Por Miguel Etchecolatz
Fecha: 8/11/10
Nombre: Etchecolatz Miguel O.
Edad: 81 años.
Cargo: Comisario Gral. Pcia Bs.As.
Salud: Accidente cerebro Vascular Hemorrágico. Tumor Maligno prostático, arritmia, hipertensión arterial.
El día 22/10/10 concurrí al Sanatorio F. Favaloro, con turno para las 17:30 hs. Someterme a resonancia magnética nuclear cerebral. Se me comunica que sería atendido a las 18:30 hs. Situación no común en ese instituto. Así permanecí en el interior del vehículo del Serv. Penitenciario Federal con la respectiva custodia. Cumplido el tiempo ingreso, pasado hasta llegar al 2do. Piso, donde un grupo de 20 personas, de ambos sexos profiriendo gritos con amenazas de muerte y en clara actitud de agredirme físicamente, impedía ingresar a la sala donde debía efectuarse el estudio, siendo así que el personal de custodia me introdujo a un baño, solicitando al personal de seguridad del Hospital, la presencia de la P.F.A. como así ocurrió. Controlada la situación dado al eficiente proceder de la custodia, luego de superar atropellos, logré llegar a la sala donde fui atendido por el Dr. Andrés Lozandro con cara de pocos amigos que había observado el incidente. Cumplido el estudio vuelvo al lugar del tumulto que estaba vacío. Salir por el mismo lugar por el que había ingresado era imposible. Aquellos agresores me esperaban en la Av. Belgrano al que se habían agregado revoltosos portando palos y bolsos, siendo controlados por varios efectivos de la P.F.A.
Abandoné el Instituto por una puerta subterránea. Lo sugestivo es: ¿a qué se debía postergar una hora para ser atendido? ¿Acaso sirvió para el ingreso de los atacantes? ¿cómo se admitió la permanencia de un grupo (20 personas) que luego, sumado con otros esperaban mi salida en clara actitud de agredirme? La que dirigía las acciones era Milagro Salas, titular de un movimiento combativo conocido como Tupac Amarú, allegado al gobierno nacional. Lo ocurrido fue puesto en conocimiento del Presidente del Tribunal Oral Nº 1, Dr. Carlos Alberto Rozanski y Juez Federal Nº3 Dr. Arnaldo Corazza, ambos de La Plata que como jueces de ejecución deben velar por mi salud y seguridad personal. Hasta hoy no se ha adoptado medida legal alguna de la que tenga conocimiento.
No es la primera vez que soy víctima de agresiones, principalmente por parte de profesionales de la salud. Daré en forma sintetizada ejemplos:
En el Hospital Pirovano, el médico que debía efectuar una resonancia magnética nuclear, tomándome del cuello pretendió estrangularme al tiempo que decía “te voy a matar, H… de P… por los que asesinaste”. Fue impedido por el personal custodia que lo identificó, efectuándose la pertinente denuncia.
En el Hospital Vélez Sarfield, la médica de guardia, luego de agredirme verbalmente se negó a atenderme. Se efectuó la denuncia.
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