La falta de sentido de la propia vida (a pesar de conocer el propio destino), unido al vicio desde su parte más placentera que olvida los males acarreados por el exceso, la sensación de una cierta frustración o hastío vital, o la habitualidad de trato con personas que ya tienen un vicio, son habituales causas de caer en alguna adicción.
Las adicciones tienen diversas y múltiples formas. Hay adicciones a la lujuria, a la pornografía, a las computadoras, a los “jueguitos electrónicos”, al tabaco, a las drogas, pero también hay una costumbre socialmente aceptada cuando se trata con moderación, y socialmente repudiada cuando se cae en excesos que pueden dañar la salud y la vida personal: la adicción a las bebidas alcohólicas.
Quien cae en una adicción, sea cual fuere, muestra una angustia existencial y un conflicto personal que no sabe resolver, hallando tal adicción como un refugio. Sin embargo, el adicto debe replantear su vida y sus objetivos personales, familiares y sociales para poder salir de allí. Y la dificultad radica en el acostumbramiento a una rutina a la cual no se puede renunciar por el mismo impulso de la adicción.
El ministro de Desarrollo Social bonaerense, Baldomero Alvarez de Olivera, se refirió al problema de la nocturnidad y el consumo desmedido de alcohol.
En el marco de la presentación de dos proyectos legislativos para reglamentar el funcionamiento de los boliches bailables en el ámbito bonaerense, el ministro de Desarrollo Social, Baldomero Alvarez de Olivera, remarcó la importancia de “que los chicos vayan a bailar en horarios normales”.
“Uno de los objetivos consensuados con el gobernador Daniel Scioli es trabajar para acortar ‘la previa’, y que los chicos vayan a bailar, pero en horarios normales”, explicó el funcionario, reforzando la idea que está reflejada en uno de los proyectos donde se fija como tope horario la 1 de la madrugada para el ingreso a los locales bailables, en tanto que durante el verano dicho límite se extenderá hasta las 2 hs.
La iniciativa contempla que el cierre de los boliches sea a las 5.30 hs, mientras que a las 4.30 hs. se suspendería la comercialización de bebidas alcohólicas. Cabe destacar que incluso ese horario es demasiado extendido, y que no sería conveniente que los menores estuvieran hasta más allá de las 2 de la madrugada que debería ser el horario máximo para el cierre de los “boliches”. Por otra parte, hay una costumbre en muchas ciudades donde los jóvenes llegan a amanecer y la jornada se extiende hasta las 10 o 10 y media de la mañana, quedando prácticamente en un estado deplorable que les impide al día siguiente cumplir con sus obligaciones laborales o como estudiantes. Los excesos de la actualidad los convierte en malos trabajadores y malos estudiantes, pero en el futuro y a largo plazo, dañarán la salud, algo que pasa inadvertido a muchos jóvenes que creen poder vivir “sin límites”.
El gobierno bonaerense presentó semanas atrás dos proyectos que reglamentan el horario de ingreso y egreso a los locales bailables, además de contemplar severas multas a quienes vendan alcohol a menores. Ambos proyectos cuentan con media sanción de la Cámara de Senadores y se espera su tratamiento en la cámara baja como paso previo a convertirlos en ley.
“El principal problema de las adicciones en la provincia de Buenos Aires lo constituye el alcohol”, continuó Alvarez de Olivera y finalmente aseguró que: “el desafío es terminar con los excesos en el consumo de bebidas alcohólicas para poder tener una nocturnidad tranquila”.
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