A pocos días de las elecciones del 28 de junio una gran parte del pueblo argentino ya votó con su indiferencia a este deplorable proceso electoral. Así, una parte votará en blanco o nulo o directamente no irá a votar. De esta forma manifestará su rechazo al manoseo de las instituciones y a la enajenación de la realidad que ostenta el grueso de la dirigencia política. No está mal que así sea.
Otra parte del pueblo irá a votar por alguna fuerza política o candidato, sin que casi ninguna opción despierte verdadero entusiasmo o esperanza. Sea por responsabilidad cívica, sea porque apelan a una exigua dosis de esperanza, sea para evitar males mayores, elegirán entre los candidatos disponibles o se postularán para algún cargo electivo. Tampoco está mal que así sea.
Lo que sí está realmente mal es el espectáculo deplorable de acusaciones mutuas, banales y arteras, la falta de ideas y vacuidad que dominan la campaña, que completa este lamentable panorama. Queda en evidencia así, una dirigencia política mayoritariamente incapacitada para conectarse vitalmente, realmente, con las necesidades y aspiraciones concretas de su pueblo, el cual, en consecuencia, la ve y siente, con razón, ajena.
La indiferencia generalizada y el escaso entusiasmo que provoca en la inmensa mayoría de la población el próximo proceso electoral, preanuncian que no se resolverá ningún problema de fondo el 28 de junio.
Peor aún, se profundizará el abismo entre un pueblo aferrado a la lucha por la sobrevivencia y ansioso por construir un país mejor; y una dirigencia aferrada a otro mundo. Un mundo político que, por impotencia o por conveniencia, termina siendo cómplice de un país hecho para facilitar los negocios del saqueo, en lugar de un país construido para asegurar la felicidad de su gente. En el documento de GESTAR: Elecciones ¿Qué hacemos? http://proyectonacional.
En el mejor de los casos estas elecciones servirán para “reacomodar” el tablero de ese mundo político, pequeño pero poderoso, que nos es ajeno. En el peor de los casos, servirán para que ese tablero se unifique mediante un “acuerdo”, con el fin de resolver la crisis mundial, salvaguardando el interés de los poderosos, a nuestra costa. Pero en ningún caso abrirán una posibilidad de intervención directa del pueblo en sus destinos.
Por eso, desde el Pueblo y con el Pueblo, debemos reconstruir el Movimiento Nacional. Para ello debemos ser capaces de convertir las miles de luchas parciales en las que estamos inmersos, en un movimiento potente. Capaz de transformar esta democracia vaciada de contenido, en una democracia social y participativa; en la que el pueblo delibere, decida lo que quiere para el país y cuente con gobernantes que se ocupen de sus necesidades y la realización de sus proyectos y aspiraciones. Una democracia real y verdadera, en la que el gobierno haga lo que el pueblo quiere y persiga un solo interés: el del pueblo.
Para esa lucha estamos y estaremos.
GRUPO GESTAR
Carlos Wilkinson, Ruben Rojas Breu, Marisa Timor, Hugo Melgarejo, Mario Cafiero, Amalia Zille, Silvia Mozeris, Guillermo Hamlin, Honorio Diaz; Juan J. Moyano Gacitua, Alex Dobal, Beatriz Castiglione, Lalo Cernadas, Virginia Lourdes y otros compañeros de GESTAR
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