Denuncian que golpeaba a su mujer y corrompía sexualmente a su hija
Un hombre fue procesado por la Justicia acusado de golpear salvajemente a su esposa -a quien en varias ocasiones desmayó- y corrupción de menores, pero frente a los cargos se justificó amparándose en su religión musulmana.
Luego de que su esposa lo denunciara, al declarar ante la justicia el acusado dijo que su actitud estaba amparada por su religión musulmana, regida por el Corán, "donde se aceptan ciertos castigos físicos a la mujer y los hijos por razones educativas".
En el marco del conflicto judicial, la Sala VI de la Cámara del Crimen confirmó el procesamiento del hombre, conocido en el escrito sólo como "Señor G".
Los jueces Julio Lucini y Mario Filozof consideraron al sujeto como autor de los delitos de "amenazas simples y coactivas, reiteradas en varias oportunidades, en concurso real con corrupción de menores agravada por ser progenitor de la menor de edad damnificada", según se señaló en una nota publicada por Diario Popular.
En el fallo, los jueces también confirmaron la imposición de un embargo sobre los bienes del sujeto, por un monto de 40 mil pesos. De acuerdo con la resolución judicial, ante los peritos la mujer dijo que su esposo "la agredió físicamente con golpes de puño en el rostro hasta quedar inconsciente, pero logró recobrar el conocimiento y al levantarse su marido le dijo que se quedara quieta, si no recibiría otra paliza".
La damnificada agregó que, en otra oportunidad, el acusado "en forma violenta le lanzó un zapatazo el cual impactó en su media pierna". Asimismo, reveló que "en ocasiones vivía encerrada en el departamento ante las amenazas de su marido que la golpearía nuevamente si decía algo al respecto".
En el trámite del expediente, la víctima expresó que "también le pegaba manejando el auto a alta velocidad puñetazos en las piernas". Según lo señalado, la violencia del hombre hacia su pareja fue confirmada por la hija de ambos, mediante una entrevista en la cámara Gesell.
"Papá le pegaba a mamá a la noche cuando yo estaba dormida. En el día yo no dormía. Me hacía la dormida, pero yo miraba y la golpeaba", contó la pequeña. Asimismo, la abuela de la nena denunció la existencia de situaciones de abuso sexual por parte del imputado hacia la menor.
Los jueces probaron "la materialidad del hecho y la participación del encausado", y mencionaron declaraciones de la nena quien, al explicársele la posibilidad de un estudio ginecológico, dijo: "No quiero que me toquen más en esa parte, no quiero que me miren más en esa parte".
"No compartimos las afirmaciones efectuadas en torno a una incomprensión cultural o prejuicios religiosos", dijeron los camaristas.
Y agregaron: "El imputado es nacional de Argentina, residió aquí casi la totalidad de su vida y luego de adoptar la religión musulmana vivió en Arabia Saudita junto con las damnificadas por el lapso de diez años, en consecuencia puede inferirse que, aún cuando el Corán acepte ciertos castigos físico del hombre a la mujer o su descendencia con fines educativos -según señalara la defensa-, el nombrado tenía conocimiento que ello resulta contrario al orden jurídico aquí imperante".
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