Los encuentros de “Mujeres Autoconvocadas”, ahora denominados “Encuentro Nacional de Mujeres”, parecen ir creciendo en virulencia y violencia, tanto contra las mismas participantes como contra la sociedad entera, por los desmanes que están produciendo, los cuales se convierten en una alarma y en un factor de inseguridad social.
El 25° Encuentro se desarrolló en la ciudad de Paraná, donde hubo grandes desmanes, en las plazas defecaron y orinaron (las organizadoras no gastaron un centavo en baños químicos indispensables para un encuentro con tantas mujeres, en coincidencia con los gastos de años anteriores). También hicieron pintadas y dañaron monumentos históricos, edificios, locales comerciales…
La convocatoria es utilizada para la concurrencia de militantes de ultraizquierda, caracterizadas por su violento accionar, que contrasta con otros grupos que pretenden ser más “pacifistas”, pero todos estos grupos tienen algo en común: su odio a la Iglesia Católica y a las mujeres. Obviamente, como mujeres que han perdido la vergüenza, el decoro, la femineidad y los buenos modales, repudian a la Virgen María (que también es una mujer, y la más excelsa de entre todas).
“No pueden entrar hombres”, pareciera ser la consigna. Pero esto es siempre que el encuentro se viva con un mínimo clima pacífico. Pero si hay desmanes, no se puede prohibir la presencia policial, incluso masculina, porque se trata de un encuentro “de mujeres”. ¿Y si alguien hubiese muerto en el encuentro… quién se hace cargo? ¿O hay “piedra libre” para todo tipo de delitos?
Las organizadoras viajan en avión, se compran ropa muy cara, descansan en hoteles de 5 estrellas y comen en los mejores restaurantes. El resto que se las arregle. Usan dinero para alquilar carpas de acreditación, un escenario para el acto inaugural, y para algún evento… ¿Dónde está la transparencia en el uso de los recursos? ¿Cuánta plata gastan? ¿Cuánta plata tienen? ¿A cuántas mujeres estafan en reuniones (fiestas, peñas, etc) donde piden plata a otras mujeres que quedarán plantadas y sin su pasaje para viajar al encuentro?
Los comercios y locales de la ciudad se ven afectados por la presencia de una horda de sujetos que a veces ni siquiera aparentan ser mujeres. Existe la posibilidad de iniciarles un juicio por los afectados, reclamando daños y perjuicios a las organizadoras, ya que su responsabilidad surge del Código Civil: ellas son las convocantes, y son quienes deben resguardar el orden en los eventos, y si no lo hacen deberán hacerse cargo con los recursos de la organización o con los recursos propios. O identificar a quienes produjeron los daños para que se hagan cargo de los mismos y los reparen.
El próximo encuentro será en Bariloche, para espanto de los turistas.
A continuación, una serie de videos en que se ve a las feministas agredir y actuar contra las mujeres católicas:
Yo soy mujer, se la ve decir a una católica golpeada, agredida, empujada, víctima de las mujeres que hablan de la “violencia contra la mujer”:
“Fuera, Fuera, Fuera Iglesia, Fuera”, el canto repetido que servía a las “pacíficas mujeres” ultrafeministas para agredir a mujeres católicas, como si éstas no fuesen personas, como si no fuesen mujeres, como si no fuesen humanas. ¿No es esto una injusta “discriminación”? ¿Dónde está el INADI, o acaso las personas católicas no tienen derecho a ser protegidas ni por la policía ni por el Inadi, ni por ninguna Institución?:
El modo “democrático” de expulsión de personas católicas sorprende:
http://www.facebook.com/AntiMujeresAutoconvocadas
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