejas por la pérdida del valor del salario real… Por otra parte, no se puede mantener por mucho tiempo altas tasas de interés con un tipo de cambio en baja.
Los problemas de competitividad significan desempleo. Las empresas que exportan, dependen del tipo de cambio, el cual las hace competitivas en el mercado internacional, o si el mismo es desfavorable les quita competitividad, en materia de precios. Hay un problema de rentabilidad y de dificultades para sostener los niveles de empleo cuando los productores reciben menos Pesos por cada dólar colocado en el exterior.

CAMBIO OSCILANTE EN US$
Efectivamente, históricamente nuestro país tiene un precio oscilante del dólar, que genera períodos de expansión y de contracción. El dólar impredecible, afecta a la capacidad planificadora en las finanzas empresarias, ya que la alta volatilidad del tipo de cambio con subas y bajas bruscas alternadas, afecta a las actividades que son más sensibles a este valor.
Mientras tanto, Ratazzi, titular de FIAT, afirma que "no se puede volver a dejar retrasar al tipo de cambio de pesos por dólares, como sucedió el año pasado (año 2015), porque necesitamos ser un país competitivo que exporte muchos más productos con valor agregado de los que importa”.
Este atraso cambiario también significa menos ingresos de dólares por la baja del turismo, porque nuestro país se convierte en “caro”, para nosotros y para los extranjeros, cuando una compra en el supermercado es más costosa en Argentina que en Madrid o en París. Cuando esto sucede, los argentinos tienden a salir al exterior,
Es decir, si el dólar se sube, se dispara la inflación y se dificulta el pago de las deudas internacionales; y si se mantiene o baja, se produce una recesión y la desocupación con sus problemas sociales.
Por eso, el sistema de Argentina debe ser doble: expansivo en tiempo de dólar barato, e intensivo en tiempo de dólar caro. Todas las Empresas de Argentina deberían tener en claro estas oscilaciones periódicas, para saber cómo actuar, ya que se trata de un factor persistente y permanente en nuestra historia desde hace décadas y décadas. Efectivamente, pasar de sistemas intensivos a sistemas manuales, de sistemas de alta productividad a sistemas de una productividad razonable en el marco del sistema cambiario y de costos, marca el acompañamiento de los altibajos del dólar en sus valores cambiarios.

FINANCIAR EL DEFICIT
Y encima aparece el problema del déficit fiscal, el cual se soluciona con emisión, la cual involucra inflación, o contrayendo deuda en el extranjero, incrementando las obligaciones que en algún momento se deberán afrontar.
Recordemos que el déficit fiscal de mayo de 2016 ha sido de $ 23.993 millones, cuatro veces más que el del año 2015, y que para fin de 2016 representará el más elevado de los últimos 50 años. La emisión es el mismo sistema que llevó a Alfonsín en 1989 a la hiperinflación que lo obligó a renunciar el gobierno y a adelantar las elecciones. Y si se opta por tomar deuda, se transitará por la solución de la década de 1990 que acabó con el colapso de 2001.
El 22 de junio de 2016 se publicaba la noticia de que “el gobierno nacional aumentó $ 76.000 millones la deuda pública por decreto”, y que la medida “se conoce luego de que el Ministerio de Hacienda y Finanzas informara sobre un aumento del déficit fiscal en mayo por las erogaciones de intereses de la deuda”. Por el camino asumido por el actual gobierno encabezado por Mauricio Macri, se induce que habrá un grado menor de emisión monetaria, y que la mayor fuente de financiamiento elegida será la del endeudamiento exterior.
Según un gráfico de Nicolás Cachanoski sobre el Déficit Financiero consolidado entre 1961 y 2015, el único período en todo este tiempo en que hubo un superávit fiscal fue en la gestión de Eduardo Duhalde, que lo ha llevado a la cima de casi un 4 por ciento, para luego decrecer desde el gobierno de Néstor Kirchner hasta desaparecer en 2008, habiendo tenido el superávit accidental heredado. Hubo otro período que no generó un saldo positivo, que fue entre 1992 y 1993, durante el gobierno de Carlos Menem en que llegó el gasto público prácticamente a “cero”. A su vez, los peores períodos han sido el “Rodrigazo” (1975) con -14%, y los defaults de Martinez de Hoz (-11%), de Sourrouille (-8%), del gobierno de De la Rua (-7%) y de Kicilloff (-9%).

POLÍTICA GRADUALISTA
El gobierno está en una política “gradualista”, y por ese motivo no va a devaluar bruscamente, y si el dólar llegara a $ 20, volvería a dispararse la inflación, sufriendo un segundo impacto los salarios en su capacidad adquisitiva. A su vez, la presión impositiva de Argentina es una de las más altas del mundo, rondando el 40%, y esto resta posibilidades de aumentar impuestos al Gobierno, pero tampoco piensa bajar el déficit a costa de despedir empleados.
El gobierno de Macri es un gobierno de financistas, que no les interesa la producción en sí, ni tienen un interés de tipo patriótico, sino que sólo buscan rendimiento medible en billetes, en moneda. Desde esta perspectiva, el “mini-Davos” implementado por el gobierno ha sido contraproducente, porque las grandes empresas en lugar de radicarse en Argentina, han ido a buscar mejores condiciones en otros lugares con menos condicionamientos, y las Empresas que han venido a la Argentina lo hicieron como “hackers” y no como sinceros inversores que tendrán excelentes condiciones prometidas para invertir como lo había prometido Macri y sus ministros.
El capital no tiene ideología, tiene el pragmatismo de ser manipulado por los más poderosos, y Macri no está en condiciones de competir con ellos más que como David frente a Goliat. Y todos los países que predican el “liberalismo” y la eliminación de condicionamientos para la apertura de mercados en los países del mundo, dentro de sus propias naciones son altamente proteccionistas.

EN EL MERCOSUR
Brasil es uno de los mayores compradores de productos industriales argentinos, y el 40% de lo que exporta Brasil son productos industriales, y la balanza comercial con el vecino país es deficitaria en U$S 3.00 millones sobre el promedio de U$S 23.000 millones de la balanza comercial global entre ambos.
Resulta lógico que Brasil compre cada vez menos a Argentina para mitigar su crisis, afectando negativamente a los autopartistas, químicos y medicamentos, profundizando el desempleo  de esos sectores.
Y mientras la Argentina accedió a todos los reclamos internacionales por la deuda externa, para entrar al mercado mundial, el FMI adelantaba en julio de 2015 que se aproximaba un “difícil contexto mundial para la Argentina”, y auguraba que el PBI caería un 1% durante el año 2016.

ENDEUDAMIENTO PROVINCIAL EN U$S
Los gobiernos provinciales dependen de la Ley de Coparticipación, que involucra una mala distribución porque además nunca se actualiza adecuadamente según los requerimientos locales. Esto además les genera una dependencia del gobierno Nacional, sumado a los malos manejos de fondos y a ciertas prácticas desprolijas. A su vez, los municipios dependen de los gobiernos provinciales, y así todos quedan al borde de un colapso.
La Provincia de Buenos Aires fue la primera en buscar fondos de endeudamiento dolarizado, seguida por Córdoba, que colocó US$ 750 millones a 5 años con una tasa de interés del 7,125% anual, y todo esto cuando las tasas de interés en el mundo y particularmente en Europa son negativas. También se han endeudado la Ciudad de Buenos Aires, Chubut, Mendoza y Neuquén, tomando datos del primer semestre de 2016.
Vale destacar que la provincia de Buenos Aires emitió por el mayor monto y casi la mayor tasa. el 9 de marzo de 2016, con vencimiento en el 2024, US$ 1.250 millones  y con tasa al 9,375%, la más elevada de todos. En cuanto a la tasa, fue superada Chubut, que el 21 de mayo de 2016 y con vencimiento el 2023 emitió por US$ 80 millones, que es el menor monto de endeudamiento, y a una tasa de 9,5%; y en cuanto a tasa elevada, el tercer lugar es ocupado por Neuquén el 5 de mayo de 2016 con vencimiento al año 2028, por US$ 235 millones y a una tasa del 8,625%. En cuanto al monto de la deuda asumida, el segundo puesto lo ocupa la Ciudad de Buenos Aires, que el 24 de mayo de 2016 emitió deuda con vencimiento el año 2027 con una tasa de 7,5% y por valor de US$ 890, seguida en cuanto al monto por la provincia de Córdoba, que el 3 de junio de 2016 y con vencimiento al año 2021 emitió por valor de US$ 750 millones y a la menor tasa de todas las referidas, del 7,125%; finalmente, el tercer puesto en cuanto a tasa más baja corresponde a Mendoza, que el 13 de mayo de 2016 y con vencimiento en el año 2024 emitió deuda por US$ 500 millones a una tasa del 8,375%.
Pero también se espera que vuelva a endeudarse este año 2016 la provincia de Buenos Aires por U$S 1.000 millones, Santa Fe por US$ 1.000 millones, Chubut nuevamente pero esta vez por US$ 600 millones, Salta por US$ 350 millones y Tierra del Fuego por US$ 150 millones, todo ello según una información de Inversor Global que estima que para fin de 2016 las Provincias habrán tomado cerca de US$ 6.805 millones de dólares en el mercado internacional.
Con la toma de créditos, si los mismos se destinan a abonar gastos corrientes o financiar planes sociales, como por ejemplo a abonar salarios, al carecer de un destino productivo que genere beneficios producirá un círculo vicioso que acaba en quiebra si se trata de una Empresa privada, o en default si se trata de organismos públicos. Es la política productiva la que es capaz de generar ingresos y recaudar impuestos en función de ello. Pero en estas condiciones, peligra la capacidad de repago a mediano plazo.
Por otra parte, una deuda dolarizada vuelve al país y las Provincias dependientes del tipo de cambio, que si es barato facilitará su pago fundiendo la industria nacional porque será un valor nada competitivo en el mundo para nuestros productos, y si es elevado implicará una dificultad para reunir las sumas a abonar precisamente por ese motivo: una devaluación reduce los ingresos de los consumidores, y aumenta el valor de la deuda expresado en moneda local

GOBERNABILIDAD
Hay fábricas que cierran y otras colapsadas que adelantan vacaciones a sus empleados, implementan programas de emergencia, suspenden la producción y al personal, y todo ello nos induce a evaluar un marco recesivo en el país en este momento. Fruto de ello, es que existe un problema con los sindicatos y organizaciones “piqueteras” de desocupados, unido a la intencionalidad de ciertos sectores del anterior gobierno que quieren volver al poder del modo que fuese.
Más allá de una diferencia en las “bases”, hay una especie de acuerdo de “cúpulas” que marca una continuidad política, sobre todo en materia de transparencia institucional. Las causas administrativas y judiciales por corrupción contra funcionarios del anterior gobierno, incluyendo expresidentes y ex vicepresidentes, se engrosan con funcionarios actuales.
Efectivamente, Empresas como Techint o YPF, a las que se suman Mercado Libre y Arcor, al internacionalizarse carecen de interés patriótico y pasan a convertirse en un instrumento financiero de maximización de beneficios en papeles independientemente de su capacidad productiva. Y por eso, la convocatoria a invertir y el blanqueo mostrado en las empresas paradigmáticas del país, en el balance resultaron contraproducentes: las Empresas siguen sacando fondos de Argentina.
Mientras tanto, el país vive un gran déficit fiscal para lo cual continúa emitiendo (la base monetaria aumentó $ 21.491 millones y alcanzó $ 642.135 millones) con un dólar que ronda los $ 15 a lo largo de este año 2016 y que debería valer $ 22 o $ 23 aproximadamente, pero adecuar el valor del dólar dispararía la inflación y licuaría salarios, y de no hacerlo hace que el país no sea competitivo y aumente el desempleo, mientras se toma deuda de modo compulsivo.

ELECCIONES 2017
Ya no hay principios partidarios, la partidocracia se ha convertido en un espacio de lucha por obtener un puesto, sin importar si el sitio es en un partido afín o no a las propias convicciones. A su vez, el gobierno de “Cambiemos” tiene un fuerte elemento de la “ortodoxia” liberal, a lo cual se suma la clase media intelectual de la UCR y un sector sindical representado por el “Momo” Venegas. La UCR está dividida en el resabio de los “radicales K”, los radicales “Pro” y los radicales “massistas”. A su vez, la conexión de Cambiemos con el peronismo Macri no ha caído, ya que representa un freno para el resto de los sindicalistas que elevan cada vez más el tono de sus críticas. Y recordemos que en la actualidad el peronismo tiene tres sectores que marcaron tres actos distintos: el resabio del kirchnerismo, el sector duhaldista con los líderes de la CGT, y el sector de Venegas que ofrece un condicionado apoyo al oficialismo. ¿Y Massa? Evidentemente, por no querer quedar mal con ninguno, y por querer el voto de todos, estuvo ausente en los actos del 17 de octubre de 2016… lo cual marca que podría incluso desaparecer como opción política.
Los planes liberales ejecutados en Argentina sin Justicia Social indefectiblemente conducen a movimientos explosivos, como el sucedido en el 2001. Indudablemente, esta gobernabilidad que asegura el “Momo” Venegas pasará su “factura” para las elecciones del año próximo.
¿Y el país? No, el país está en otra parte… nada que ver con lo que dije.

NOTA: Los datos utilizados en la nota provienen de IG Digital News.

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