Por Juan Carlos Neves
Queridos amigos:
Uno de mis profesores de estrategia solía decir que muchas de las acciones que se desarrollaban en el “escenario estratégico” tenían como único objetivo obtener información a partir de las reacciones del oponente. De alguna manera las Primarias del día 14 de Agosto, que fueron el elemento concentrador de la atención durante la última semana, pueden ser vistas como una gran operación informativa a partir de la cual todos los aspirantes presidenciales que queden en el juego, elaborarán sus verdaderas estrategias.
El lunes al mediodía, con los números a la vista, comenzarán los análisis de fondo luego de los discursos de ocasión y la verificación de que cantidad de votos consiguió cada candidato sin haber obtenido ningún cargo por ellos. El primer tema a observar será con qué porcentaje ganó el Frente para la Victoria a quien todas las encuestas señalan como primera minoría. Nuestra Constitución Nacional dispone, respecto del porcentaje de votos necesarios para ser proclamado presidente y vice:
“ Artículo 97.- Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta, hubiere obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación. Artículo 98.- Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta hubiere obtenido el cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos válidamente emitidos y, además, existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le sigue en número de votos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la Nación.”
De modo que si la señora presidente obtiene el 14 de Agosto más del 45 % de los votos válidamente emitidos, tendrá una sólida base para proclamar que en Octubre, salvo catástrofe, será reelecta.
Dado el autoritarismo y los graves problemas irresueltos que aquejan al país que hacen dudosa esa posibilidad, conviene analizar la instancia siguiente que sería que el oficialismo consiguiera un porcentaje entre el 40 y el 45 % de los votos. En ese caso el opositor más votado debería obtener menos de 10 puntos de diferencia o sea 34 % si el primero tiene 44 y así sucesivamente hasta llegar al 40 a 30 que llevaría a un balotaje.
Finalmente, si a la suma de las fallas de gestión se agregan los errores políticos cometidos al dejar fuera de las listas a los verdaderos motores del voto oficial o sea, a los sindicalistas y a los peronistas ortodoxos, es posible que la señora presidente alcance una cifra por debajo del 40% que llevaría a una posibilidad cierta de balotaje de repetirse en el mes de Octubre.
Esto lleva a que luego de conocer el total de votos alcanzados por cada fórmula sabremos si la oposición puede disputar la presidencia o si se limitará a pelear cargos de diputados y senadores nacionales. En el primer caso será fundamental saber quien salió segundo y cuál es la diferencia con el tercero. Desde ya sabemos que no habrá candidatos renunciantes, fuera de los eliminados por no alcanzar el porcentaje del 1,5 % de los votos válidos emitidos exigidos por la nueva ley, porque nadie abandonará a sus listas de legisladores que son la garantía de que los valores, principios e intereses de cada partido lleguen al Congreso y lo mantengan con vida política. Así que serán los votantes los que deberán ser convencidos de que abandonen a los líderes débiles en sufragios y formulen un voto útil en Octubre, cortando boleta en beneficio del que pueda llegar a forzar un balotaje.
Quedará todavía por analizar la resolución de las incógnitas políticas que serán motivo de negociaciones, castigos y venganzas hasta el nuevo evento de Octubre. Son las pequeñas notas de color del mundillo de la política, hecho por igual de cálculos fríos y pasiones desbordadas. Se mirará en detalle cómo repartirán sus votos los justicialistas que dieron el triunfo a De La Sota en Córdoba entre Cristina Fernández, Eduardo Duhalde y Rodríguez Saá. Si los votantes del PRO en la Ciudad Autónoma y Santa Fe se inclinarán por Duhalde o buscarán otras alternativas. Si los justicialistas que siguen a De Narváez en la Provincia de Buenos Aires acompañan en el voto a su candidato presidencial radical o cortan boleta. Si los radicales que siguen a Alfonsín acompañan en el voto a De Narváez u optan por una alternativa más afín para gobernador. Si los votantes de Daniel Scioli y de los intendentes del conurbano se vengan de los desplantes de Cristina Fernández y le cortan boleta o aceptan la “sábana” por disciplina partidaria. En fin, que tendremos una semana con análisis para todos los gustos y “febriles negociaciones” ante la muy próxima definición de Octubre. Nuestra metodología eleccionaria no es ni muy sana ni muy transparente pero tiene sin duda un elemento lúdico fascinante por su nivel de incertidumbre y la carencia de encuestas serias y partidos institucional e ideológicamente organizados y definidos.
Una prueba del nivel de confusión respecto de lo que deben ser los comicios fueron las declaraciones del Juez Manuel Blanco, que lleva 26 años al frente del juzgado electoral de la provincia de Buenos Aires. Este magistrado afirma que “los responsables de que en los comicios no haya fraude son los fiscales, no la justicia”. Como corolario de esta afirmación surge que quien no tiene fiscales debe esperar ser objeto de alguna forma de fraude y cita a un dirigente que no identifica diciendo “Si el adversario no te manda fiscales, tenés la obligación moral de hacerle fraude”. Aunque luego dulcifica esta terrible afirmación diciendo que fue “en broma, para que la gente fuera a fiscalizar” termina pontificando que “lo cierto es que la responsabilidad no es de la justicia”. Cruda y descarnadamente el señor juez nos pone en negro sobre blanco aquello que los que participamos desde unidades políticas menores siempre sospechamos: que el sistema electoral está montado para que las fuerzas que se han instalado y tienen masas de militantes, generalmente rentados por el Estado mismo, puedan proceder con cierta impunidad para que no nazca una nueva competencia política organizada.
El mismo juez declara que no tuvo recursos para repartir las boletas por lo que encomendó esta tarea a los partidos y que no sabe si tendrá listo a tiempo el escrutinio definitivo imprescindible para saber quiénes seguirán en Octubre. Esto no hace sino ratificar la vergüenza de que tanto a nivel nacional como de la provincia de Buenos Aires se continúe con el sistema de boletas de papel, que permite todos los fraudes y que se agrava al hacer coincidir la fecha de ambas elecciones, con lo que se afecta la transparencia y los resultados de los comicios.
Mientras la atención en la Argentina está centrada en su propio ombligo, el mundo económico tiembla ante los serios problemas que han surgido en Europa y también en Estados Unidos. Estas cuestiones tendrán sin dudas una fuerte influencia en nuestra economía a pesar de que la ceguera gubernamental pretende ignorarlo. También nos han conmovido las imágenes de violencia callejera que con las más variadas causas se producen no solo en países bajo regímenes dictatoriales, como sucede en el área de los países árabes, sino también en democracias sólidas como las que existen en Gran Bretaña y Chile. Más allá de los temas puntuales que son generadores de violencia hay un factor común que es la necesidad de expresar la insatisfacción individual y colectiva ante todo lo que se desea y que se ve reflejado en los medios audiovisuales pero que por alguna razón no se puede alcanzar. Es evidente que cada vez habrá menos espacio para las dictaduras en este mundo interrelacionado y tecnológicamente comunicado. Que hay que disminuir las promesas de una vida plena de satisfacciones materiales porque la realidad impone límites y realidades que luego llevan al incumplimiento y que las sociedades necesitan y exigen gobiernos honestos, eficientes y transparentes, que no recurran a la demagogia y la permisividad para convocar mayorías.
Con solo dos noticias podemos ver el grado de decaimiento a que nos han llevado las falencias morales de nuestro gobierno actual. Un helicóptero de la gendarmería fue derribado por una aeronave tripulada por narcotraficantes que lo colisionó en el aire aprovechando que la ley vigente no contempla el derribo de los delincuentes. Un juez de la Suprema Corte de Justicia acusado de tener seis departamentos alquilados con fines de prostitución y que admite que posee una cuenta no declarada en Suiza viaja por el país recogiendo ovaciones en la Universidad de Buenos Aires y Rosario, apoyado por funcionarios gubernamentales y por organizaciones autodenominadas de derechos humanos. Seguimos lejos de toda noción de orden y consideraciones éticas. La ideología domina todas las manifestaciones públicas y la transparencia es ignorada en los actos de gobierno y en las mismas formas electorales.
Deseamos profundamente que estas elecciones primarias nacionales que fueron vaciadas de sentido con la elección previa partidaria de los candidatos presidenciales y plenas de irregularidades en los procedimientos y las formas, sirvan al menos como un primer paso para un cambio de gobierno que nos traiga un cambio de paradigmas y de expectativas para los difíciles tiempos que se aproximan.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves
Presidente de Nueva Unión Ciudadana
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