Por Emilio Nazar Kasbo
Tras el extraño e inexplicado triunfo kirchnerista en todo el país, excepto en la Provincia de San Luis, los medios de comunicación, particularmente los opositores, han recibido una catarata de mensajes de personas que afirman haber votado al oficialismo.
La campaña oficialista se basó principalmente en la promoción de la gestión de gobierno, y como tal promoción no forma parte de una campaña proselitista, se sospecha que tal vez se hayan utilizado recursos públicos para la misma.
La planificación de las elecciones desde sus preparativos hasta su ejecución, fue realizada de un modo particular, estudiando el comportamiento humano como si se tratara de un acto reflejo del ser humano equiparado a una rata de laboratorio. La Escuela de Frankfurt es determinante en el análisis de la conducta humana carente de libertad, inducida por los medios de comunicación a actuar incluso contra sí misma.
Los preparativos previos a la elección fueron minuciosamente detallados, para convertir a cada cuarto oscuro en el laboratorio referido, todos conformados de modo idéntico, y con la ubicación de las boletas estipuladas de antemano, de modo que el candidato promovido por el oficialismo se encontrara adelante, y el menos querido detrás y más alejado.
¿Pero acaso todo se redujo a eso? En muchas Provincias del interior se han otorgado planes sociales porque sí. Becas universitarias no otorgadas como premio a la capacidad, sino por encontrarse en una institución superior al secundario, es una muestra de ello. Planes sociales a mansalva otorgados en los últimos tiempos, como prebenda y compra de votos, que pueden provocar un colapso económico a corto plazo... o que se terminarán para el mes de noviembre.
¿Puede haber algo más? Muchos sospechan además de un megafraude, ya que provincias enteras han convertido al oficialismo en mayoría. Donde hacía pocas semanas el Frente para la Victoria sufría una importante derrota, ahora salía venciendo.
La campaña de militantes oficialista acompañó la situación post-electoral. Mensajes a blogs, webs, llamadas a las radios y programas de TV, de personas que afirman haber votado al oficialismo porque no había otra opción, inundan los medios de comunicación. Semejante oleada de "entusiastas votantes" post-electorales resulta llamativa, porque previo a las elecciones sólo se escuchaban quejas, excepto en los medios oficialistas.
Y cabe destacar que sitios donde recientemente se produjeron incidentes, como en Ledesma de Jujuy, en que todos se quejaban contra el gobierno, acabaron con resultados positivos para el oficialismo. Los militares, los miembros de las Fuerzas de Seguridad, los Retirados, la gente del campo, los opositores partidarios, los que no querían saber más nada con el actual gobierno, las víctimas de la inseguridad, los que no pueden progresar económicamente porque se instalaron supermercados en todo el país con mano de obra extranjera, los que se fundieron con el actual modelo económico, los indignados porque están degenerando a su familia y a la sociedad... ahora resulta que todos eran oficialistas...
¿Qué ha sucedido en las elecciones primarias? ¿Quién ha supervisado su transparencia? ¿Cuáles son las consecuencias de estas elecciones? ¿Podrán sostenerse la cantidad de planes sociales en el tiempo hasta octubre, en medio de una crisis mundial que está a punto de golpear las puertas de nuestro país?
La desvalorización del dinero es galopante, y tiene su raíz en la emisión monetaria sin respaldo el el trabajo nacional. Emisión sin desarrollo, destinada a masivos planes sociales de consumo, que hacen caer el nivel económico de vida de toda la población, tienen sus consecuencias indudables. Es más, aceleran un anunciado colapso económico, en una situación donde la masividad de los planes sociales indican un altísimo nivel de marginalidad social y económica. Mientras tanto, los gobernantes viven en la opulencia.
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