Hay un solo momento en que los medios de comunicación dejan de invadir con mensajes de propuestas gubernamentales o de aspirantes a funcionario: la veda electoral. Llega así la paz política a la ciudadanía.
A partir de las 8 de la mañana del viernes 26 de junio, comenzó a regir la prohibición a los partidos políticos para realizar actividades con miras a los comicios del domingo 28 de junio. Las principales fuerzas cerraron sus campañas con actos en Capital, el Conurbano y en el interior del país.
La veda electoral, que es la prohibición de realizar actos de proselitismo con miras a las elecciones, sean estas para cargos ejecutivos o legislativos.
Transcurrido el plazo de efectuar promesas electorales, la ciudadanía tiene la oportunidad 48 horas antes de empezar los comicios una vez cada dos años, de dejar recibir la saturación de notas a la que está habituada.
Así lo establece el Código Electoral Nacional en su inciso "f" del artículo 71, que dice que "realizar actos públicos de proselitismo y publicar y difundir encuestas y sondeos preelectorales" estará vedado "desde cuarenta y ocho horas antes de la iniciación del comicio y hasta el cierre del mismo".
Las promesas electorales son el centro de las votaciones, aunque ya ni siquiera se vota por plataformas partidarias, ni por ideales, sino por rostros que parecen cercanos y por el termómetro de un programa cómico de la TV. Así, la democracia se va consolidando, haciendo realidad el sueño de la canción "imagine" de John Lennon, que es el himno al "nirvana" democrático.
Por su parte el inciso "h" del mismo artículo de la Ley Electoral, determina que está expresamente prohibida la "publicación o difusión de encuestas y proyecciones sobre el resultado de la elección durante la realización del comicio y hasta tres horas después de su cierre".
La norma también prohíbe, en su inciso "b", que el día de elecciones se realicen "espectáculos populares al aire libre o en recintos cerrados, fiestas teatrales, deportivas y toda clase de reuniones públicas que no refieran al acto electoral, durante su desarrollo y hasta pasadas tres horas de ser clausurado".
Este es otro beneficio de la veda electoral, puesto que los "boliches" donde la juventud democrática se droga y comete excesos de lujuria, permanecen cerrados, no dando ocasión a tales desbordes a los que está muy habituada la juventud de mal vivir.
El domingo estará prohibido, además, "tener abiertas las casas destinadas al expendio de cualquier clase de bebidas alcohólicas hasta trascurridas tres horas del cierre del comicio", tal como determina el inciso "c" de la norma.
Así, el domingo será un día para los cuerdos, a fin de ser conscientes de las consecuencias de los comicios que se desarrollan. Luego, por dos años, volverán a vivir en la ebriedad democrática quienes ya están habituados a ella.
Tampoco se podrá "ofrecer o entregar a los electores boletas de sufragio dentro de un radio de ochenta metros de las mesas receptoras de votos, contados sobra la calzada, calle o camino", tal lo preceptuado en el inciso "d".
En tanto el inciso "e" prohíbe a los electores "la portación de armas, el uso de banderas, divisas u otros distintivos durante el día de la elección, doce horas antes y tres horas después de finalizadas".
Al respecto, ese día cae la delincuencia, y no solamente por la prohibición de portar armas. Muchos que son buscados por delitos y no pueden ser hallados, concurren a votar y son aprehendidos con las manos en la masa, en el momento de la comisión del acto electoral.
La veda electoral se constituye así en un espacio para la tranquilidad cívica.
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