Gracias al aporte del Banco Galicia, el Museo de La Plata inaugura una nueva sala de exhibición permanente. Se trata de la sala de Antropología, actualizada y renovada en su totalidad.
"Ser y pertenecer"
La nueva Sala de exhibición, llamada “ser y pertenecer, un recorrido por la evolución humana”, del Museo de La Plata se inauguró el día 26 de marzo gracias al trabajo conjunto de un equipo interdisciplinario de investigadores, profesionales y técnicos del Museo junto al aporte del Banco Galicia, en el marco de su programa de Responsabilidad Social Corporativa.
En la Sala se describe la diversidad de la especie humana, la población y el individuo. Los contenidos desarrollados permiten reflexionar sobre las características propias de la especie humana y los factores que intervienen en la diversidad.
El nombre de la sala, “Ser y pertenecer”, alude a esta doble condición: todos pertenecemos a la misma especie aunque cada uno tiene rasgos particulares que lo hacen único. Hace una década que el Museo implementa, de manera sostenida, una política de renovación de las salas de exhibición con el propósito de actualizar los contenidos y modernizar los recursos museográficos para comunicar el conocimiento científico de manera didáctica y accesible.
En un recorrido de 78 metros se presentan las grandes preguntas de la antropología biológica, buscando responder acerca de la evolución humana y la diversidad. La Sala, ubicada en la planta alta, tiene un recorrido sugerido.
Evolucionismo sin Creacionismo
El primer producto es la presentación de seres que tenían características comunes con el hombre. La antropología tal como es enseñada, tiene la hipótesis de que el ser humano es producto de una evolución de seres que tenían características comunes al hombre y a otros monos actuales, los primates, y esto es sostenido como única opción sin admitir otras, afirmado de manera dogmática. Frente a esta hipótesis no comprobada en casi doscientos años de darwinismo, el Creacionismo no es expuesto en la Sala, es decir: la obra de Dios como Creador del Universo desde el Big-Bang hasta el cuerpo y alma humanas creados a imagen y semejanza del mismo Dios. Esta visión no es tenida en cuenta en el recorrido de todo el Museo, y el mismo Big-Bang queda sin explicación de su Causa.
Es decir: la prueba del evolucionismo no son más que caricaturas inventadas en las que se pretende mostrar un improbado “eslabón perdido” que justificaría una “cadena de evolución”. Cabe destacar que tal “cadena de evolución” es inexistente también para otros animales, como por ejemplo el murciélago.
En dicho contexto, un gran panel describe características comunes y diversas del hombre y el chimpancé, calificado como “el pariente vivo más cercano al hombre” (hipótesis negada por el Creacionismo, es decir: tal parentezco es inexistente). En otro sector, se desarrolla el proceso de “hominización”, describiendo la diversidad de “expecies homínidas” a través de los “grandes hallazgos”. Se expone la transformación biológica y cultural: los cambios corporales, del encéfalo y de las manos, el lenguaje y la capacidad simbólica. Cabe destacar que se trata de una mezcla de elementos antropológicos (que carecen de prueba para sustentar una evolución del mono al ser humano) con elementos culturales, idiomáticos y de simbología que son propios y exclusivos del hombre, sin antecedente en ningún otro animal, dado que se deben al alma espiritual humana, de la cual carecen los demás seres vivientes creados, y de tal mezcla no puede extraerse conclusión alguna más que una gran diferencia cualitativa del alma material de los animales y del alma espiritual del hombre. Exhibir un encéfalo de mono y otro de un ser humano pretendiendo que es un “antes” y un “después”, es una petición de principios anticientífica.
Un Homo Ergaster
Hay un sector dedicado a la diversidad entre las poblaciones y en una misma población. Ella resulta de cambios heredados, otros adquiridos. Se adquirieron 25 réplicas de fósiles, piezas de gran calidad, provenientes de Estados Unidos. Entre ellas, se encuentra un esqueleto de Homo Ergaster, con una antigüedad de un millón 600 mil años, y es uno de los pocos esqueletos completos de un homínido.
A su vez, en el Museo se realizaron diferentes réplicas, por ejemplo, un esqueleto completo de un chimpancé y un ser humano. Únicamente se exhibe una momia guanche, originaria de las Islas Canarias, y un paquete funerario egipcio.
Entre los recursos museográficos, se presenta una recreación (es decir, elementos que no corresponden a la imaginación sin base real de quien realiza la obra) que ilustra contextos de cultura material de los homínidos: contiene lascas, pinturas rupestres y un fogón.
Maquetas, alimentación y multimedia
Otro recurso destacado, son tres maquetas que, en miniatura, representan la relación del hombre con la alimentación en diferentes contextos históricos, desde la caza de animales hasta la industrialización de los alimentos.
La sala presenta interactivos como una extensa línea del tiempo con ventanas giratorias con preguntas que el visitante deberá descifrar. En el sector destinado a la alimentación y el ciclo de vida, se incluye una balanza donde el visitante podrá conocer su estado nutricional. Esta experiencia se implementó por primera vez en la muestra temporaria “Energía al plato”, que se presentó de julio a noviembre de 2008 en el Museo, con gran aceptación del público.
También se incluyen propuestas audiovisuales y multimediales. Se presenta un video sobre el crecimiento y desarrollo de la especie humana en comparación con el chimpancé. Otro video aborda el tema de la muerte y los rituales que cada cultura elabora en su entorno. Además, se elaboró un multimedia sobre lenguaje y cerebro donde dos personajes, ilustrados como neuronas, explican el desarrollo del lenguaje.
Nuevos recursos y arquitectura
En esta sala, la gráfica ocupa un lugar preponderante, marcando una ruptura con los recursos museográficos comúnmente utilizados en este Museo. Se realizaron fondos de vitrinas, gigantografías y paneles, algunos alcanzan los 3 metros de ancho y 1,80 metros de alto. En estos espacios interactúan textos, gráficos e imágenes, con una estética similar a las infografías, que recrean cada uno de los temas facilitando la comprensión. A su vez, en muchas gigantografías se incluyen objetos logrando una conjunción de recursos visuales. Las imágenes utilizadas son de alta calidad, un dibujante y un pintor realizaron producciones especialmente para esta sala.
En cada sector se utilizó una paleta de color diferente, paneles naranjas como introductores a cada sector y colores oscuros para resaltar las piezas. La arquitectura de la Sala mantiene la solidez del histórico edificio. En una superficie de 225 mts2 se destacan grandes columnas y en el centro una baranda que, a modo de balcón, permite observar la sala de planta baja. Se logró una combinación de estilos clásico y moderno. Se preservaron las formas de las vitrinas originales, con molduras de madera, junto a paneles y bases construidos con materiales en seco, priorizando con las líneas rectas.
El proyecto también incluyó la conservación del patrimonio arquitectónico, como la restauración de una guarda original, la implementación de medidas de seguridad, la renovación de la instalación eléctrica, pintura y colocación de piso flotante.
Además del Banco Galicia, este proyecto contó con el aporte de la Universidad Nacional de La Plata y de la Fundación Museo de La Plata.
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