miércoles, 18 de noviembre de 2009

REACCIONES ANTE EL FALLO QUE AVALÓ EL GAYMONIO




Presentan amparo contra Macri por no apelar el gaymonio. Piden que se declare nula la sentencia de la jueza Seijas y que el procedimiento se sustancie con arreglo a derecho. Macri y el relativismo cultural.
Amparo contra Macri

El amparo fue presentado hoy por el Dr. Pedro Andereggen en el fuero Contencioso Administrativo y está dirigido contra el accionar del Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, que dio instrucciones de no apelar el fallo que avaló el gaymonio, “lo que constituye un acto de ilegalidad manifiesta, pues ello no está sujeto a oportunidad, mérito o conveniencia sino a actividad reglada”. “No puede el Jefe de Gobierno decidir por sí y ante sí, conformarse con una declaración de inconstitucionalidad de artículos del Código Civil en materia matrimonial pues esa no es su competencia (.) nadie lo votó ni legitimó para ello, configurándose un claro acto de abuso de poder”, dice la presentación judicial.

Piden la nulidad de la sentencia

El mismo abogado hizo una presentación ante el Juzgado Civil 92. La presentación señala, contrariamente a lo que sostiene el activismo gay, que el gaymonio nos afecta a todos: "El perjuicio para el bien común irrogado resulta manifiesto, toda vez que se ha fallado contra la esencia de un instituto de derecho natural como es el matrimonio que ninguna legislación positiva puede alterar o desconocer (.) el derecho natural posee raigambre constitucional en tanto es reconocido Dios en el Preámbulo de la Constitución como 'fuente de toda razón y justicia'".

Fundándose en la expresión precedente y estando legitimado por el art. 178 del Código Civil, el letrado denunció ante el Juzgado Civil la nulidad absoluta e insanable de todo lo actuado por la Jueza Seijas, a cargo del Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario nº 15 de la Ciudad -por tratarse de una cuestión civil que escapa a la competencia de ese Tribunal-. Indicó también la falta de actuación del Agente fiscal en lo Civil encargado de velar por el orden público en materia matrimonial; señalando que Macri, al dar instrucciones de no apelar -facultad que no puede arrogarse un administrador político de turno y de carácter local-, impidió que la cuestión sea entendida por el fuero legalmente propio, idóneo y especializado. Finalmente solicitó que se rechace la pretensión de contraer matrimonio a los dos hombres que han presentado el amparo y se declare "la vigencia del principio conforme al cual el instituto jurídico del matrimonio requiere válida y exclusivamente la unión entre un hombre y una mujer".

Macri y el relativismo cultural

A raíz de la actitud del Jefe de Gobierno porteño y el incomprensible silencio de sus seguidores publicamos a continuación una nota del Dr. Miguel Ángel de Lorenzo.

“El Modelo” Macri

Cada vez pareciera ganar más seguidores la creencia de una supuesta neutralidad moral de la técnica.

Por el contrario, siempre nos pareció peliagudo encontrar argumentos con los que, por ejemplo, atenuar la responsabilidad moral de los científicos que participan en el diseño y la fabricación de armas atómicas o biológicas.

Sería inadmisible que el investigador adujera ignorancia sobre el posible uso que pudiera darse a una ojiva nuclear o a un nuevo virus que acaba de diseñar. Ellos conocen bien la utilidad de lo que acaban de hacer.

Si les alcanza o no esa aspirina para calmar su conciencia, no lo sabemos, pero lo real es que desde el punto de vista moral tales tareas no son neutras ni inocentes porque, digámoslo otra vez, no existe la moral de la pura eficacia.

En realidad se trata del relativismo cultural, que se hace ver a cada momento en este comienzo de milenio. Tal como en la ciencia, la técnica, la filosofía etc., también desde la política nos dicen que el pluralismo ético es la manera de ser de la democracia.

En este sentido, hace unos días, el jefe de gobierno porteño, dijo que no apelaría el fallo que ordenó al registro civil que case a dos gays. Sus razones fueron: “es un paso adelante”, “el mundo va en esa dirección”, “es natural, estoy tranquilo y contento, que sean felices,” “esta bien siempre que no afecte a terceros” etc. y otras igualmente insignificantes.

No sería posible sobre estas difusas vaguedades de Macri sostener una discusión sobre el tema, pero aunque pocos consideren que las decisiones políticas tienen contacto con la razón, no deja de inquietar que los dirigentes consigan con ese libreto tan penosamente vacío, manipular a sus seguidores para que acepten cualquier cosa.

Sería demasiado pedirle a Macri que se detenga a reflexionar un momento antes de apresurarse a tomar semejante decisión. ¿Qué tipo de sociedad querrá construir? Y en todo caso la nueva estructura social ¿la sustentaría en semejantes tosquedades?

Entre los miembros de su partido ¿no habrá quienes sientan el menoscabo de verse comprometidos a aceptar graves determinaciones que prescinden de los principios no ya religiosos sino de la ética natural y afectan fieramente el comportamiento de futuras generaciones basados en que Macri está “tranquilo y contento”? ¿No es demasiado poco para atentar de esa manera contra la familia y en consecuencia contra el bien común?

La tesis relativista de Macri, la del todo bien, y el vale todo, la que probablemente no aplicó ni para el futbol, nos la trae ahora a la precursora y progresista ciudad de Buenos Aires avalando con su no apelación, el “matrimonio homosexual”.

Relativismo y progresismo y conquistas y liberaciones que han hecho del siglo XX uno de los más sanguinarios de la historia. Ese tiempo atroz fue posible por el rechazo, por la negación de cualquier norma moral, fue posible por aceptar que todas las concepciones sobre el bien del hombre son igualmente verdaderas y tienen el mismo valor.

Nadie duda de que en el plano político hay diversidad de opciones éticamente aceptables e infinidad de estrategias posibles para llegar a un fin determinado que se ordene al bien común de la sociedad.

Pero hay también otros principios morales “no negociables”, hay principios donde la tolerancia engañosamente entendida no tiene lugar, ni puede invocarse sentimentalismo alguno. Estamos hablando de la dignidad y el respeto de la persona humana desde la concepción hasta su muerte natural y naturalmente del valor sustancial de la familia fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y también de la libertad de los padres en la educación de sus hijos.

Por lo que venimos observando no advertimos mayores diferencias en el modo de entender y ejercer la política entre partidos supuestamente antagónicos. Existe un jefe que, sin debate, ni consultar la opinión de nadie y como en este caso sin razones, un mandamás que unilateralmente decide lo que le parece y por otra parte “sumisos” legisladores que se inclinan silenciosos ante la voluntad del patrón.

Aún la cita de un hombre claramente no religioso como Heidegger puede aportar cierto destello de luz a la conciencia de algunos funcionarios: “Por lo que yo sé -decía el filósofo en una entrevista diez años antes de su muerte- según nuestra experiencia humana e histórica, todo lo esencial y grande ha surgido cuando el hombre tenía un hogar y estaba enraizado en una tradición”.

Miguel de Lorenzo

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NOTIVIDA, Año IX, Nº 638, 17 de noviembre de 2009

Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río

Página web http://www.notivida.org

Email notivida@notivida.com.ar

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