En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (AMÉRICA TV), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, comentó y adhirió a la propuesta del Papa Benedicto XVI sobre la necesidad de que los medios de comunicación social vean “las cosas buenas y las personas buenas que están a nuestro alrededor”, pues actualmente “cada día los periódicos, la televisión y la radio nos cuentan el mal, lo repiten, lo amplifican, acostumbrándonos a las cosas más horribles, haciéndonos insensibles y, de alguna manera, intoxicándonos porque lo negativo no se elimina del todo y se acumula día a día”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”, afirmó.
El prelado platense explicó que “este programa “Claves para un Mundo Mejor” ha cumplido en diciembre 20 años ininterrumpidos en la televisión argentina. Aspirar a un mundo mejor tiene que ver con el bien, con el triunfo del bien sobre el mal. Hay una frase muy bella de San Pablo en su Carta a los Romanos que señala que hay que vencer al mal con la fuerza de bien”.
“Muchas veces nos sentimos como agobiados porque nos parece que la presencia del mal es universal. Entonces no vemos las cosas buenas y las personas buenas que están a nuestro alrededor”, dijo.
Recordó que el Papa consideró “un mecanismo perverso al que lamentablemente cuesta resistir” la manera en que se expone a cierta gente en los medios donde personas “saltan a la primera página de los periódicos o a la televisión y se las explota hasta el extremo mientras la noticia y la imagen atraen la atención”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”, manifestó.
Agregó que el Papa afirmó que “Los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre espectadores como si el mal concerniera solamente a los demás y ciertas cosas nunca pudieran sucedernos a nosotros. Somos todos actores y tanto en el mal como en el bien nuestro comportamiento influye en los demás”.
Monseñor Héctor Aguer sostuvo que es necesario cambiar esta perspectiva pues “son numerosos los hombres y mujeres de todas las edades que no son noticia, raramente son noticia y que han entendido que de nada sirve condenar, quejarse o recriminar sino que vale más responder al mal con el bien. Esto cambia las cosas, o mejor cambia las personas y por consiguiente mejora la sociedad”.
Consideró que “la mayor parte de las veces los medios de comunicación investigan, denuncian, procesan, juzgan, condenan y ejecutan la sentencia y, entonces, nos sentimos agobiados en un mundo donde al parecer el bien no existe”.
Por último afirmó: “¡Pues sí hay mucho de bien! y este programa procura mostrarlo. No se trata de una ingenuidad. Se trata de algo muy serio, muy real y tenemos que aprender a mirar la realidad con los dos ojos.”
Texto completo de la alocución televisiva de Mons. Aguer
“Este programa “Claves para un Mundo Mejor” ha cumplido en diciembre 20 años ininterrumpidos en la televisión argentina. Aspirar a un mundo mejor tiene que ver con el bien, con el triunfo del bien sobre el mal. Hay una frase muy bella de San Pablo en su Carta a los Romanos que señala que hay que vencer al mal con la fuerza de bien”.
“Muchas veces nos sentimos como agobiados porque nos parece que la presencia del mal es universal. Entonces no vemos las cosas buenas y las personas buenas que están a nuestro alrededor. Este tema es el que ha abordado el Papa Benedicto XVI en una preciosa alocución que hizo el 8 de diciembre pasado en Plaza España, en Roma. Todos los años, el Papa va a rendir homenaje a la Virgen Inmaculada ante el monumento que está allí de la Inmaculada Concepción, y se ha referido precisamente a esto”.
“Comenzó hablando del triunfo de Jesucristo del cual no podemos dudar, del triunfo de Jesucristo sobre el mal pero lo aplicó a cuestiones muy candentes y al modo en que la presencia del mal se difunde de tal manera que nos encontramos agobiados”.
“Decía el Papa: “Cada día los periódicos, la televisión y la radio nos cuentan el mal, lo repiten, lo amplifican, acostumbrándonos a las cosas más horribles, haciéndonos insensibles y, de alguna manera, intoxicándonos porque lo negativo no se elimina del todo y se acumula día a día”
“Y dice el Papa que en toda ciudad, en Roma y en cualquier otra, hay gente que de suyo es invisible, nadie se ocupa de ella pero de golpe saltan al conocimiento público y allí se las expone. “Saltan a la primera página de los periódicos –sigue diciendo el Papa- o a la televisión y se las explota hasta el extremo mientras la noticia y la imagen atraen la atención. Se trata de un mecanismo perverso al que lamentablemente cuesta resistir”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”.
“Continúo leyendo el discurso del Papa. Dice: “Los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre espectadores como si el mal concerniera solamente a los demás y ciertas cosas nunca pudieran sucedernos a nosotros. En cambio, somos todos actores y tanto en el mal como en el bien nuestro comportamiento influye en los demás”.
“De allí la necesidad de ir cambiando esta perspectiva. Por eso recuerda el Papa que, en Roma y lo podemos decir nosotros aquí en nuestra ciudad, en nuestro barrio, son numerosos los hombres y mujeres de todas las edades que no son noticia, raramente son noticia y que han entendido que de nada sirve condenar, quejarse o recriminar sino que vale más responder al mal con el bien. Esto cambia las cosas, o mejor cambia las personas y por consiguiente mejora la sociedad”.
“En cambio vemos que con frecuencia, la mayor parte de las veces podríamos decir, los medios de comunicación investigan, denuncian, procesan, juzgan, condenan y ejecutan la sentencia y, entonces, nos sentimos agobiados en un mundo donde al parecer el bien no existe”.
“¡Pues sí hay mucho de bien! y este programa procura mostrarlo. No se trata de una ingenuidad. Se trata de algo muy serio, muy real y tenemos que aprender a mirar la realidad con los dos ojos.”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”, afirmó.
El prelado platense explicó que “este programa “Claves para un Mundo Mejor” ha cumplido en diciembre 20 años ininterrumpidos en la televisión argentina. Aspirar a un mundo mejor tiene que ver con el bien, con el triunfo del bien sobre el mal. Hay una frase muy bella de San Pablo en su Carta a los Romanos que señala que hay que vencer al mal con la fuerza de bien”.
“Muchas veces nos sentimos como agobiados porque nos parece que la presencia del mal es universal. Entonces no vemos las cosas buenas y las personas buenas que están a nuestro alrededor”, dijo.
Recordó que el Papa consideró “un mecanismo perverso al que lamentablemente cuesta resistir” la manera en que se expone a cierta gente en los medios donde personas “saltan a la primera página de los periódicos o a la televisión y se las explota hasta el extremo mientras la noticia y la imagen atraen la atención”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”, manifestó.
Agregó que el Papa afirmó que “Los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre espectadores como si el mal concerniera solamente a los demás y ciertas cosas nunca pudieran sucedernos a nosotros. Somos todos actores y tanto en el mal como en el bien nuestro comportamiento influye en los demás”.
Monseñor Héctor Aguer sostuvo que es necesario cambiar esta perspectiva pues “son numerosos los hombres y mujeres de todas las edades que no son noticia, raramente son noticia y que han entendido que de nada sirve condenar, quejarse o recriminar sino que vale más responder al mal con el bien. Esto cambia las cosas, o mejor cambia las personas y por consiguiente mejora la sociedad”.
Consideró que “la mayor parte de las veces los medios de comunicación investigan, denuncian, procesan, juzgan, condenan y ejecutan la sentencia y, entonces, nos sentimos agobiados en un mundo donde al parecer el bien no existe”.
Por último afirmó: “¡Pues sí hay mucho de bien! y este programa procura mostrarlo. No se trata de una ingenuidad. Se trata de algo muy serio, muy real y tenemos que aprender a mirar la realidad con los dos ojos.”
Texto completo de la alocución televisiva de Mons. Aguer
“Este programa “Claves para un Mundo Mejor” ha cumplido en diciembre 20 años ininterrumpidos en la televisión argentina. Aspirar a un mundo mejor tiene que ver con el bien, con el triunfo del bien sobre el mal. Hay una frase muy bella de San Pablo en su Carta a los Romanos que señala que hay que vencer al mal con la fuerza de bien”.
“Muchas veces nos sentimos como agobiados porque nos parece que la presencia del mal es universal. Entonces no vemos las cosas buenas y las personas buenas que están a nuestro alrededor. Este tema es el que ha abordado el Papa Benedicto XVI en una preciosa alocución que hizo el 8 de diciembre pasado en Plaza España, en Roma. Todos los años, el Papa va a rendir homenaje a la Virgen Inmaculada ante el monumento que está allí de la Inmaculada Concepción, y se ha referido precisamente a esto”.
“Comenzó hablando del triunfo de Jesucristo del cual no podemos dudar, del triunfo de Jesucristo sobre el mal pero lo aplicó a cuestiones muy candentes y al modo en que la presencia del mal se difunde de tal manera que nos encontramos agobiados”.
“Decía el Papa: “Cada día los periódicos, la televisión y la radio nos cuentan el mal, lo repiten, lo amplifican, acostumbrándonos a las cosas más horribles, haciéndonos insensibles y, de alguna manera, intoxicándonos porque lo negativo no se elimina del todo y se acumula día a día”
“Y dice el Papa que en toda ciudad, en Roma y en cualquier otra, hay gente que de suyo es invisible, nadie se ocupa de ella pero de golpe saltan al conocimiento público y allí se las expone. “Saltan a la primera página de los periódicos –sigue diciendo el Papa- o a la televisión y se las explota hasta el extremo mientras la noticia y la imagen atraen la atención. Se trata de un mecanismo perverso al que lamentablemente cuesta resistir”.
“Todos nosotros experimentamos cotidianamente esta especie de agobio de tal manera que se va creando un clima no se si de depresión o de exasperación al mismo tiempo, pero que altera la percepción de la realidad y no nos deja ver el bien que también existe”.
“Continúo leyendo el discurso del Papa. Dice: “Los medios de comunicación tienden a hacernos sentir siempre espectadores como si el mal concerniera solamente a los demás y ciertas cosas nunca pudieran sucedernos a nosotros. En cambio, somos todos actores y tanto en el mal como en el bien nuestro comportamiento influye en los demás”.
“De allí la necesidad de ir cambiando esta perspectiva. Por eso recuerda el Papa que, en Roma y lo podemos decir nosotros aquí en nuestra ciudad, en nuestro barrio, son numerosos los hombres y mujeres de todas las edades que no son noticia, raramente son noticia y que han entendido que de nada sirve condenar, quejarse o recriminar sino que vale más responder al mal con el bien. Esto cambia las cosas, o mejor cambia las personas y por consiguiente mejora la sociedad”.
“En cambio vemos que con frecuencia, la mayor parte de las veces podríamos decir, los medios de comunicación investigan, denuncian, procesan, juzgan, condenan y ejecutan la sentencia y, entonces, nos sentimos agobiados en un mundo donde al parecer el bien no existe”.
“¡Pues sí hay mucho de bien! y este programa procura mostrarlo. No se trata de una ingenuidad. Se trata de algo muy serio, muy real y tenemos que aprender a mirar la realidad con los dos ojos.”.
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