viernes, 18 de marzo de 2011

A CASI 100 AÑOS DEL GENOCIDIO TURCO CONTRA LOS ARMENIOS: “TODAVÍA ESTÁS VIVO”

Negacionismo turco del genocidio contra los armenios 1 

Por Emilio Nazar Kasbo

Un solo genocidio es negado en todo el planeta y en toda la historia: el cometido por los turcos islámicos contra el pueblo armenio. Y no solo eso, dentro de poco se cumplirán 100 años, y mucha gente desconoce su existencia.

El día 24 de abril de 1915 se impartió la orden de masacrar a todos los armenios, en un plan sistemático de exterminio por el cual debía borrarse todo rastro de armenidad, empezando por la Fe y la Liturgia, pasando por el idioma, la cultura y todo su patrimonio material, racial, moral y espiritual.

Los armenios eran convocados al servicio militar, y allí eran muertos de diverso modo, eliminando así a la mayoría de los jóvenes. Luego, en una segunda fase planificada, en el primer Genocidio del Siglo XX y en el primer Genocidio Científico de la humanidad, militarmente se avanzó desde ciudades cabeceras a ciudades aledañas hasta llegar a los campos, para exterminar a los varones. Ciudad por ciudad, casa por casa, campo por campo… todo era arrasado. Las mujeres eran llevadas a los harenes, los niños eran apropiados, secuestrados y llevados para una reeducación islámica. Las mujeres y niños que se salvaban de ese cruel destino, eran conducidos a pie junto a los ancianos en la denominada “caravana de la muerte”, por cientos y cientos de kilómetros sin comida ni bebida. En general, el destino final era la ciudad de Alepo. Un sendero de muertos guiaba la ruta, con todas las pestes propias de semejante masacre.

Mapa del Genocidio-Mardin

Arrojados a la miseria, a la más espantosa precariedad, al desamparo, con familiares y amigos masacrados, en medio de situaciones de altísima violencia, un horizonte donde el odio y Satanás parecían triunfar, pero acompañados solamente de Jesucristo doliente que cargaba en su Cruz los padecimientos. Porque el católico no está solo ni aun en esos peores momentos de la vida que uno pueda afrontar. Sangre por todas partes, sangre unida al Sacrificio Redentor de Jesucristo.

Muchos quedaban agradecidos de haber sobrevivido y llegado a Alepo, casi todas mujeres y niños desamparados, ya que la mayoría de los ancianos había muerto en el camino. Sin embargo, la fase final del plan implicaba la masacre de todas esas mujeres y niños reunidos en prácticamente una sola ciudad.

Sí, hoy escribo esto porque desciendo de sobrevivientes de ese horrendo episodio del Siglo XX, que tuvo antecedentes en Siglos anteriores. Los asesinos criminales no esperaban que escribiera estas palabras hoy, ya que ni siquiera debía haber nacido.

Pero ¿es esto acaso mera “historia vieja”? Recientemente concurrí a un comercio. Con motivo de la compra surgió un diálogo en el cual el vendedor afirmaba ser libanés, aunque no hablaba como libanés sino como palestino. Pude percibir que el comerciante es de religión islámica. Tras revelarle el origen de mi familia, me dijo: “todavía estás vivo”. Le pregunté qué me quería decir, y volvió a repetirme “todavía estás vivo”. Por segunda vez, ya que no cabía en mis oídos lo que estaba escuchando, volví a preguntar qué me estaba queriendo decir, y me respondió por tercera vez: “que todavía estás vivo, y se te ve con salud”.

Sí. Todavía estoy vivo, y sigo siendo un testimonio de aquello que padecieron mis ancestros, de lo cual mis abuelos fueron víctimas directas. Me considero una víctima indirecta del Genocidio, ya que las consecuencias son padecidas por toda familia armenia hasta la actualidad.

Todavía estoy vivo, y este 24 de abril es muy particular, porque cae en Pascua. Celebraremos el sufrimiento de abuelos, bisabuelos y tatarabuelos unido al sacrificio de Jesucristo, porque han sido verdaderos mártires. Porque no solamente yo estoy vivo: ellos han ganado la Vida en Cristo. Espero que quienes aun vivimos para contar estas cosas, merezcamos esa Gracia.

degollados armenios

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